Abderrahmane Sissako, el director africano que habla de la ?frica que Europa no conoce
El candidato al Oscar con ¡®Timbuktu¡¯ estrena ¡®T¨¦ negro¡¯, una historia de amor con muchos silencios entre una migrante africana y el due?o de una boutique de infusiones en Cant¨®n
Una d¨¦cada despu¨¦s de haber llegado a los Oscar con Timbuktu, Abderrahmane Sissako (Kiffa, Mauritania, 62 a?os) vuelve a estrenar largo con T¨¦ negro. Si en Timbuktu ilustraba la llegada del yihadismo a Mali, el pa¨ªs en el que el cineasta pas¨® su ni?ez y su adolescencia antes de estudiar cine en la URSS, en T¨¦ negro se sumerge en amor¨ªos soterrados de cocimiento lento, en su caso entre una chica de Costa de Marfil, que ha huido de una boda en su pueblo natal al descubrir que su novio no la quer¨ªa, y un comerciante chino, due?o de una boutique de t¨¦s, en Cant¨®n (o Guangzhou en su nombre chino), ciudad en la que se ha asentado la protagonista. Puede que no sea el mejor trabajo de Sissako, pero al cineasta le sirve para reflexionar, sin tanta carga pol¨ªtica como en filmes precedentes como Bamako (2006) o La vida en la Tierra (1998), sobre una migraci¨®n que Europa no ve ¡°por culpa del eurocentrismo que se aplica al hablar de muchas situaciones¡±.
Sissako asoma a la pantalla de la videollamada desde Par¨ªs el pasado lunes 9, donde est¨¢ de paso ¡ªvivi¨® all¨ª varios a?os¡ª tras haber formado parte del jurado del pasado festival de Venecia, en la que gan¨® Pedro Almod¨®var. ¡°Agradezco a Almod¨®var y al cine espa?ol que nos hiciera el regalo de su filme, por lo que recibe un Le¨®n de Oro m¨¢s que merecido¡±, apunta con una sonrisa. M¨¢s tarde su gesto se ir¨¢ tensando durante la larga charla por un dolor de espalda que no impedir¨¢ su gusto por las respuestas minuciosas y la conversaci¨®n.
Y as¨ª arranca a explicar una historia pocas veces vista en el cine (aunque ¨¦l ya mostr¨® a un migrante chino enamorado de una africana en Heremakono, en 2001). ¡°Porque el cine proyecta una visi¨®n euroc¨¦ntrica del mundo. O si quiere, occidental. Europa decidi¨® c¨®mo se ten¨ªa que dividir el continente africano tras colonizarlo. Sus criterios se han impuesto, el dinero procede de Europa. Y es un hecho que se est¨¢ acentuando, a pesar de la voluntad de muchos j¨®venes. Europa siempre se mira a s¨ª misma, no mira a los dem¨¢s, no observa¡±. Respira y sigue: ¡°No quiere decir en absoluto que Europa sea decadente. Sin embargo, como artista, soy sensible a lo que ocurre a mi alrededor y me temo que incluso de cara a la emigraci¨®n Europa no abandona su eurocentrismo¡±.
El ¨¢rea urbana de Cant¨®n ¡ªla m¨¢s poblada de mundo¡ª alcanza los 47 millones de habitantes. Uno de sus distritos recibe el nombre de Chocolate City, porque en ella reside la migraci¨®n africana subsahariana. ¡°La migraci¨®n africana a Asia es otro ejemplo de todo lo que no se ve desde Europa. La humanidad nace de los movimientos que provocan los encuentros entre personas de diferentes procedencias. El mundo es amplio, vasto. No ocurren las cosas porque s¨ª¡±. ?Y no le preocupa la actual colonizaci¨®n china de ?frica, su adquisici¨®n de las fuentes de materias primas? ¡°En Mauritania tenemos un proverbio que dice que aquel que se ahoga se agarra hasta a un cocodrilo. China es nuestro cocodrilo, porque ?frica ahora mismo se est¨¢ ahogando. Es un continente que ha sido explotado, ya que ning¨²n pa¨ªs occidental ha compartido jam¨¢s lo que ha sacado de all¨ª. Hoy Europa sigue apoyando las dictaduras que le convienen. No es sorprendente que en un mundo globalizado como este, donde la econom¨ªa lo puede todo, China se posicione e intente obtener lo mejor para ella. Ahora bien, seamos l¨®gicos, no hay ning¨²n pa¨ªs que haga esfuerzos por caridad. Ah¨ª es donde ?frica debe ser combativa pol¨ªticamente para no volver a caer en lo que ocurri¨® con Europa. Porque si no, dentro de medio siglo estaremos lament¨¢ndonos de nuevo. Hay que saber defenderse y no esperar a que haya pasado demasiado tiempo¡±.
En Mauritania tenemos un proverbio que dice que aquel que se ahoga se agarra hasta a un cocodrilo. China es nuestro cocodrilo, porque ?frica ahora mismo se est¨¢ ahogando¡±
Tampoco es que en China los africanos vivan en un para¨ªso. Tras la pandemia, emergi¨® un racismo que ya exist¨ªa previamente soterrado contra los inmigrantes. ¡°Los prejuicios nacen por un desconocimiento del otro, y eso es lo que ocurri¨®¡±, explica el cineasta. ¡°No olvides que en China un africano no puede abrir una tienda, mientras que un chino no tiene ning¨²n problema en hacerlo en cualquier pa¨ªs de mi continente¡±.
El cineasta, que reside en Mauritania, no quiere abandonar la vertiente m¨¢s pol¨ªtica del filme sin una reflexi¨®n final: ¡°Europa siempre defiende valores democr¨¢ticos. Sin embargo, Europa ha apoyado, incluso provocado, guerras en ?frica desde hace d¨¦cadas, y ha seguido en el siglo XXI, como la que ha destrozado Libia. En cambio, China no ha aportado ninguna guerra. Eso en ?frica es algo que se sabe. No es un rechazo hacia Europa lo que siente ?frica, sino un rechazo hacia la pol¨ªtica europea¡±.
Tampoco las se?ales que env¨ªa Europa con su giro hacia la ultraderecha son optimistas. ¡°Desde luego. Europa hace pol¨ªtica de derechas pase lo que pase. Aunque no lo parezca. Estoy absolutamente en contra de la invasi¨®n rusa a Ucrania, pero hay una doble vara de medir: ?qu¨¦ pasa con la guerra en Gaza, que es un genocidio y nadie levanta el dedo? Quiero dos Estados. Uno en Palestina, otro en Israel. Quiero que vivan en paz. Sin embargo, Europa no hace nada para ayudar. La luz al final del t¨²nel no aparece en nuestro horizonte africano. No hay cosa m¨¢s horrible que esa expresi¨®n de ¡®ayuda al desarrollo¡¯. Para desarrollar cinismo puro y duro. No nos enga?es, ll¨¢malo en realidad ayuda al subdesarrollo¡±.
En el cine de Sissako es habitual que la protagonista sea mujer, y el cineasta realiza esa elecci¨®n de manera premeditada. ¡°En esta ocasi¨®n quer¨ªa mostrar su papel en la sociedad. Cuando se habla de la mujer africana se dice que es muy valiente. Para m¨ª, todas las mujeres son valientes y no todas las mujeres son v¨ªctimas. Como se escucha en una conversaci¨®n en T¨¦ negro: ¡®Los hombres en ?frica son iguales que en China¡±.
Sobre T¨¦ negro se cierne la alargada sombra de Deseando amar (In The Mood for Love). Sissako explica que no se dio cuenta del eco del filme de Wong Kar-Wai hasta las primeras proyecciones. ¡°Me encanta todo el cine de Wong Kar-Wai. Y lo tomo como un cumplido. Pero tambi¨¦n te puedo decir que me influy¨® much¨ªsimo m¨¢s Ingmar Bergman. Las referencias a veces son conscientes, otras, inconscientes. ?Hay ecos de Deseando amar? Puede, porque ambas son pel¨ªculas que se desarrollan en Asia y describen una relaci¨®n amorosa de forma pausada y con silencios, con m¨¢s desarrollo en el interior que gestos apasionados f¨ªsicos¡±.
De Par¨ªs Sissako vuelve a Mauritania, a centrarse en sus dos pasiones: sus dos hijos (ha sido padre tard¨ªo) y un terreno de 105 hect¨¢reas plantado con acacias africanas. ¡°Eso es lo que me da la felicidad¡±, confiesa. ?Y esa felicidad ha ralentizado su ritmo de trabajo? ¡°Nunca fui un cineasta ansioso, aunque s¨ª regular. Ha pasado una d¨¦cada desde Timbuktu por mi paternidad, pero tambi¨¦n porque dirig¨ª una ¨®pera junto a Damon Albarn, por la covid... Y adem¨¢s porque en T¨¦ negro esperamos nueve meses a que nos dieran permiso para rodar en China¡±. Cosa que nunca ocurri¨® y acab¨® film¨¢ndose en Taiw¨¢n. ¡°Y no te enga?o, tengo una noci¨®n del tiempo muy, muy particular. En realidad, no tengo noci¨®n del tiempo. Para m¨ª una pel¨ªcula es realmente un compromiso. Como con mis hijos. Ser padre tambi¨¦n significa ser responsable. Y tomar decisiones, como inculcarles saber compartir y tener confianza. Los ni?os acaban teniendo miedo del otro, de lo diferente. Eso no puedes permitirlo. Ah, una cosa m¨¢s: las acacias. A mis hijos les encantan. Debemos darnos cuenta de que lo ¨²nico que nos asegura un futuro es proteger la naturaleza. En ?frica y en los pa¨ªses ricos, esos que han destrozado medioambientalmente la Tierra¡±.
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