Javier Guti¨¦rrez, actor: ¡°Vivimos en una sociedad capitalista cada vez m¨¢s salvaje y, lo que es peor, anestesiada¡±
El int¨¦rprete de dilatada carrera regresa al teatro con ¡®El traje¡¯, una comedia negra escrita y dirigida por Juan Cavestany
De camino al comercio textil donde ha propuesto hacer la foto, Javier Guti¨¦rrez (Luanco, 53 a?os) pasa por la guarder¨ªa de su hijo peque?o, que est¨¢ sentado, junto al resto de compa?eros, listo para comer. El actor se agacha, se asoma, se r¨ªe feliz. Javier Guti¨¦rrez, actor magn¨¦tico donde los haya, capaz de enfrentarse a personajes y papeles de todo tipo y condici¨®n, se ha convertido en actor imprescindible en el panorama del cine, la televisi¨®n y el teatro. Miembro del m¨ªtico grupo teatral Animalario, ganador de multitud de premios ¡ªGoya y Concha de Plata en San Sebasti¨¢n por La isla m¨ªnima y otro premio Goya por El autor, entre otros¡ª, lleva a?os encadenando imponentes interpretaciones. Sus m¨¢s recientes trabajos, el papel de juez en la serie El caso Asunta y el que ha hecho para el cine en P¨¢jaros. Ahora vuelve al teatro junto a Luis Bermejo con El traje, una funci¨®n escrita y dirigida por Juan Cavestany, que estrenaron hace m¨¢s de diez a?os. Comedia negra que se adentra en la soledad del ser humano, la voracidad y la corrupci¨®n, El traje llega a Madrid, al Teatro de La Abad¨ªa, donde se representa desde el 30 de mayo y que, antes de su estreno, se ha prorrogado hasta el 7 de julio ante la venta de entradas.
Pregunta. Despu¨¦s de 10 a?os, ?qu¨¦ les ha movido a abordar esta funci¨®n de nuevo?
Respuesta. Fue una decisi¨®n de Luis [Bermejo] y m¨ªa. Despu¨¦s del buen sabor de boca que nos dej¨® trabajar en Los santos inocentes, ten¨ªamos ganas de abordar un nuevo texto o hacer algo con esta vida de comediantes, de viajar, de charlar sobre el oficio y sobre la vida, de compartir cosas. Fue entonces cuando empezamos a buscar un texto, hasta que ca¨ªmos en la cuenta de que El traje hab¨ªa sido una funci¨®n no lo suficientemente explotada.
P. Fue una obra centrada en hablar de la corrupci¨®n pol¨ªtica. ?Ha cambiado algo?
R. Cuando le encargamos este texto a Cavestany hace m¨¢s de 10 a?os lo hicimos efectivamente para hablar de la corrupci¨®n pol¨ªtica, que entonces estaba dentro de las principales preocupaciones de los espa?oles. En esta nueva funci¨®n, la corrupci¨®n est¨¢ algo m¨¢s desenfocada. Tanto Luis como yo tenemos otro peso y otro poso, somos los mismos actores, pero con m¨¢s oficio y nos hemos enfrentado al texto desde otro lugar. Hace 10 a?os, no fuimos tan conscientes de lo que albergaba el texto, porque no hab¨ªamos pasado por la traves¨ªa de enfermedad, de muerte y de soledad que supuso la pandemia y el confinamiento. Tambi¨¦n nos hemos enfrentado a dos crisis econ¨®micas, y por ello cobra mucho m¨¢s sentido todo el sentimiento de soledad del individuo, la deshumanizaci¨®n de la sociedad y lo importante que es ese abrazo final en el que se funden los protagonistas de El traje. Son dos seres varados en la vida que piden a gritos que alguien les abrace.
P. ?Se ve diferente sobre el escenario?
R. M¨¢s que verme diferente, me siento diferente. Soy el mismo, pero con mayor nivel de exigencia y responsabilidad. A m¨ª me sigue dejando anonadado que, con esa oferta tan variada como hay en el teatro, haya gente que salga de su casa para vernos a Luis y a m¨ª en el escenario. Eso me produce un nivel de responsabilidad enorme.
P. El panorama que describe El traje es de puro ego¨ªsmo y voracidad. ?Es tan desolador?
R. Algo s¨ª, pero deja una peque?a puerta a la esperanza. El espectador se divierte mucho, se r¨ªe mucho porque es un espect¨¢culo con mucho humor, pero provoca una zozobra absoluta y deja en el aire muchas preguntas acerca de c¨®mo somos y c¨®mo es la sociedad que estamos construyendo entre todos. Los protagonistas son dos n¨¢ufragos a la deriva, sin asideros, que lo que necesitan es que alguien les eche una mano, necesitan ayuda imperiosamente. En medio del ruido y la polarizaci¨®n que vivimos lo que necesitamos todos es un abrazo. Soy una persona que sigue creyendo en el ser humano.
P. ?Estamos ante un mundo capitalista salvaje?
R. Sin duda. Vivimos en una sociedad capitalista cada vez m¨¢s salvaje y, lo que es peor, anestesiada. No somos conscientes de la rueda en la que nos han metido. Me parece una atrocidad que haya familias enteras que se pasan los fines de semana en centros comerciales, lo que ganan durante la semana se lo gastan esa misma semana.
P. ?Cree que la sociedad espa?ola no es lo suficientemente cr¨ªtica con la corrupci¨®n?
R. Creo que nos hemos aburrido y es algo que no se puede consentir. La clase pol¨ªtica juega siempre al ¡®y t¨² m¨¢s¡¯, en lugar de hacer una limpieza absoluta. La corrupci¨®n contamina a todos.
P. De nuevo frente a Luis Bermejo, tras su encuentro en Los santos inocentes. ?C¨®mo es el duelo interpretativo con un actor como ¨¦l?
R. Para empezar, hay que colocarse a la altura de Luis Bermejo. Luis es uno de los grandes actores de este pa¨ªs, con una maestr¨ªa y una brillantez como pocos compa?eros. Intentar estar a su altura no es f¨¢cil. Adem¨¢s, es una aut¨¦ntica delicia como persona. Nos entendemos muy bien. Desde Animalario, manejamos unos lenguajes y una manera de escuchar que hace que nos complementemos muy bien. Si yo hago teatro es por dos cosas, una porque creo que somos portadores de cultura y por ello tenemos que llegar a todos los rincones de este pa¨ªs, lo que implica coger la furgoneta y hacer miles de kil¨®metros y luego los compa?eros de viaje. Cada vez, son m¨¢s importantes para m¨ª los compa?eros de viaje en el oficio, y Luis es un compa?ero de viaje como pocos.
P. El traje plantea unos hechos muy concretos, pero que provocan muy diferentes y antag¨®nicas opiniones. En un mundo inundado por las mentiras, ?hay alguna manera de luchar contra ellas?
R. Es muy dif¨ªcil acabar con la mentira cuando los gobernantes y los medios de comunicaci¨®n est¨¢n instalados en ella, cuando lo que deber¨ªan hacer es dar ejemplo y proclamar la verdad. El sistema est¨¢ totalmente pervertido, y no s¨¦ si tiene muy f¨¢cil soluci¨®n.
P. Desde hace a?os no para de encadenar trabajos, que a veces se solapan. ?De d¨®nde saca la energ¨ªa?
R. Hay una f¨®rmula v¨¢lida para m¨ª y es la de no pensar a largo plazo, ni siquiera a medio. Para no angustiarme y entrar en crisis lo que hago es ir d¨ªa a d¨ªa, no suelo repasar lo que tengo que hacer la semana pr¨®xima para que la bola no se haga muy grande. Es verdad que tambi¨¦n le quito muchas horas al sue?o, adem¨¢s de tener la suerte inmensa de una pareja fant¨¢stica que se ocupa de los ni?os.
P. Cine, televisi¨®n, teatro. Nada se le escapa. ?Es consciente de que su nombre es ya una garant¨ªa de ¨¦xito?
R. Ser¨ªa un error verlo as¨ª. Si algo me salva es pensar en que cada proyecto que comienzo hay mucho trabajo por hacer y que, a lo mejor, no soy capaz de llevarlo a buen puerto. He dicho que no a trabajos porque no me he sentido capaz. Lo que es cierto es que cuando doy luz verde a un proyecto me involucro hasta el final, doy lo mejor de m¨ª. Son muy pocos los que en nuestra profesi¨®n pueden elegir. Yo a veces puedo hacerlo, pero otras muchas no. Quiero vivir en la medida de lo posible lo mejor que pueda y mantener a mi familia y eso a veces te lleva a aceptar trabajos que no te apasionan.
P. Otro ¨¦xito reciente ha sido la serie sobre el caso Asunta, en la que usted hace de juez.
R. La historia es muy dura y creo que el acierto de esta serie ha sido la de huir del sensacionalismo y tratar el caso con el mayor rigor y sensibilidad posible. Ah¨ª est¨¢n los ejemplos y el compromiso con la interpretaci¨®n de sus dos protagonistas, Candela Pe?a y Trist¨¢n Ulloa.
P. Form¨® parte del grupo teatral Animalario. ?Echa de menos esos a?os?
R. Mucho. Fue una ¨¦poca muy salvaje de nuestras vidas. Animalario fue para m¨ª un cambio no solo profesional, sino tambi¨¦n vital. ?ramos una familia y a?oro vivir esos procesos creativos. Aunque ya no poseemos las mismas energ¨ªas y y tenemos otro tipo de responsabilidades, s¨ª que echo de menos las propuestas esc¨¦nicas y los riesgos a la hora de abordarlas. Seguimos colaborando mucho con Alberto San Juan, Andr¨¦s Lima, Cavestany, Luis Bermejo o Nathalie Poza.
P. ?Qu¨¦ le aporta el teatro como ciudadano?
R. Me atraen mucho los temas pol¨ªticos que se abordan en el teatro, donde hay mayor riesgo y compromiso con esos temas, al contrario que en el cine que es mucho m¨¢s ligero. Quiz¨¢s porque en el cine se juega m¨¢s dinero y por eso las cadenas, los inversores o las plataformas tienen m¨¢s cuidado en no pisar determinados charcos. Como actor, el encuentro con el p¨²blico es algo necesario y vital.
P. ?Da miedo salir al escenario?
R. Paso momentos de horror, pero si antes de salir a escena sientes tranquilidad es que algo no va bien. Esos cinco minutos antes de salir a escena, cuando ya has salido de tu camerino, el tel¨®n est¨¢ echado y escuchas el runr¨²n del p¨²blico son adictivos.
P. ?De d¨®nde le viene la pasi¨®n por la interpretaci¨®n?
R. Viene de un ni?o enfermizamente t¨ªmido que le¨ªa mucho y pasaba muchas horas solo. Nosotros viv¨ªamos en Ferrol donde llov¨ªa casi todos los d¨ªas y no pod¨ªamos salir a la calle a jugar. Tambi¨¦n de imaginarme muchas vidas. Yo retransmit¨ªa partidos de f¨²tbol con canicas y cromos, que grababa en un magnetof¨®n de mis hermanas, imitando la voz de Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa. Viv¨ªamos en una casa que era una suerte de rue del Percebe, un edificio de 13 alturas con cuatro puertas por piso, y en las reuniones familiares imitaba a los vecinos. Ten¨ªa un don para eso y lo explotaba en las reuniones. Me di cuenta de que divert¨ªa al personal y me sent¨ªa muy a gusto. Creo que mi pasi¨®n por este oficio de actor viene de aquello.
P. ?Se definir¨ªa de alguna manera como actor?
R. Hablar¨ªa de honestidad. Me siento muy a disgusto cuando no estoy a la altura y eso me pasa a veces en el teatro. Para m¨ª, hacer un mal trabajo es lo peor que me puede pasar. Me pas¨® con un shakespeare que dirig¨ªa Andr¨¦s Lima y por mucho que me esforc¨¦ por escalar esa cumbre nunca llegaba. Para m¨ª fue un horror hacer ese espect¨¢culo.
P. ?Es entonces muy exigente?
R. Mucho, conmigo y con la gente que me rodea, que eso es lo peor. No soy de los actores que intentan salvar su culo, estoy siempre muy pendiente de lo que me rodea para que entre todos podamos aportar verdad a la historia que contamos.
P. En El traje, el personaje de Luis Bermejo asegura: ¡°Todo lo que merece la pena exige un sacrificio¡±. ?Lo comparte?
R. Absolutamente. Nadie regala nada. La cultura del esfuerzo no est¨¢ lo suficientemente valorada y es una equivocaci¨®n. Si alguien me pregunta cu¨¢l es la f¨®rmula de ¨¦xito, si trabajar de una manera continuada se puede considerar ¨¦xito que yo creo que s¨ª, contesto el trabajo, el trabajo y el trabajo. No hay ni varitas m¨¢gicas ni padrinos. A veces hay una porci¨®n de suerte, pero solo si hay detr¨¢s mucho trabajo.
P. ?Alguna vez so?¨® con la carrera que tiene hoy?
R. Ni por asomo. Ni en el mejor de mis sue?os. Cada vez que paso por la Gran V¨ªa recuerdo a aquel chico de 18 a?os que cuando lleg¨® a Madrid paseaba por esa calle y ve¨ªa asombrado los carteles de cine y los neones. Mi libro de cabecera es el Viaje a ninguna parte, de Fernando Fern¨¢n G¨®mez. Llegu¨¦ a Madrid con la idea de formar parte de esa familia de c¨®micos, con la maleta para arriba y para abajo. Muchas veces, con mis compa?eros vivimos esa imagen de kil¨®metros y kil¨®metros para hacer funciones en lugares lejanos.
P. ?Le preocupa el futuro?
R. S¨ª, porque hasta los m¨¢s viejos de lugar te dicen que este es un oficio con dientes de sierra. El que hoy est¨¦s aqu¨ª, no implica que ma?ana lo vayas a estar. Igual que suena el tel¨¦fono, deja de sonar. Pilar Bardem cuenta en sus memorias que el tel¨¦fono que hab¨ªa en el pasillo de su casa era el que llenaba la nevera.
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