Paloma Picasso: ¡°Entend¨ª pronto que no era una maldici¨®n que se me acercase la gente por ser la hija de Picasso¡±
La hija del artista, dise?adora de joyas, es la nueva administradora de su legado art¨ªstico. Visita Barcelona como patrona del Museo Picasso
Aunque su padre, Pablo Picasso, la retrat¨® en solitario en dos ocasiones (Paloma ¨¤ l¡¯orange y Paloma en bleu) fue Paloma ¨¤ la Guitare (1965), una pintura de su madre, Fran?oise Guilot, la que batir¨ªa r¨¦cords por venderse por 1,3 millones de d¨®lares en una subasta online en Sotheby¡¯s. ¡°A m¨ª quien me educ¨® fue mi madre, a mi padre lo vi mucho menos¡±, contaba este lunes tarde Paloma Picasso, dise?adora de joyas, bolsos y creadora de perfumes, sentada en un sal¨®n del Museo Picasso de Barcelona.
Desde 2023, la cuarta hija del artista es patrona del museo y nueva administradora de la Succession Picasso, que gestiona los derechos ligados al artista y su obra, cargo que asumi¨® un mes antes de que falleciera su hermano Claude Ruiz-Picasso. ¡°Ayer pude ver un poco de la Copa del Am¨¦rica desde un barco, todo pas¨® rapid¨ªsimo, pero fue muy emocionante¡±, explica sobre su visita expr¨¦s a la ciudad. Dos d¨ªas en los que ha podido acercarse al evento deportivo y asistir a la inauguraci¨®n de Picasso i el Port 1895-1904, una muestra urbana sobre la vinculaci¨®n del artista con el frente mar¨ªtimo de la capital catalana.
Pregunta. La conoc¨ªamos por sus dise?os de joyas y su vertiente empresarial en moda y belleza, ?ha cambiado mucho su vida desde que asumi¨® ser administradora?
Respuesta. Al principio, una amiga me dijo: ¡°?Cu¨¢nto tiempo crees que vas a estar trabajando con eso de la familia y la administraci¨®n?¡± Respond¨ª: ¡°Un 40%, m¨¢ximo¡±. Recuerdo que me mir¨® extra?ada y me contest¨®: ¡°Eso no iba a ser posible, est¨¢s so?ando, va a ser m¨ªnimo el 80% de tu tiempo¡±. Ahora mismo, estoy al 120%.
P. ?Sigue creando?
R. S¨ª, he podido hacer una colecci¨®n de pulseras, parecida a las que llevo hoy [va perfectamente enjoyada, con sendos brazaletes de oro en cada brazo], que llegar¨¢ a tiendas el a?o que viene. La ide¨¦ en marzo, tengo suerte y pasan muchos meses entre que paso los bocetos, los prototipos en 3D y la comercializaci¨®n. Eso me permite tener m¨¢s tiempo para administrar el legado.
P. La hija de Agn¨¨s Varda, que administra el de su madre, dijo hace poco en el CCCB que su labor no es la de hacer de cr¨ªtica cultural, sino acercar la obra al p¨²blico. ?Qu¨¦ papel quiere ejercer en esta nueva posici¨®n?
R. Tuve suerte, entend¨ª muy pronto que no era una maldici¨®n que la gente se me acercase por ser la hija de Picasso. A los 15 hice mi primera sesi¨®n de fotos como modelo para el Vogue estadounidense. Despu¨¦s de las m¨ªas ven¨ªa Geraldine Chaplin a posar al estudio. Me qued¨¦ para conocerla y vi la luz. Si a m¨ª me interesaba conocer a Geraldine Chaplin, ten¨ªa que entender que la gente quisiera conocer a Paloma Picasso por ser una Picasso. Eso no quita que cuando comenc¨¦ a dibujar ped¨ª firmar solo con mi nombre, Paloma, sin el Picasso.
P. ?Por qu¨¦?
R. Dibujaba desde ni?a, pero si me decant¨¦ por el mundo de la moda fue porque era el ¨²nico que no hab¨ªa tocado mi padre. Intent¨¦ firmar sin Picasso en una colecci¨®n para unas mantas de piel. Cuando llegu¨¦ a Nueva York y vi escrito ¡°Paloma Picasso¡±, me hund¨ª. Quer¨ªa ser Paloma a secas, sin el apellido, y cuando lo vi me quise tirar por la ventana. Pero ah¨ª, que pod¨ªa haber montado una escena, asum¨ª y entend¨ª que eso iba a pasar siempre. Mejor aceptarlo y vivir con ello. Las puertas se abren m¨¢s f¨¢cil con ese apellido, obviamente, pero tambi¨¦n est¨¢ quien te las cierra de golpe. No te voy a enga?ar, es un apellido fant¨¢stico para conseguir sitio en los restaurantes.
P. En 2023 se hicieron much¨ªsimas exposiciones y muestras en relaci¨®n con el 50 aniversario de la muerte de Picasso. ?Hubo alguna que le desagradara en su planteamiento?
R. Lo bueno de Picasso es que siempre hay exposiciones, es extraordinario porque siguen descubriendo modos de mirar a su obra de una manera distinta. S¨ª hubo una exposici¨®n en Nueva York, en Brooklyn, que cre¨ªa demostrar que mi padre era un macho terrible. No me gust¨®.
P. Se refiere a It¡¯s Pablo-matic, comisariada por Hannah Gadsby. No sali¨® muy bien parada por la cr¨ªtica.
R. Y menos mal, porque estuvo muy mal concebida. Estuve a punto de comprarme una peluca rubia para ir a verla, pero luego desist¨ª. Cada vez que hay una exhibici¨®n sobre Pablo Picasso, quien la plantea debe mostrar a la administraci¨®n lo que quieren hacer. Con esa en particular, pens¨¦: ¡°Si le decimos que no, ella [Gadsby] lo va a utilizar a su favor¡±. El Museo Picasso prest¨® obras por las mismas razones, si le dec¨ªan que no, jugar¨ªa en provecho de la comisaria. Ella respondi¨® de forma poco seria. Hab¨ªa Picasso y obras de mujeres, pero no hizo su trabajo para tener obras de mujeres fant¨¢sticas, que hay montones en esta tierra. Cre¨ªa que el tema antiPicasso era suficiente, pero resulta que aquello no bast¨®.
P. En los ¨²ltimos a?os, se est¨¢ resignificando en el discurso art¨ªstico a aquellos a los que se calific¨® como genios. Pas¨® con Hemingway y las mujeres y tambi¨¦n pasa con su padre y las mujeres con las que se relacion¨®. ?C¨®mo valora este cambio de paradigma?
R. Me parece bien, todav¨ªa no he podido ver la exposici¨®n sobre el surrealismo en el Centro Pompidou de Par¨ªs. Es cierto que hubo muchas mujeres surrealistas, como Dora Maar, que fueron conocidas en ese momento y, despu¨¦s, desaparecieron. Agradezco que durante los ¨²ltimos diez a?os, poco a poco, se vea m¨¢s a esas mujeres. Como la obra de mi madre, que finalmente est¨¢ mucho m¨¢s reconocida que antes.
P. Su madre, artista de la pintura, fue la ¨²nica mujer que abandon¨® a Picasso. Cuando lo hizo, ¨¦l le advirti¨®: ¡°?Crees que alguien va a interesarse por ti? Jam¨¢s lo har¨¢n solo por ti. Incluso las personas que crees que te aprecian, solo tendr¨¢n una especie de curiosidad por una persona cuya vida roz¨® la m¨ªa tan ¨ªntimamente¡±.
R. Mi madre me demostr¨® que se pod¨ªa creer en la carrera personal y permanecer en ella. Ella me dio esos valores. Mi padre no cre¨ªa en la educaci¨®n, tampoco cre¨ªa en las escuelas de arte, aunque s¨ª cre¨ªa en los maestros como los de antes. S¨ª que es cierto que, cuando yo ten¨ªa, creo que 13 a?os, empec¨¦ a o¨ªr del Women¡¯s Liberation Movement (WLM), el movimiento feminista de Estados Unidos. ¡°?Qu¨¦ quieren estas americanas? ?Est¨¢n locas!, yo no veo el problema¡±, pens¨¦. Cuando llegu¨¦ a los 15 o 16, lo entend¨ª. Lo que ellas ped¨ªan era lo que era mi vida con mi madre: la demostraci¨®n de que s¨ª se pod¨ªa tener aquello que reclamaban, porque mi madre lo hizo todo ella sola, vivi¨® de su pintura toda su vida. Y yo hered¨¦ esa idea, la de que podr¨ªa hacer todo lo que se me pasara por la cabeza, exactamente igual que un hombre.
P. Hace un par de a?os se public¨® en prensa que hab¨ªa luchas internas en la familia. Desde la administraci¨®n familiar se bloque¨® la posibilidad de que Marina Picasso, nieta de su padre, lanzase unos mil NFT relacionados con su obra. ?Todav¨ªa perduran?
R. Hubo muchas discusiones, pero creo que, desde que estoy en esa posici¨®n, todos, incluidos sobrinos y nietos, se han dado cuenta de que estoy al servicio de toda la familia, haciendo un papel generoso que hago por responsabilidad. Han entendido que yo tambi¨¦n tengo otro trabajo y cosas que hacer en mi vida.
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