Sim¨®n Casal, director de cine: ¡°Las distop¨ªas nos preparan para no vernos despose¨ªdos de soberan¨ªa¡±
El cineasta plantea en ¡®Justicia artificial¡¯ el horizonte de que las sentencias las resuelva un algoritmo
Imaginen que llega un tiempo en que un algoritmo dicta sentencias. Y que lo hubi¨¦ramos podido evitar mediante un refer¨¦ndum¡ Es lo que plantea Sim¨®n Casal (A coru?a, 40 a?os) en su tercera pel¨ªcula, Justicia artificial, algo que ha provocado un debate social entre juristas que la han visto ya en cines. El cineasta gallego tira de distop¨ªa para advertirnos de un escenario en el que nuestros pleitos podr¨ªan ser resueltos mediante la Inteligencia Artificial con una especie de meiga techie (Alba Galocha) que quiere evitarlo y una jueza (Ver¨®nica Echegui) dispuesta a ayudarla.
Pregunta. Ya ten¨ªamos la justicia hecha unos zorros y ahora viene usted a meternos el miedo en el cuerpo con la Inteligencia Artificial en el asunto¡
R. S¨ª, en fin, la justicia est¨¢ en el punto de mira. La Inteligencia Artificial entrar¨¢, la cuesti¨®n es c¨®mo y hasta qu¨¦ punto. La pel¨ªcula trata de alertar sobre eso. Pero es un debate y una decisi¨®n pol¨ªtica. Por eso proponemos en la trama un refer¨¦ndum.
P. Vistos algunos casos llevados por jueces, lo que estar¨ªa bien, ?no es inteligencia, simplemente, a secas?
R. Claro y otro tipo de formaci¨®n o acceso a la carrera.
P. ?Cree que ese mundo se decanta hacia el elitismo?
R. Hay perfiles en la sociedad que no acceden a la carrera judicial, imagino que es un tema de clase.
La justicia deber¨ªa ser m¨¢s transparente y participativa. Lograrlo es una decisi¨®n pol¨ªtica¡±
P. No todas las familias pueden mantener a un hijo mientras intenta sacar durante a?os una oposici¨®n as¨ª de dura. ?Ah¨ª ya encontramos un problema de clase?
R. S¨ª, pero, adem¨¢s, se da cierta endogamia de familias, algo tradicional que pasa de padres a hijos.
P. Uno de los personajes de su pel¨ªcula quiere abrir la justicia a la sociedad mediante la tecnolog¨ªa. Tambi¨¦n buscaban eso los gur¨²s de Silicon Valley y mire qu¨¦ Cristo han montado por no prever que las redes tambi¨¦n las carga el diablo. ?D¨®nde est¨¢ el lado oscuro?
R. Surge cuando los inventos se van de las manos y se tuercen las buenas intenciones. Pero hay un mont¨®n de tareas que la IA podr¨ªa resolver.
P. ?Cu¨¢les?
R. Todas aquellas que permitan agilizar y desatascar la justicia. Lo que no puede pasar es que la tecnolog¨ªa llegue a tomar decisiones que deben estar controladas por personas, como las sentencias, claramente. La parte puramente administrativa o de gesti¨®n puede recaer ah¨ª, pero no en esos ¨¢mbitos donde la variedad de posibles resultados requiere conocimiento, experiencia y sensibilidad humana.
P. ?Llegar¨¢ a democratizarse la justicia en un sentido m¨¢s amplio?
R. Deber¨ªa ser m¨¢s transparente y participativa. Llegar a eso es una decisi¨®n pol¨ªtica, insisto. El sistema de instancias lo contempla, pero deber¨ªa abrirse todav¨ªa m¨¢s. En los ¨²ltimos tiempos se han vivido avances que tienen que ver con nuevas sensibilidades. El tema de las clausulas bancarias y las preferentes influy¨® a la hora de disminuir el poder de los bancos. La lucha feminista y el hecho de que haya m¨¢s mujeres en la judicatura ha hecho virar la sensibilidad hacia esos temas por un hecho meramente social.
P. Despu¨¦s de haber rodado un documental y un largo de ficci¨®n sobre el mismo tema, ?quiere convertirse en un cineasta jurista?
R. ?No! Me interesa la ficci¨®n pol¨ªtica, las utop¨ªas y las distop¨ªas como escenarios creativos.
P. ?Lo que anda ahora en medio entre utop¨ªa y distop¨ªa es la realidad?
R. Quiz¨¢s el presente¡ Vivimos situaciones graves. Me gusta imaginar escenarios futuros para los que necesitamos tomar ahora decisiones que los eviten y pensar qu¨¦ tipo de sociedad queremos.
Hay que dar valor a las armas de que disponemos¡ La democracia, por ejemplo¡±
P. ?Las distop¨ªas son ese g¨¦nero que ha aproximado el tiempo de la ciencia ficci¨®n (eso que nos parec¨ªa inalcanzable) a la vuelta de la esquina?
R. S¨ª, es verdad.
P. ?Pues produce una ansiedad del cop¨®n!
R. Creo que hay que hacer ese ejercicio por parte del cine, la literatura y el periodismo. Las distop¨ªas nos preparan para no vernos despose¨ªdos de soberan¨ªa.
P. La intenci¨®n de los tecn¨®logos con buena causa a finales del siglo XX, ?cambi¨® en el XXI cuando se dieron cuenta de que eran un poder f¨¢ctico y se forraron?
R. S¨ª, y hoy andamos desvalidos. Si cada una de estas tecnolog¨ªas entran cada vez m¨¢s en nuestra vida con una forma de entender el mundo basada solo en un idioma, el ingl¨¦s, ?qu¨¦ va a pasar con quienes hablamos otras lenguas, por ejemplo? Hay que dar valor a las armas de que disponemos¡ La democracia, por ejemplo, un arma muy valiosa para defendernos de todo eso.
P. Es usted tan gallego que en esta pel¨ªcula le ha salido una meiga tecnol¨®gica capaz de hacer un conjuro con el que arreglar la justicia.
R. Pues s¨ª, es verdad. No fue intencionado, pero es una interpretaci¨®n correcta. Estuve tratando de relacionar el paganismo que exist¨ªa en Galicia hace milenios y la IA. Todas esas creencias y deidades que habitaban la naturaleza hasta que lleg¨® el cristianismo y lo resignific¨®. Pero no encontr¨¦ nada que me sirviera. En fin¡
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.