¡®Deadpool y Lobezno¡¯: el mono de feria que revitaliza Marvel con la autoparodia

Si alrededor del a?o 2015 les hubiesen dicho a los especialistas y a los admiradores del mundo del c¨®mic que el Universo Cinematogr¨¢fico de Marvel iba a entrar en una peligrosa deriva de hartazgo, tanto por la baja calidad de algunas de sus ¨²ltimas propuestas como por la hiperinflaci¨®n de t¨ªtulos, que la saga de los X-Men, entonces comandada por Fox, estar¨ªa hundida en la miseria tras varias producciones fallidas y un descalabro art¨ªstico total como el de F¨¦nix oscura, y que el encargado de sacar a todos ellos del atolladero iba a ser un personaje de Marvel esquinado entre los esquinados llamado Deadpool, se hubieran muerto de la risa. O quiz¨¢ del susto.

Pero as¨ª es. Tras un periodo de letargo con menos estrenos, Marvel regresa con el cargamento de autoparodia del superh¨¦roe m¨¢s bocazas del universo, ese Deadpool triunfador con sus dos entregas de los a?os 2016 y 2018 (782 y 785 millones de d¨®lares de recaudaci¨®n, respectivamente), intentando dar nuevo brillo a su tono de comedia de acci¨®n de autoconciencia par¨®dica, resumida en una de las grandes frases de la primera entrega: ¡°?A qui¨¦n se ha follado este Deadpool para tener pel¨ªcula propia?¡±. Ocho a?os despu¨¦s, conceptu¨¢ndose a s¨ª mismo como un simple ¡°mono de feria¡±, no solo tiene pel¨ªcula propia sino franquicia propia, esta vez de la mano de Shawn Levy, especialista en cine juvenil efervescente y dionisiaco desde la saga de Noche en el museo, y acompa?ado de uno de los grandes nombres de la Patrulla X: Lobezno, al que las pel¨ªculas ya hab¨ªan matado en la crepuscular Logan, y al que ahora resucitan porque la casa del c¨®mic y de las cintas de superh¨¦roes todo lo puede.

De hecho, fiel a ese esp¨ªritu flagelador consigo misma de Marvel en la vertiente Deadpool, esta tercera entrega, Deadpool y Lobezno, se inicia con una retah¨ªla de bromas acerca de la compleja situaci¨®n creativa. Una l¨ªnea que contin¨²a a lo largo de toda la pel¨ªcula, sobre todo en una primera mitad muy entretenida que da paso a una segunda bastante m¨¢s grave y desigual, aunque sin llegar a la vacua grandilocuencia, que va aglutinando todo tipo de chistes metaling¨¹¨ªsticos con los que alimentar a los fan¨¢ticos: metanarrativos (¡°no, si al final me va a matar un figurante¡­¡±; ¡°?calla, t¨ªo, t¨² no tienes ni frase!, ante un amago de r¨¦plica); empresariales (¡±?j¨®dete, Fox!¡±, y las ruinas del logo de la hist¨®rica 20th Century Fox, absorbida por Disney, en medio de una secuencia de acci¨®n); psicol¨®gico-sociales, acerca de los habituales dramas de la generaci¨®n Z; o ajenos a la historia en s¨ª pero en torno a sus creadores e int¨¦rpretes (gui?os expl¨ªcitos para Kevin Feige, el jefazo de todo esto, para James Mangold, director de Logan, y para la ¡°carrera en los musicales¡± de Hugh Jackman), entre muchos otros.

Deadpool y Lobezno, no obstante, tiene un peligro: puede que a los fans de las pel¨ªculas que no son lectores de c¨®mics no les importe, pero es probable que a cierto c¨ªrculo de entendidos de los tebeos las gracietas del autoproclamado como ¡°Jesucristo de Marvel¡± les parezcan un pu?al en el centro de su formaci¨®n sentimental en torno a las vi?etas. Tanto para los que est¨¢n convencidos de que el universo de Marvel est¨¢ solo un escal¨®n por debajo del shakesperiano, como para los amantes de lo refrescante que saben diferenciar artes, pero a los que no les gusta que les importunen con chistecillos acerca de sus mitos y con la falta de l¨®gica interna.

Y es posible que incluso tengan buena parte de raz¨®n, porque en ese territorio presuntamente desmitificador Deadpool y Lobezno est¨¢ al borde de lo cargante. Pel¨ªcula para entendidos, que de todos modos son legi¨®n, tiene pinta de ¨¦xito abrumador y, desde luego, tambi¨¦n atesora el valor de ir a por todas, incluso con la comedia negra. Para muestra, este ¨²ltimo bot¨®n en forma de di¨¢logo:

¡ªVoy a ense?arte algo. Algo grande.

¡ªEso dec¨ªa tambi¨¦n mi monitor de los scout.