?Qu¨¦ sabemos exactamente de la Mano de Irulegi?
Los expertos dudan si se trata de un s¨ªmbolo de buena suerte o de guerra. Creen que podr¨ªa incluir el nombre de una divinidad y confirman que fue escrita en ¡°signario vasc¨®nico¡±
La llamada Mano de Irulegi es una representaci¨®n en bronce de una extremidad diestra fechada en el siglo I a. C. El 14 de noviembre de 2022, con la presencia de numerosos medios de comunicaci¨®n, se hizo p¨²blico este hallazgo localizado durante las excavaciones en un yacimiento arqueol¨®gico del valle de Aranguen (Navarra). El singular objeto tiene grabado en signario paleohisp¨¢nico (un semisilabario, que no alfabeto), una primera palabra que los especialistas pronto identificaron como sorioneku. Dada su enorme relaci¨®n con el vasco actual, fue traducida como ¡°buena fortuna¡±.
La presidenta de la Comunidad Foral de Navarra, Mar¨ªa Chivite, declar¨® entonces que se trataba de un ¡°hito hist¨®rico¡±. El descubrimiento planteaba que hace 2.100 a?os en Navarra se hablaba ya un vasco arcaico. Pero la cuesti¨®n no est¨¢ ni mucho menos tan clara. Existen muchas dudas y, quiz¨¢s, sorioneku podr¨ªa ser, incluso, el nombre de una divinidad. ?Qu¨¦ se sabe exactamente?
La Mano de Irulegi es un documento ¡°excepcional¡±, de eso no hay ninguna duda, seg¨²n afirman al un¨ªsono destacados epigrafistas y arque¨®logos, como Mattin Aiestaran, de la Sociedad de Ciencias Aranzadi; Joaqu¨ªn Gorrochategui, de la Universidad del Pa¨ªs Vasco, y Javier Velaza, catedr¨¢tico de Filolog¨ªa Latina de la Universidad de Barcelona.
Desde finales de la Edad del Bronce (XV y XI a. C.), la poblaci¨®n europea comenz¨® a asentarse en lugares elevados y, por tanto, mejores para ser defendidos de ataques. El yacimiento de Irulegi es uno de ellos. Sus pobladores disfrutaban de un amplio control visual de los valles circundantes y de las rutas que se dirig¨ªan al Ebro, al Cant¨¢brico o a la Galia. El director de las excavaciones, Mattin Aiestaran, confirm¨® que el poblado desapareci¨® en el primer tercio del siglo I a. C., cuando fue destruido dentro de las llamadas Guerras Sertorianas (82-72 a. C.), un conflicto armado interno romano. La contienda entre el gobernador Quinto Sertorio y Cneo Pompeyo Magno lleg¨® a asolar gran parte de la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, especialmente el Valle del Ebro. Elegir mal un bando supon¨ªa la destrucci¨®n total.
El poblado donde se hall¨® la mano desapareci¨® en el primer tercio del siglo I a. C. cuando fue destruido dentro de las llamadas Guerras Sertorianas¡±
La vivienda donde se encontr¨® la mano ¨Dconocida como Edificio 6000¨D contaba con z¨®calos de piedra, alzado de adobe y postes de madera para sujetar la techumbre de madera o de cubierta vegetal. La extremidad met¨¢lica fue hallada en el vest¨ªbulo de la casa, entre restos de adobe rubefactado y madera carbonizada. Los materiales que han aparecido pr¨®ximos pertenecen casi todos al primer cuarto de siglo I a. C., tales como monedas de la ceca de oTtikes (Navarra), cer¨¢micas de importaci¨®n campaniense o de barniz negro, producciones etruscas, buriles y diversos elementos ¨®seos de fauna. Adem¨¢s de la mano, tambi¨¦n se hallaron dos breves inscripciones en cer¨¢mica y un stylus de hueso para escribir en tablillas de cera.
La mano es una l¨¢mina de bronce (53,19% de esta?o, 40,87% de cobre y 2,16% de plomo) recortada. En el dorso presenta la forma de las u?as. En el centro, tiene una perforaci¨®n para clavarla sobre un soporte. Mide 14,3 cent¨ªmetros de altura y pesa 35,9 gramos.
Pero, ?qui¨¦n la grab¨® y c¨®mo? Los especialistas coinciden en que primero se trazaron tres l¨ªneas de pautado de manera tosca e imprecisa, para que el escribano no se torciese, algo que no se logr¨®. Luego, se grabaron los signos con la t¨¦cnica del esgrafiado (rascado de las capas superficiales con un instrumento punzante) y posteriormente se marcaron con la t¨¦cnica de punteado siguiendo los primeros trazos esgrafiados. Esto plantea la pregunta de si fueron una o dos personas las que intervinieron. ¡°Este procedimiento doble es extraordinariamente excepcional tambi¨¦n en la epigraf¨ªa latina. De hecho, solamente conocemos el ejemplo de una p¨¢tera de plata con dedicaci¨®n inscrita, procedente de Bourges, en Francia,¡±, afirma Velaza.
Es probable que la inscripci¨®n sea obra de dos personas¡±
El signario empleado pertenece ¡°sin duda¡± a la familia de los semisilabarios paleohisp¨¢nicos (combinaci¨®n de silabario y alfabeto). Los expertos destacan que el texto incluye una caracter¨ªstica muy especial: un signo en forma de T que solo se conoc¨ªa en monedas salidas de cecas vasconas, por lo que no dudan en denominar a este conjunto escrito como perteneciente a un particular ¡°signario vasc¨®nico¡±. O lo que es lo mismo: los antiguos vascones usan una escritura propia y no la ¨ªbera como se sospechaba. ¡°El hecho de que se trate de una inscripci¨®n de car¨¢cter posiblemente privado y que emplee un sistema gr¨¢fico particular viene a abundar en la idea de una introducci¨®n de la escritura en el mundo vasc¨®nico¡±, afirman los expertos en el reciente estudio La inscripci¨®n vasc¨®nica de Irulegi. Gorrochategui sostiene, por tanto, que es ¡°leg¨ªtimo¡± emplear el termino ¡°vasc¨®nico¡± para referirse a la inscripci¨®n, en el sentido de lengua del linaje o de la familia del euskera, antecesora directa o colateral del vasco conocido hist¨®ricamente.
En las sociedades antiguas, la escritura se adoptaba por el contacto con otras culturas que ya la dominaban. En caso de los vascones, adoptaron el modelo ¨ªbero, pero adapt¨¢ndolo a su lengua. De los celt¨ªberos, probablemente copiaron el uso del bronce como soporte para la escritura, adem¨¢s del punteado. Dejaron de utilizar este tipo de signos, como el resto de los pueblos ib¨¦ricos, en el I a. C., con la extensi¨®n del abecedario latino.
No se puede saber por qu¨¦ se hizo la inscripci¨®n en un objeto con forma de mano, ya que ¡°dicho simbolismo puede cubrir un amplio espectro: s¨²plica de protecci¨®n, car¨¢cter apotropaico, expresi¨®n de amistad u ofrenda votiva¡±. Incluso, puede estar relacionada con la guerra y no con la buena suerte, ya que una mano cortada representa la victoria sobre los enemigos, tal y como lo entend¨ªan los ¨ªberos y los lusitanos, que cortaban las extremidades de sus adversarios y las colgaban de sus cintos o en las puertas de sus casas, como dejaron escrito los historiadores cl¨¢sicos Diodoro de Sicilia y Estrab¨®n.
?Qu¨¦ significa la primera palabra sorioneke o sorioneku, dependiendo si se lee el esgrafiado o el punteado? Lo que es seguro es que este vocablo es sumamente parecido a la expresi¨®n vasca zorioneko (afortunado, dichoso, de buena fortuna), que se forma por las palabras zori (fortuna) y (h)on (bueno).
Ahora bien, la relaci¨®n directa entre sorioneku y zorioneko es dif¨ªcil de demostrar, ya que no hay ninguna raz¨®n para pensar que en vasco se hubiera dado el cambio fon¨¦tico de ku a ko. Todos los latinismos tempranos, adoptados por el euskera con u final, han mantenido la vocal intacta en vasco. Pero nada es descartable dada la proximidad de ambos vocablos.
Otra posibilidad es que sorioneku sea un nombre ib¨¦rico o aquitano (lengua vasc¨®nica del otro lado de los Pirineos) compuesto por las part¨ªculas sor o sori m¨¢s on. De la terminaci¨®n eku, los expertos no encuentran paralelos en la onom¨¢stica ¨ªbera o aquitana. De todas formas, los epigrafistas admiten que no han identificado ning¨²n nombre de persona en la mano (por comparaci¨®n con monedas u otros textos ¨ªberos), por lo que sorioneku ser¨ªa susceptible de serlo.
Los expertos no han hallado ning¨²n nombre de persona, por lo que ¡®sorioneku¡¯ ser¨ªa susceptible de serlo¡±
Javier Velaza lo explica as¨ª: ¡°Nunca hemos dicho que sorioneku fuese exactamente el equivalente al vocablo vasco zorioneko (afortunado), sino que la forma sori-on puede equivaler al vasco zori-on (buena fortuna)¡±. Adem¨¢s, como en el texto esgrafiado no se lee sorioneku, sino sorioneke, el sufijo eke podr¨ªa estar relacionado con una divinidad, como ocurre en los te¨®nimos vasc¨®nicos Larra-he o Arte-he. Tampoco descartamos que la forma kunekere, con la que comienza la segunda l¨ªnea, sea nombre de persona, quiz¨¢s del dedicante. Pero todo esto con mucha cautela¡±.
Concluye el catedr¨¢tico: ¡°Esta inscripci¨®n representa, de todas formas, una aportaci¨®n fundamental para el estudio del fen¨®meno de la escritura entre los vascones, su adopci¨®n y relaci¨®n con otras escrituras paleohisp¨¢nicas, haciendo que deban ser revisadas de nuevo todas las inscripciones conocidas hasta ahora en la regi¨®n, por fragmentarias que sean. Muchas de las preguntas que suscita el texto, como el valor de algunos signos, solo podr¨¢n ser contestadas con m¨¢s documentos, cuya aparici¨®n ahora sabemos que no es improbable¡±.
Y queda otra pregunta pendiente de respuesta: si la Mano de Irulegi representa la extremidad derecha, ?alguien en el asentamiento ten¨ªa la izquierda?
Babelia
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