Nuevos hallazgos reescriben la batalla de las Navas de Tolosa, el mayor enfrentamiento militar de la Edad Media ib¨¦rica
Dos campa?as de excavaci¨®n y una revisi¨®n historiogr¨¢fica apuntan a que la contienda, pese a la victoria de los cristianos sobre los musulmanes, no cambi¨® la correlaci¨®n de fuerzas entre los dos bandos ni el curso de la guerra
Ocho siglos despu¨¦s de que cristianos y musulmanes se enfrentaran en las estribaciones de Despe?aperros, las ¨²ltimas investigaciones han arrojado m¨¢s luz sobre la batalla de las Navas de Tolosa, en Santa Elena (Ja¨¦n), uno de los principales hitos b¨¦licos de la Reconquista. Dos campa?as de excavaci¨®n arqueol¨®gica han permitido situar con precisi¨®n los lugares en los que se ubicaron los campamentos y tambi¨¦n su organizaci¨®n funcional.
Estos hallazgos se han unido a una revisi¨®n historiogr¨¢fica, que ha llevado al medievalista Francisco Garc¨ªa Fitz a asegurar con rotundidad que esta batalla, pese a su enorme influencia, no cambi¨® el curso de la historia o la correlaci¨®n de fuerzas entre cristianos y musulmanes en la pen¨ªnsula ib¨¦rica. Garc¨ªa Fitz ha presentado en pleno campo de batalla el libro Las Navas de Tolosa. La batalla del castigo (Editorial Desperta Ferro), pues entiende que la contienda se vivi¨® desde las dos partes en litigio como un castigo al enemigo. Aunque los vencedores fueron los cristianos, ganaron la batalla pero ni mucho menos la guerra.
Es en el ¨¢mbito de la arqueolog¨ªa donde se han dado los resultados m¨¢s esperanzadores. Nunca se hab¨ªan llevado a cabo trabajos sistem¨¢ticos de prospecci¨®n y excavaci¨®n, hasta que en 2022 se pusieron en marcha dos campa?as en la Mesa del Rey, el lugar de asentamiento del campamento cristiano, y en el entorno de la fortaleza de Castro Ferral.
Los hallazgos obtenidos por investigadores de la Universidad de Ja¨¦n (UJA) permiten ubicar los campamentos de los ej¨¦rcitos de la batalla, as¨ª como la organizaci¨®n funcional que se estableci¨® en su interior. La investigaci¨®n se ha realizado con un sistema de prospecci¨®n arqueol¨®gica superficial, fundamentada en la georreferenciaci¨®n precisa de cada uno de los elementos documentados, siguiendo los casos paradigm¨¢ticos de las batallas de Ba¨¦cula o Iliturgi, tambi¨¦n en Ja¨¦n.
La profesora de Historia Medieval Irene Montilla Torres, que dirige los trabajos junto al catedr¨¢tico Juan Carlos Castillo, ha explicado que hasta el momento se han registrado casi 3.000 piezas muy relevantes como puntas de flecha, clavos de herradura, arreos de caballer¨ªa, elementos de indumentaria y monedas. ¡°La ubicaci¨®n precisa de estos elementos en el espacio permite ir m¨¢s all¨¢ del propio objeto, a trav¨¦s del an¨¢lisis de las interrelaciones que se producen entre los mismos, lo que posibilita el establecimiento de, por ejemplo, los lugares en los que se ubicaron los campamentos de los ej¨¦rcitos y la organizaci¨®n funcional que se estableci¨® en su interior, zonas para el herraje de las caballer¨ªas o espacios destinados a las tiendas de campa?a¡±, indica.
Tambi¨¦n se han realizado excavaciones arqueol¨®gicas en la fortificaci¨®n de Castro Ferral, una pieza clave en la articulaci¨®n del que fue el mayor enfrentamiento militar de la Edad Media espa?ola. ¡°Estos trabajos est¨¢n demostrando que no se trataba solo de una torre de control y vigilancia del paso entre la Meseta y Andaluc¨ªa, como se hab¨ªa considerado hasta el momento, sino de un verdadero castillo de unas dimensiones considerables, y se han descubierto varias l¨ªneas de muralla superpuestas que muestran una historia mucho m¨¢s compleja de lo previsto con anterioridad¡±, a?ade otro de los investigadores, el catedr¨¢tico de Historia Medieval Juan Carlos Castillo.
No obstante, historiadores y arque¨®logos han lanzado un SOS a las administraciones ante el estado cr¨ªtico de conservaci¨®n de este castillo, que es el principal vestigio de la contienda que permanece en pie y que est¨¢ declarado Bien de Inter¨¦s Cultural. La fortaleza sufri¨® importantes da?os durante la construcci¨®n del cortafuegos a principios de los a?os noventa del pasado y a partir de ah¨ª toda esa zona ha sido objeto de un importante expolio de materiales. ¡°Mucha gente ven¨ªa con sus detectores de metales a llevarse los materiales que hab¨ªan quedado en superficie y que luego vend¨ªan al peso¡±, indica Irene Montilla.
Cruzada
Entre las piezas arqueol¨®gicas halladas destaca un clavo con la inscripci¨®n de ¡°alabanza a Al¨¢¡±, lo que lleva a los expertos medievalistas a asegurar que en esta batalla se alcanz¨® la m¨¢xima expresi¨®n de cruzada. De hecho, fue la ¨²nica campa?a medieval en suelo hispano que fue declarada cruzada. ¡°Los guerreros musulmanes que se dieron cita en las estribaciones de Sierra Morena en el verano de 1212 frente al ej¨¦rcito cruzado tambi¨¦n acud¨ªan amparados bajo un manto religioso complejo y extraordinariamente arraigado en la conciencia del islam y a la sombra de un recurso ideol¨®gico¡±, explica el profesor Francisco Garc¨ªa Fitz.
¡°Todo el mundo habla de las cruzadas en Palestina, en Oriente Pr¨®ximo, pero esta declaraci¨®n de cruzada est¨¢ al mismo nivel. Tenemos evidencias de materiales paralelos entre Palestina y las Navas de Tolosa, y eso deber¨ªa hacer que se estudiaran juntas las dos cruzadas de los dos extremos del Mediterr¨¢neo¡±, abunda ?lvaro Soler del Campo, responsable de la Real Armer¨ªa de Patrimonio Nacional.
En el libro Las Navas de Tolosa. La Batalla del castigo, el profesor Garc¨ªa Fitz realiza una actualizaci¨®n historiogr¨¢fica de las fuentes recogidas en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. No solo escruta al detalle el crucial choque ¨D los objetivos de cada contendiente, las t¨¢cticas empleadas o sus consecuencias pol¨ªticas y territoriales ¨D, sino que tambi¨¦n estudia los recursos b¨¦licos, institucionales, organizativos e ideol¨®gicos puestos en liza, para explicarlo dentro del tablero estrat¨¦gico peninsular y de su contexto hist¨®rico.
La denominaci¨®n de la batalla del castigo hace referencia al cronista musulm¨¢n Ibn Idari, que utiliza la expresi¨®n al-Uqab para describir la batalla que marc¨® el declive de Al-?ndalus. ¡°Desde la perspectiva musulmana aquello se vivi¨® como un castigo, el que sufrieron los almohades y que les condujo a su desaparici¨®n; mientras que para Alfonso VIII la victoria fue el castigo que le infringi¨® a sus enemigos, aquellos que le hab¨ªan humillado 17 a?os antes en la llanura de Alarcos¡±, explica Garc¨ªa Fitz.
Dice este experto que pocos t¨®picos est¨¢n tan arraigados en la memoria que nos ha llegado de la batalla de las Navas de Tolosa como aquel que afirma que la contienda fue determinante para la historia inmediata y para el acontecer futuro de los contendientes implicados. Garc¨ªa Fitz no duda en desterrarlo: ¡°Por muy extraordinaria que fuera, solo en cierto sentido se convirti¨® en una batalla decisiva: lo fue en tanto que dirimi¨® para siempre el pleito territorial en torno al eje central de los caminos que un¨ªan el Tajo y Sierra Morena. No lo fue en tanto que ni acab¨® con el Imperio almohade ni con Al-?ndalus¡±.
Recuerda el catedr¨¢tico de Historia Medieval que el dominio almohade se mantuvo estable, gracias a sus propias fuerzas, durante los 10 a?os posteriores a las Navas, sin que los ataques lanzados por los cristianos hicieran tambalearse su presencia en al-?ndalus, y ello a pesar de que tras la muerte en 1213 del califa Al-Nasir ¨D el califa derrotado en las Navas ¨D el gobierno del Imperio reca¨ªa sobre un menor de edad.
En definitiva, Garc¨ªa Fitz se muestra contundente en su reflexi¨®n final: ¡°Conviene no dejarse deslumbrar por la percepci¨®n que tuvieron los contempor¨¢neos: la Reconquista no se decidi¨® definitivamente un d¨ªa de 1212¡å.
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