El premio (leon¨¦s) que la escritora palestina Adania Shibli s¨ª pudo recoger
La autora cancelada en la feria de Fr¨¢ncfort por el ataque de Ham¨¢s recibe en Le¨®n el prestigioso galard¨®n del Club Leteo
La historia en tiempo real se registra d¨ªa a d¨ªa en unas cr¨®nicas sobre Gaza que chorrean dolor y sangre desde octubre, pero hay veces en que un libro, un solo libro, puede condensar la realidad y adem¨¢s el choque entre la raz¨®n y la sinraz¨®n, entre la convivencia y la agresi¨®n, la paz y la guerra. La novela Un detalle menor, de Adania Shibli, es una de esas raras joyas que pintan lo complejo desde la sencillez. Premiada por la asociaci¨®n alemana LitProm en un galard¨®n cancelado en la ¨²ltima feria de Fr¨¢ncfort a partir del ataque de Ham¨¢s, esta palestina de 50 a?os s¨ª ha podido recibir el premio que concede el club cultural Leteo. La cita fue este martes en el Musac de Le¨®n en el marco del Festival Palabra.
¡°La feria de Fr¨¢ncfort es muy fuerte y poderosa y la cancelaci¨®n fue un acto de violencia. Pero al mismo tiempo pas¨® algo interesante: los lectores leen cada uno desde su intimidad y muchos han dado al libro un lugar en su vida. Cada uno ha tomado su opci¨®n desde la intimidad¡±, cuenta Shibli en conversaci¨®n con EL PA?S en Le¨®n.
Su libro se public¨® por primera vez en L¨ªbano en 2017 y lleg¨® a los territorios palestinos casi clandestinamente, con fotocopias que iban pasando de mano en mano en Cisjordania y Gaza, en un escenario que ella describe como de censura absoluta de los autores palestinos. A partir de ah¨ª salt¨® a varios idiomas ¡ªen Espa?a lo publica Hoja de Lata¡ª y qued¨® finalista del National Book Award (en EE UU) y del International Booker Prize (en Reino Unido). Fue m¨¢s tarde cuando la cancelaci¨®n y la grav¨ªsima agresi¨®n en Gaza la proyectaron a una dimensi¨®n que ella reh¨²ye.
¡°Intento no hacerme visible desde ese punto de vista. Lo importante es la lectura y lo incre¨ªble de la literatura es que permite a cada lector leer el libro como quiera. Si alguien quiere decir que mi dolor es antisemita, es su lectura. Mi dolor es mi dolor. Hay a quienes no les gusta mirar lo que han creado, pero eso es ceguera¡±, asegura Shibli.
Y es que la novela es extraordinariamente punzante. Y precursora. Narra la violaci¨®n y asesinato por parte de soldados israel¨ªes de una ni?a ¨¢rabe en 1949 en el desierto del Neguev cuando el Ej¨¦rcito intentaba asegurar su presencia para iniciar la colonizaci¨®n. A partir de este suceso bordado con una frialdad magistral, sin cuestionamiento y sin que oigamos la voz de la muchacha, arranca una segunda parte en la que una mujer palestina intenta averiguar, d¨¦cadas despu¨¦s, lo que pas¨®. Poner luz y palabras sobre aquello iluminar¨¢ a su vez los silencios del presente, en un entorno opresivo en el que las palabras mueren por no poder significar lo que son. Y donde los nombres israel¨ªes se han superpuesto a los palestinos en los mapas. La represi¨®n israel¨ª pasa como un rodillo sobre la existencia de unos palestinos separados por el intrincado sistema de muros y zonas de distintos niveles de acceso que se han convertido en pesadilla. ¡°Los muros no han separado a los palestinos de los israel¨ªes, sino a los palestinos de sus tierras¡±, asegura.
Y es esa realidad que une pasado y presente en busca de su propia definici¨®n lo que ella ha intentado y logrado con lo que describe como su ¡°lenguaje roto, dubitativo y confuso¡±. ¡°S¨¦ que hay estructuras narrativas cl¨¢sicas con su inicio, nudo y desenlace, pero mi forma de narrar es rota, dubitativa, es el lenguaje de aquellos a quienes nunca oiremos¡±, aclara.
Tal vez por ello no tiene pelos en la lengua para hablar de Alemania, donde ha vivido en los ¨²ltimos a?os y donde ha sufrido esa cancelaci¨®n dolorosa. ¡°Alemania est¨¢ actuando con arrogancia, sin compasi¨®n. Para ellos no hay compasi¨®n, hay narcisismo. La historia va de ellos mismos. Y niegan que tu dolor exista. Pero yo s¨¦ que mi dolor existe¡±.
¡ª?Es arrogancia? ?O culpa?
¡ªLa culpa viene del narcisismo. Hay diferencia entre culpa y compasi¨®n. Ellos no son capaces de ponerse en la posici¨®n de otro y eso es peligroso.
¡ª?Le sorprende que la acusen de antisemitismo?
¡ªMi novela no es antinada. Yo no lo soy. Soy pro. Mi ¨¦tica es la de la compasi¨®n, la de cuidar a los d¨¦biles.
Adania Shibli era la peque?a de varios hermanos que le sacaban a?os y a los que observaba leer y escribir mientras ella a¨²n no pod¨ªa. ¡°Hab¨ªa siempre un misterio del lenguaje. Yo sent¨ªa que a ellos pod¨ªa hacerles so?ar, re¨ªr... y que a m¨ª no se me permit¨ªa a¨²n entrar¡±. Tambi¨¦n otro factor se convirti¨® en motor de su escritura: ¡°Al empezar a crecer me preguntaba por qu¨¦ la gente no era capaz de hablar con fuerza, con seguridad, sino que lo hac¨ªan con confusi¨®n, con rodeos, sin precisi¨®n, mientras otros, los israel¨ªes, s¨ª. Ellos s¨ª hablaban libremente. Y yo me preguntaba por qu¨¦. Mi primera experiencia de opresi¨®n fue en el lenguaje¡±.
Shibli pone un ejemplo: la separaci¨®n en zonas que sufren los palestinos surgi¨® en las llamadas ¡°negociaciones de paz¡± que celebraron ambas partes hace ya 20 a?os y que nunca culminaron en un acuerdo final. ¡°A partir de entonces la palabra paz significa que nos van a golpear otra vez. Ahora, si te resistes, eres una personas que se est¨¢ resistiendo a la paz. Y se crea una sensaci¨®n de que el lenguaje va por un lado y la vida por otro. No encajan. Como el maltratador que te dice que te quiere y llegas a la conclusi¨®n de que, si esto es el amor, no quieres amor. Si nos tratan de forma ¡®un poco humana¡¯ no nos tratan de forma humana¡±.
Humanidad y apoyo de sobra s¨ª ha encontrado en Espa?a y especialmente en Le¨®n, donde el club Leteo la ha sumado a otros galardonados como Paul Auster, Mircea C?rt?rescu, Michel Houellebecq, Juan Gelman, Am¨¦lie Nothomb o Bel¨¦n Gopegui. ¡°Hemos dado el premio a grandes escritores que auspiciaban la cultura jud¨ªa¡±, asegur¨® Rafael Saravia, poeta y director del Club Leteo en la entrega del premio, que se concede con el apoyo del Ayuntamiento de Le¨®n. ¡°Pero hoy el Gobierno israel¨ª est¨¢ cometiendo un genocidio que desde la cultura denunciamos¡±. El galard¨®n es, subray¨®, a una ¡°grand¨ªsima escritora y gran pensadora¡±.
Babelia
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