Una donaci¨®n privada saca a la luz en Murcia cientos de fotos in¨¦ditas de la generaci¨®n del 27

En una caja de cart¨®n anaranjada de un pudin de navidad ingl¨¦s, el literato murciano Juan Guerrero fue guardando durante d¨¦cadas negativos y fotograf¨ªas de su ¨¢lbum familiar, de sus viajes por Espa?a pero, sobre todo, de sus amigos. De Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, Federico Garc¨ªa Lorca, Jorge Guill¨¦n, Luis Cernuda, Gabriel Mir¨®, Manuel Altolaguirre, Vicente Aleixandre, Rafael Alberti, Pedro Salinas. No hay pr¨¢cticamente ning¨²n nombre ligado a la generaci¨®n del 27 que escape de este archivo de im¨¢genes, en su mayor¨ªa in¨¦ditas y nunca antes publicadas. El tesoro acaba de salir a la luz gracias a una donaci¨®n privada que, como el resto de la historia de estos retratos, ha sido fruto de una serie de azares que se remontan casi un siglo atr¨¢s en el tiempo y que se han ido sucediendo hasta la llegada, este mes de noviembre, de esa caja anaranjada al Museo Ram¨®n Gaya de Murcia.

Lo ha hecho de la mano de Guadalupe R¨ªos, una licenciada en Bellas Artes de 83 a?os, ilustradora de p¨®steres de bot¨¢nica y portadas de editoriales y directora del gabinete de Pl¨¢stica de un colegio de Madrid, a quien, en uno de esos ¡°azares¡± de los que le gusta hablar, la viuda de Juan Guerrero, Ginesa Aroca, le dio este legado en los a?os 60 para que ¡°en alg¨²n momento, en el futuro¡±, se ¡°ocupara¡± de ¨¦l. Ese momento ha tardado seis d¨¦cadas en llegar, tambi¨¦n fruto de otro azar, en el que toma parte el cr¨ªtico de arte e historiador Juan Manuel Bonet, amigo personal de R¨ªos, a quien ella ense?¨® el archivo fotogr¨¢fico y le coment¨® su intenci¨®n de donarlo a alguna instituci¨®n p¨²blica. ¡°A Bonet enseguida le vino a la cabeza el Museo Ram¨®n Gaya de Murcia, porque ese centro llevaba un tiempo estudiando incorporar la figura de Juan Guerrero a sus salas. Me pareci¨® el sitio perfecto: en la ciudad natal de Juan Guerrero; en el museo de uno de los artistas que el propio Juan Guerrero impuls¨® y ayud¨®; en donde se recibi¨® con gran cari?o la propuesta y estaban dispuestos a prestar atenci¨®n al archivo; en una ciudad mediana, donde la cultura no est¨¢ tan masificada como en Madrid, donde hay demasiados legados y demasiado de todo¡±, explica por tel¨¦fono.

La donaci¨®n ha sido acogida con entusiasmo por el director del museo, de titularidad municipal, Rafael Fuster, que cree que el archivo marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s, tanto en la historia de la generaci¨®n del 27 como para poner en valor la figura de Juan Guerrero, que lo define como ¡°un hombre de letras en un sentido amplio, promotor de la cultura y mecenas¡±. Guadalupe R¨ªos lo califica como ¡°el protector de la generaci¨®n del 27¡å. Bonet, como ¡°un cronista del mundo de escritores y artistas que lo rodeaba¡±. Pero ?qui¨¦n fue Juan Guerrero, tan cercano a esa generaci¨®n de escritores en la que no se le ha incluido?

Juan Guerrero naci¨® en Murcia en 1893, estudi¨® Derecho como alumno libre en la Universidad Central de Madrid y viaj¨® a la capital en 1913 para conocer al poeta Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, fascinado por su obra literaria. Comenz¨® as¨ª una relaci¨®n de profunda amistad que le llev¨® a tener una intensa actividad cultural el resto de su vida, participando en revistas literarias y fundando sus propias publicaciones en su Murcia natal: el suplemento P¨¢gina Literaria en 1923 y en 1927, en colaboraci¨®n con el poeta Jorge Guill¨¦n, la revista Verso y Prosa, por la que pasaron todos los grandes escritores de la ¨¦poca. Es en esa publicaci¨®n donde Federico Garc¨ªa Lorca escribe su primer Romancero gitano, encabezado por el Romance a la Guardia Civil Espa?ola, al que acompa?aba una dedicatoria: ¡°A Juan Guerrero, c¨®nsul general de la poes¨ªa¡±.

El archivo que ahora sale a la luz incluye numerosos negativos del poeta granadino; en algunos, retratado solo, como uno datado en 1929 en Nueva York, donde escribi¨® en aquellas fechas su c¨¦lebre Poeta en Nueva York. En otras de las im¨¢genes tomadas por Guerrero, Lorca aparece acompa?ado por otros miembros de la Generaci¨®n del 27 como Vicente Aleixandre, Jorge Guill¨¦n, Rafael Alberti, Pedro Salinas, e incluso con su hermana peque?a, Isabel, que tambi¨¦n aparece retratada en solitario en este archivo.

Los negativos, 1.131 en total, est¨¢n ordenados, metidos en sobres en los que, en la mayor¨ªa de los casos, est¨¢ escrito el nombre del protagonista del retrato. En algunos aparece tambi¨¦n la fecha y el lugar donde se tom¨® la foto, aunque muchos de ellos est¨¢n sin datar. Las fechas m¨¢s antiguas que aparecen consignadas son de 1927 y las ¨²ltimas son de 1953, dos a?os antes de la muerte del literato. Los t¨¦cnicos del Museo Gaya han hecho una primera clasificaci¨®n del material: hay 567 negativos de paisajes de ciudades de Andaluc¨ªa, Castilla y Le¨®n, Castilla- La Mancha, Arag¨®n, Catalu?a, Comunidad de Madrid, Pa¨ªs Vasco y Comunidad Valenciana. Otras 113 im¨¢genes corresponden a la familia del propio Guerrero. El resto, son personajes ilustres, la mayor¨ªa escritores, aunque tambi¨¦n hay pintores, escultores o pol¨ªticos. El archivo incluye adem¨¢s 33 fotograf¨ªas positivadas, 14 de ellas tomadas en la Residencia de Estudiantes de Madrid a los autores del 27.

El director del Museo Gaya reconoce que queda ahora por delante una tarea inmensa de catalogaci¨®n de todo el material que, asegura, no se quedar¨¢ ah¨ª. La idea del centro es digitalizar el material, positivar parte de la colecci¨®n y llevar a cabo una exposici¨®n a la que ir¨¢ ligado un cat¨¢logo razonado para ¡°hacer justicia¡± al gran trabajo que hizo por la literatura y el arte Juan Guerrero.

Guadalupe R¨ªos, que ha guardado durante seis d¨¦cadas este legado, no lleg¨® a conocerlo en persona; sin embargo, est¨¢ vinculada a ¨¦l a trav¨¦s tanto de su familia paterna como de la materna, en otro sorprendente golpe del azar de los tantos que salpican esta historia. Un hermano de su abuela materna, empresario alicantino, puso en marcha en el pe?¨®n de Ifach en los a?os treinta del pasado siglo un parador gracias al asesoramiento e intervenci¨®n de Juan Guerrero, que en aquella ¨¦poca trabajaba como secretario del Ayuntamiento de Alicante.

En uno de los negativos de la colecci¨®n, los hijos de Guerrero posan junto a la madre de Guadalupe R¨ªos en el parador, en el que se tomaron tambi¨¦n otras de las im¨¢genes de personajes ilustres del archivo, como una de Rafael Alberti con su primera mujer, Mar¨ªa Teresa Le¨®n, antes de partir a un viaje a Ibiza en 1936. El estallido de la Guerra Civil espa?ola pill¨® a la pareja en la isla balear y estas fotos, nunca publicadas, son las ¨²ltimas que se hicieron en Espa?a antes de partir al exilio. Guadalupe R¨ªos conoc¨ªa aquella historia del parador cuando a?os despu¨¦s, en los sesenta, se mud¨® a Madrid, a un edificio de la calle Hermosilla que era propiedad de su abuelo paterno, natural de Arag¨®n. All¨ª hab¨ªa vivido como inquilino durante a?os Guerrero, all¨ª segu¨ªa viviendo su viuda, y all¨ª le entreg¨® aquella caja de pudin ingl¨¦s que ahora hace p¨²blico su contenido.