¡®En la piel de Blanche Houellebecq¡¯: la discutible comicidad del escritor franc¨¦s alcanza su m¨ªnimo

Es un escritor candidato al Nobel de Literatura y tiene ganada fama de profeta pol¨ªtico, pero desde hace unos a?os tambi¨¦n es int¨¦rprete de cine. Michel Houellebecq, inclasificable en su obra y a¨²n m¨¢s en su vida y su ideario, sempiterno polemista, acaba de estrenar su ¨²ltima pel¨ªcula como actor; la sexta, cuatro de ellas como protagonista. ?Actor? Hasta cierto punto, porque en al menos tres de ellas se interpreta a s¨ª mismo (si no en todas): la trilog¨ªa dirigida por Guillaume Nicloux y formada por la sorprendente El secuestro de Michel Houellebecq (2014), la inane Thalasso (2019) y la presente, En la piel de Blanche Houellebecq, un disparate con mucha menos miga de lo que seguramente sus autores creen. Autoficciones libres y desprejuiciadas, comedias absurdas, aparentes par¨¢bolas pol¨ªticas y sociales fuera de norma, pero sin demasiada enjundia.

¡°Eres un escritor famoso. ?Pues ded¨ªcate a escribir y cierra el pico!¡±, le espeta la c¨®mica y actriz Blanche Gardin, su nueva socia en la trilog¨ªa tras G¨¦rard Depardieu en Thalasso, cuando ambos formaron una pareja f¨ªsica y estil¨ªstica no demasiado lejana a la de Stan Laurel y Oliver Hardy. Se supone que Houellebecq, presuntamente dotado de un sentido del humor a prueba de balas, se r¨ªe de s¨ª mismo y con ello, adem¨¢s de radiografiar la agon¨ªa de Francia, en palabras de Manuel Chaves Nogales, se carcajea tambi¨¦n del propio pa¨ªs y de sus ciudadanos, al menos, de los carentes del poco sentido del rid¨ªculo que tiene ¨¦l. Sin embargo, cada vez con m¨¢s fuerza desde los inicios con El secuestro¡­, algo huele a operaci¨®n ajena a su persona de la que ¨¦l no se acaba de enterar.

La idea inicial de la pel¨ªcula, que no es ning¨²n documental aunque se juegue con sus recursos formales, se asienta en continuas capas de cebolla metaling¨¹¨ªsticas alrededor de su figura. Houellebecq, nacido en la isla de Reuni¨®n (¡°yo tambi¨¦n soy un hijo del colonialismo¡±, viene a decir), viaja a Guadalupe para formar parte del jurado de un concurso de imitadores del propio Houellebecq. Y all¨ª le espera una de las organizadoras, la c¨®mica Gardin, que se interpreta a s¨ª misma. Una actriz dotada, como supuestamente el escritor, del don del absurdo con su imperturbabilidad y un halo de cierta tristeza, bien probado en notables pel¨ªculas de algunos de los adalides de la risa m¨¢s esquinada de Francia: Beno?t Del¨¦pin y Gustav Kervern (la estupenda Borrar el historial); Quentin Dupieux (Fumar provoca tos), y Michel Gondry (El libro de las soluciones).

¡°La risa es el primer paso hacia la liberaci¨®n¡±, afirm¨® la escritora Maryse Cond¨¦, en una frase de la que se adue?an desde el primer segundo de pel¨ªcula los autores, casi como excusa para convertir su trabajo en un delirio¡­ que tampoco llega a ning¨²n sitio, al menos en lo pol¨ªtico y lo social, pese a sus (desaprovechados) apuntes sobre los bek¨¦s, los franceses blancos de las Antillas que procrearon entre ellos para preservar la pureza de la raza en las colonias. Una risa que solo puntualmente alcanza una tonalidad oscura y cruel, como cuando un antillano dice al escritor que est¨¢ ¡°iniciando¡± a su hija de 11 a?os ¡°en la literatura de Houellebecq¡±. Chiste, desde luego, tan pol¨¦mico y atrevido como los textos y opiniones del escritor.

Es posible que algunos conf¨ªen en que dentro de unos cuantos a?os estas tres autoficciones del t¨¢ndem formado por Houellebecq y Nicloux puedan ser vistas como la muestra de lo que fue Francia en los alrededores de la segunda y tercera d¨¦cada del siglo XXI, como un muestrario singular de la ca¨ªda de la grandeur francesa, de sus cimientos y de su fachada, de la lucha entre las ¨¦lites y la verdadera Francia a pie de calle y poscolonial. Sin embargo, lo m¨¢s probable es que se vean como la cada vez m¨¢s rid¨ªcula deriva de un escritor may¨²sculo y polemista vibrante, al margen de cualquier convencionalismo, al que un buen mal d¨ªa convencieron de que su impasibilidad pod¨ªa tener la gracia de Stan Laurel o de Buster Keaton.