La postal de Lorca que sell¨® los d¨ªas sevillanos en los que naci¨® la generaci¨®n del 27
La Universidad de Sevilla saca a la luz una misiva manuscrita del poeta granadino en la que describe la F¨¢brica de Tabacos de la ciudad como de una gracia ¡°picassiana¡±, una de las primeras veces que se utiliza ese t¨¦rmino
Fue en diciembre de 1927 cuando el poeta y torero Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas ¡°nos meti¨® a todos en un tren y nos llev¨® a Sevilla¡±. Lo cuenta Rafael Alberti en sus memorias La arboleda perdida. Los integrantes de aquel viaje hab¨ªan sido convocados por el Ateneo de la ciudad para participar en un homenaje a Luis de G¨®ngora en el tercer centenario de su muerte, previsto para los d¨ªas 16 y 17 de diciembre. Llegaron, participaron y quedaron inmortalizados en una foto que sigue siendo hoy considerada el documento fundacional de la generaci¨®n del 27 y en la que aparecen ocho de las m¨¢s firmes promesas literarias de la ¨¦poca: Rafael Alberti, Federico Garc¨ªa Lorca, Juan Chab¨¢s, Mauricio Bacarisse, Jorge Guill¨¦n, Jos¨¦ Bergam¨ªn, D¨¢maso Alonso y Gerardo Diego. Junto a ellos, los atene¨ªstas Manuel Blasco Garz¨®n y Jos¨¦ Mar¨ªa Romero Mart¨ªnez.
De aquel viaje hubo abundante informaci¨®n de prensa en los diarios locales (El Correo de Andaluc¨ªa, El Liberal, El Noticiero Sevillano¡). Pero las cr¨®nicas oficiales de los dos d¨ªas que duraron los actos acad¨¦micos no alcanzaron a recoger lo que supuso para esos j¨®venes poetas esa visita a Sevilla: una vez clausurado el encuentro, se resist¨ªan a marcharse y prolongaron su estancia en la ciudad al menos hasta una semana despu¨¦s, el 23 de diciembre de 1927, a las puertas de Nochebuena.
Esa fecha tan tard¨ªa, que atestigua c¨®mo estiraron los poetas del 27 la invitaci¨®n a Sevilla, es la que aparece en una postal firmada por Federico Garc¨ªa Lorca en la ciudad, que acaba de ver la luz gracias al trabajo de investigaci¨®n de Lola Pons, catedr¨¢tica de la Universidad de Sevilla, y que ser¨¢ presentada este lunes en un acto que tendr¨¢ lugar en la propia instituci¨®n acad¨¦mica.
Lorca escribe a su amigo barcelon¨¦s Sebasti¨¤ Gasch, cr¨ªtico de arte, al que le dice: ¡°Es bonita esta postal, ?verdad? Tiene una gracia picassiana (sin ser picassiana) encantadora. Su arbitrariedad po¨¦tica limita con las cajas de puros y las envolturas de pasas malague?as. ?Mi recuerdo!¡±.
Se refiere Lorca en el texto a la imagen del anverso de la postal, una bell¨ªsima fotograf¨ªa de la antigua F¨¢brica de Tabacos ¡ªhoy sede de la Universidad de Sevilla¡ª, con cuyas cigarreras fantase¨® Merim¨¦e para la construcci¨®n del mito de Carmen. ¡°Esta postal se transcribi¨® en uno de los libros sobre Lorca de Ian Gibson, cuando la postal estaba en el archivo de Caritat Grau Sala, viuda de Gasch, y la transcripci¨®n fue luego incluida en el epistolario completo lorquiano editado por Christopher Maurer y Andrew Anderson. Pero nunca se hab¨ªa reproducido p¨²blicamente y nadie la conoc¨ªa¡±, dice Pons respecto a la imagen que contiene la postal.
Reconoce la catedr¨¢tica que tal vez el texto de Lorca en la postal ¡ªsu imagen es lo realmente novedoso¡ª pueda parecer ¡°menor e inadvertido¡±, pero es la se?al inequ¨ªvoca de cu¨¢nto les cost¨® a los poetas congregados en Sevilla abandonar la ciudad. Recoge el profesor y acad¨¦mico sevillano Rogelio Reyes Cano en su delicioso libro Sevilla en la generaci¨®n del 27 testimonios como los de D¨¢maso Alonso, que relataba: ¡°Cuando se termin¨®, digamos, nuestra contrata, decidimos prolongar nuestra estancia en Sevilla¡±. Fueron d¨ªas de experiencias festivas, et¨ªlicas, po¨¦ticas y noct¨ªvagas, ¡°casi siempre mu?idas por la singular personalidad de Ignacio S¨¢nchez Mej¨ªas¡±, recoge Reyes Cano en su libro. Lorca casi se ahoga en una traves¨ªa nocturna por el Guadalquivir. Y m¨¢s claro es Jorge Guill¨¦n en las cartas que se cruz¨® aquellos d¨ªas con su novia: ¡°Yo cre¨ªa que un poema terminaba en un signo ortogr¨¢fico: un punto, una admiraci¨®n, unos puntos suspensivos¡ Pues aqu¨ª mis poemas est¨¢n terminando en autos, en cenas, en bebidas, en excursiones¡±. ¡°Dorm¨ªamos desde la salida del sol hasta el crep¨²sculo vespertino. Solo en viajes posteriores he visto la Giralda a la luz del d¨ªa¡±, escribi¨® D¨¢maso Alonso.
El contacto de Federico Garc¨ªa Lorca con Sevilla ¡ªno solo en esta ocasi¨®n, hab¨ªa realizado una visita anterior en 1921 para conocer la Semana Santa¡ª sirvi¨® de inspiraci¨®n al poeta granadino para escribir versos tan famosos como los de la Baladilla de los tres r¨ªos, o los dedicados al poeta sevillano Joaqu¨ªn Romero Murube. Pero tambi¨¦n para acordarse de su amigo el cr¨ªtico literario barcelon¨¦s Sebasti¨¤ Gasch antes de marcharse de la ciudad que les marc¨® para siempre y de la que salieron concienciados de formar parte de una generaci¨®n po¨¦tica tan fuerte como lo fue su propia amistad. ¡°Concluy¨® la excursi¨®n / Juntos ya para siempre¡±, rememor¨® Jorge Guill¨¦n en su poema Unos amigos.
¡°Una gracia picassiana¡±
Pero para Lola Pons, historiadora de la Lengua y colaboradora de EL PA?S, esta postal tiene un valor a?adido que no puede pasar inadvertido. Es la primera vez que se documenta por escrito un adjetivo que en aquel momento ser¨ªa rabiosamente moderno. ¡°De una gracia picassiana¡±, escribe Lorca. ¡°Es dif¨ªcil declarar de forma tajante cu¨¢l es la primera documentaci¨®n de una voz, porque los corpus se renuevan constantemente. No se puede decir tampoco que Lorca es el primero que lo dice, porque el empleo oral precede al uso escrito, pero s¨ª es defendible decir que Lorca naturaliza el adjetivo y le da curso escrito¡±, asegura la catedr¨¢tica, que sostiene que esta postal es ¡°uno de los primeros testimonios que ofrecen un uso escrito de la voz. De hecho, que era una palabra nueva se muestra en que Lorca la subraya, como equivaldr¨ªa a la cursiva en escritura manual, como har¨ªamos nosotros si de golpe nos invent¨¢semos un derivado de apellido¡±.
Para conectar a Federico Garc¨ªa Lorca con Sevilla a trav¨¦s de esta postal, Lola Pons asegura haberse embarcado en una ¡°aventura detectivesca¡±. ¡°La Biblioteca Nacional de Catalu?a me hizo llegar una reproducci¨®n que custodiaba de la postal, pero el original estaba en manos de los herederos de Gasch. Amelia Mateo, magistrada del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a y viuda del hijo de Gasch, residente en Barcelona, y Laia Gasch, nieta del receptor de la tarjeta de Lorca, residente en Londres, se coordinaron conmigo para poner a mi disposici¨®n la postal. Gestion¨¦ la digitalizaci¨®n del original en Barcelona en septiembre de 2024; tener por un par de horas la postal en mis manos fue uno de esos instantes de emoci¨®n profesional y responsabilidad que se viven a veces, comparable a la consulta de manuscritos en un archivo¡±, cuenta emocionada la fil¨®loga.
Babelia
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