El Gobierno retoma la ley del cine sin cambios para acelerar su aprobaci¨®n definitiva en el Congreso
La normativa, que exige m¨¢s transparencia a las plataformas y quiere proteger el patrimonio, la producci¨®n independiente y la inclusi¨®n, cay¨® a un paso de la meta por el adelanto electoral de 2023
El Gobierno quiere que la nueva ley del cine est¨¦ al paso con la realidad. Porque la normativa en vigor data de 2007, cuando el DVD parec¨ªa la modernidad. Y el retraso ha aumentado entre borradores, proyectos y un adelanto electoral que han condenado una y otra vez la reforma al fundido a negro, justo cuando parec¨ªa que se iba a estrenar. ¡°La brecha entre la acci¨®n de la Administraci¨®n y del sector se ha agrandado¡±, ha reconocido hoy martes el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, al presentar en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros el nuevo anteproyecto de la Ley del Cine y la Cultura Audiovisual. El mismo, eso s¨ª, que las C¨¢maras tuvieron a punto de aprobaci¨®n hace un a?o, antes del inesperado regreso a las urnas. Protecci¨®n del patrimonio f¨ªlmico y de la producci¨®n independiente, inclusi¨®n de las series, fomento de transparencia, diversidad e igualdad se mantienen como los pilares. Aunque tal vez la prioridad principal del sector sea que por fin salga adelante.
¡°Es una ley con vocaci¨®n de permanencia, que nace de una demanda un¨¢nime del sector, hecha con y para el sector. Y por eso esperamos contar con el m¨¢ximo consenso pol¨ªtico¡±, defendi¨® Urtasun, que agradeci¨® el trabajo de su antecesor en el cargo, Miquel Iceta, en otro reconocimiento de que el texto no ha cambiado. De ah¨ª que Cultura conf¨ªe en un paso relativamente r¨¢pido por el Congreso para que la normativa obtenga el visto bueno y empiece cuanto antes a recuperar tanto tiempo transcurrido.
El propio ministro destac¨® las claves principales de la ley. ¡°El primer objetivo es fortalecer toda la cadena de valor cinematogr¨¢fica¡±, apunt¨®. Desde su propio nombre, la reforma evidencia uno de los cambios: con la referencia a ¡°la Cultura Audiovisual¡±, el cine y las series se abrazan ahora tambi¨¦n por ley, despu¨¦s de hacerlo en tantos plat¨®s y plataformas. Las obras para pantalla peque?a reciben varios reconocimientos oficiales y, sobre todo, podr¨¢n acceder a las subvenciones. Aunque Cultura ha prometido que eso no reducir¨¢ los fondos para el s¨¦ptimo arte. Se mantendr¨¢, pues, el esquema actual: ayudas generales, para filmes a priori m¨¢s comerciales, y selectivas, a obras m¨¢s de autor y arriesgadas. ¡°Nunca el cine espa?ol hab¨ªa tenido tanto apoyo como desde que existe el gobierno de coalici¨®n¡±, presumi¨® Urtasun.
Por lo dem¨¢s, la intervenci¨®n del ministro sirvi¨® para repasar las medidas ya anunciadas en distintas ocasiones. Ante todo, una definici¨®n de productor independiente en l¨ªnea con lo que reclama la parte m¨¢s diversa de la industria. Tras el revuelo generado en 2022 por la Ley General de Comunicaci¨®n Audiovisual ¡ªal cambiar una palabra del texto abri¨® la puerta a que recibiera apoyo como independiente, por ejemplo, la productora de una gran cadena que realizara un proyecto para otro conglomerado colosal¡ª, la normativa trata de aplacar los ¨¢nimos encendidos.
La definici¨®n incluida en el nuevo texto refleja la de la ley en vigor y, sobre todo, la que los propios productores alternativos ped¨ªan. De paso, la normativa actualiza la lista de t¨¦rminos relevantes para el s¨¦ptimo arte, hoy distinta a la de 2007, entre series, filmes que no solo se estrenan en salas o todo tipo de distribuidores independientes. Y los cines tambi¨¦n ven satisfecha una de sus peticiones: su obligaci¨®n de proyectar obras europeas e iberoamericanas pasa del 25% al 20% de su programaci¨®n. Aunque el sector sabe que, a veces, pel¨ªculas de EE UU se registran como coproducidas con Europa gracias a una m¨ªnima contribuci¨®n desde el Viejo Continente justo para saltarse esa cuota.
Otro cambio destacado afecta precisamente a los nuevos actores m¨¢s conocidos del cine: las plataformas como Netflix o HBO. Estar¨¢n obligadas a compartir p¨²blicamente un tesoro que hasta ahora ocultaban con celo: sus datos de audiencia y visionados, igual que ya lo hacen salas y emisoras, tambi¨¦n para facilitar la recaudaci¨®n de los derechos de autor, otro tema central de la ley. Adem¨¢s, no podr¨¢n recibir ayudas ¡°las pel¨ªculas cinematogr¨¢ficas producidas directamente por prestadoras de servicios de comunicaci¨®n audiovisual¡±. Otra cosa, sin embargo, es que las compren y las incorporen a su cat¨¢logo, una pr¨¢ctica muy habitual que deja la puerta abierta a m¨¢s de un regate letal.
La Filmoteca Espa?ola recibir¨¢ la protecci¨®n de BIC (Bien de Inter¨¦s Cultural), para garantizar el cuidado del patrimonio audiovisual que se conserva en sus distintos almacenes y centros de restauraci¨®n. Al menos un 35% de las ayudas a la producci¨®n ir¨¢ destinado a filmes dirigidos por mujeres, como ya sucede en la pr¨¢ctica y ahora establecer¨¢ la ley. Se prev¨¦ la creaci¨®n de un Consejo Estatal de Cinematograf¨ªa y la Cultura Audiovisual, un organismo aut¨®nomo y consultivo, lo cual resume a la vez su potencial y sus limitaciones. Y el ICAA (Instituto de la Cinematograf¨ªa y las Artes Audiovisuales) deber¨¢ elaborar y publicar cada cierto tiempo un plan estrat¨¦gico. Adem¨¢s, la calificaci¨®n de los filmes por edades pasa de las manos del propio ICAA a un sistema de corregulaci¨®n con las distribuidoras. Y para el reconocimiento de la nacionalidad espa?ola a una obra se incluyen por primera vez ¡°las lenguas reconocidas estatutariamente por las Comunidades Aut¨®nomas¡±, como subray¨® Urtasun.
Con sus palabras, el ministro celebr¨® el poder¨ªo de la industria del cine. Aunque su propia presencia en la rueda de prensa lo demostraba: desde que asumi¨® el cargo es la segunda vez que habla tras el Consejo de Ministros. Y en marzo tambi¨¦n tuvo que ver con el s¨¦ptimo arte: en concreto, con los descuentos para mayores de 65 a?os en las salas. Aunque su condici¨®n al mismo tiempo de portavoz de Sumar hizo que varias preguntas le interrogaran por su otra faceta, y la crisis que atraviesa su formaci¨®n.
Entre eso, y los otros tres ministros presentes, no hubo tiempo para hablar de otra crisis: la que sufren los cines. Desde febrero, ni un solo fin de semana la asistencia ha alcanzado la media 2017-2019, en datos de la consultora especializada ComScore: se ha colocado a menudo en torno al 70%, pero en varias ocasiones baj¨® al 40% y en una estuvo incluso en el 29%. Otro cambio de tendencia con el que tendr¨¢ que lidiar la ley. Cuando llegue.
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