Salman Rushdie o la valiente irreverencia
En dos horas de almuerzo solo se le oy¨® una queja, y a uno le da la risa del asombro, la estupefacci¨®n y el respeto humano
Las pu?aladas que le cayeron a Salman Rushdie no le han cambiado el humor. Es raro, de acuerdo, pero sonr¨ªe, no est¨¢ amargado, no destila rencor ni odio, no est¨¢ en guardia ni act¨²a como un hombre alerta ante cualquier posible ataque verbal o f¨ªsico. Lleva solo 30 a?os con una fatua (iran¨ª) encima, y 30 a?os despu¨¦s recibi¨® el ataque que le ha dejado ciego de un ojo y secuelas f¨ªsicas que cuenta con una naturalidad desarmante. Siente a sus 76 a?os que despu¨¦s del proceso de recuperaci¨®n ¡ªdel que los m¨¦dicos daban por hecho que no saldr¨ªa vivo¡ª solo mantiene en forma el 75% de su energ¨ªa. En dos horas de almuerzo solo se le oy¨® esta queja, y cuando lo dice sonriendo, gui?ando el ojo que le queda, a uno le da la risa del asombro, la estupefacci¨®n y el respeto humano. Es feliz, o algo parecido a la felicidad, porque sigue vivo, porque sigue con su mujer, porque sus hijos lo quieren y porque nada le impide seguir escribiendo libros y hasta proyecta otro m¨¢s mientras est¨¢ hablando del que acaba de publicar sobre el asalto que padeci¨®. Como le dijo un m¨¦dico, y cuenta en Cuchillo, tuvo la suerte de que el atacante no supiese c¨®mo usar un cuchillo para matar a una persona, pese al empe?o que puso.
Cuando gira la cara hacia su derecha prolonga el gesto algo m¨¢s de lo natural porque con el ojo derecho no ve: las gafas est¨¢n montadas con un cristal oscuro y el ojo no ve porque la agresi¨®n recibida durante 28 segundos interminables y en los que no reaccion¨® f¨ªsicamente (o fue incapaz de reaccionar f¨ªsicamente) dejaron m¨²ltiples secuelas en Salman Rushdie. No lo parece, la verdad: contesta con amabilidad, espera pacientemente la traducci¨®n de las preguntas y las respuestas, come sin ansia ni avidez pero sin desmayo y sobre todo atiende a los dem¨¢s con cordialidad exquisita, casi como un privilegiado de la vida, que es lo que es. Quiz¨¢ el secreto est¨¢ en la f¨¢bula menor que cont¨®: cuando el miedo asalta, mejor meterlo dentro de una caja con tapa y aparcarlo en un rinc¨®n de la habitaci¨®n.
?Es un gran libro Cuchillo? No, claro que no lo es, pero contiene un mont¨®n de p¨¢ginas valientes y valiosas sobre una experiencia extraordinaria. El talento del escritor est¨¢ en saber reconvertir la experiencia de vivir un intento de asesinato en un libro de exaltaci¨®n de la vida cuando las cosas llegan del lado m¨¢s oscuro posible; es tambi¨¦n un libro de amor a su mujer ¡ªel asalto arroj¨® a la visibilidad de las redes sociales una relaci¨®n de m¨¢s de cinco a?os hasta entonces mantenida en la clandestinidad p¨²blica¡ª pero es, sobre todo, una emocionante defensa de la libertad del humor, de la s¨¢tira, de la subversi¨®n y la transgresi¨®n contra las religiones, se pongan como se pongan, incluso cuando se ponen fan¨¢ticamente intransigentes, crey¨¦ndose con la legitimidad de imponer sus delirios a los dem¨¢s, en una larga tradici¨®n de brutalidad que a Rushdie no ha conseguido derribarlo ni f¨ªsica ni moralmente. Esta frase es de Cuchillo: ¡°Las religiones merecen la cr¨ªtica, la s¨¢tira y, s¨ª, nuestra valiente irreverencia¡±. Las nuestra, las nuestras, tambi¨¦n.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.