Los espacios ficticios de Vera Lutter
La escultora alemana crea piezas ¨²nicas que invitan a reflexionar sobre la esencia de la imagen y desaf¨ªan nuestra percepci¨®n del tiempo y la realidad
A mediados de los a?os noventa la escultora Vera Lutter (Alemania, 64 a?os) se traslad¨® a Nueva York. Instalada en el piso 27 de un viejo edificio del Distrito Garment y con el fin de captar la intensidad de un paisaje mucho m¨¢s agitado y denso que el que le ofrec¨ªa el Viejo Mundo, decidi¨® convertir su apartamento en una c¨¢mara oscura. Sell¨® todas las rendijas de luz, de manera que esta solo pudiese entrar por un fino agujero perforado en una ventana ennegrecida. En la pared de enfrente coloc¨® un papel sensible a la luz. El escenario qued¨® montado. Poco a poco la luz har¨ªa su actuaci¨®n y el mundo exterior se proyectar¨ªa de forma invertida en el papel fotogr¨¢fico.
Desde entonces, la fotograf¨ªa se convirti¨® en el medio de expresi¨®n de la artista, y la c¨¢mara oscura ¡ªun dispositivo cuyos or¨ªgenes se remontan al siglo V antes de Cristo en China¡ª, en su principal aliada. A veces, sus im¨¢genes requieren un proceso de exposici¨®n de horas, otras, d¨ªas o meses. El resultado es un negativo, en gran formato y en blanco y negro. ¡°A medio camino entre el rigor de un procedimiento cient¨ªfico y la magia de un rito cham¨¢nico¡±, tal y como se refiere a ellas Francesco Zanot, comisario de SPECTACULAR. An Exploration of Light. La exposici¨®n, que tiene lugar en la Fundaci¨®n MAST de Bolonia, Italia, hasta el 6 de enero, re¨²ne por primera vez una amplia selecci¨®n de la obra de Lutter. 20 majestuosas y delicadas piezas ¨²nicas que hablan del espacio, de la memoria y el tiempo. Centradas en paisajes relacionados con la industria, el trabajo y las infraestructuras que facilitan el movimiento de las personas y los bienes, resultan sublimes y atemporales. Lugares familiares que bajo la mirada de la fot¨®grafa alemana se presentan como espejismos y, aunque reconocibles, invitan al espectador a una observaci¨®n m¨¢s detenida; a perderse entre sus innumerables detalles, atra¨ªdos por las extra?as presencias que parecen habitarlos.
¡°La ciudad vista desde el puente de Queensboro es siempre una ciudad vista por primera vez, que promete un primer atisbo salvaje a todo el misterio y la belleza del mundo¡±, escrib¨ªa F. Scott Fitzgerald en El Gran Gatsby. El destello de una ciudad que la artista crey¨® identificar mientras daba forma a la primera serie de im¨¢genes realizada fuera de su loft, en la f¨¢brica de Pepsi Cola. Para ello construy¨® una c¨¢mara, del tama?o de una habitaci¨®n, dentro de la factor¨ªa (un proceso se repite en cada una de sus series, por el cual la c¨¢mara oscura no solo funciona como una f¨¢brica de im¨¢genes, sino que es en s¨ª misma el objeto de un proceso de fabricaci¨®n). De ah¨ª, saldr¨ªa Pepsi Cola, Long Island City, IX: July 2, 1998, donde destaca la teatralidad del logotipo, icono de la cultura pop, sostenido mediante todo un entramado de andamios, con la crudeza de la ciudad como fondo.
Si bien en esta ocasi¨®n Lutter ayudar¨¢ al espectador a orientarse, situando la c¨¢mara detr¨¢s del anagrama, de manera que en el negativo se pueda leer correctamente, con frecuencia sus obras dejan mucho espacio a la incertidumbre. La fot¨®grafa juega con la sem¨¢ntica del positivo y el negativo de la fotograf¨ªa digital. Con frecuencia introduce espejos que alterar¨¢n y duplicar¨¢n el espacio, adentrando al espectador por laberintos, que, al mismo tiempo, le permiten ver cosas que de otro modo no podr¨ªa apreciar. La autora se recrea en la idea de la imagen de una imagen, y en las capas de efimeridad que esto implica. ¡°Supone tanto un juego como un cuestionamiento de qu¨¦ es realmente una imagen¡±, destaca Lutter. ¡°Mi obra es una continua creaci¨®n de espacios ficticios¡±, a?ade. Los grandes formatos utilizados aluden a la pintura del Cinquecento y en ellos la fotograf¨ªa pierde el falso concepto que la asocia a lo peque?o y manejable. La obra de Lutter es grandiosa tanto en su formato como en su ejecuci¨®n.
No hay rastro humano en ninguno de los paisajes. Ni en la antigua central el¨¦ctrica de Battersea, en Londres, ni en la mina de carb¨®n de Hambach, una de las mayores del mundo, ni tampoco en las pistas del aeropuerto de Frankfurt. De igual forma que El Boulevard du Temple (1838) de Daguerre aparec¨ªa desierto, debido a los largos tiempos de exposici¨®n requeridos, cualquier cosa que se mueva con rapidez no podr¨¢ ser capturada. ¡°La fotograf¨ªa, despu¨¦s de todo, nunca muestra las cosas como son, sino que las interpreta y las transforma en otras cosas. Apariciones. Fantasmas¡±, escribe Zanot en el cat¨¢logo que acompa?a la muestra. ¡°El negativo destaca la estructura de los sujetos, rastreando su esqueleto: lo que queda antes de que desaparezcan¡±.
De igual forma, podr¨ªamos decir que la obra de Lutter es el resultado de muchas temporalidades. No captura un instante, sino la suma de muchos momentos, como ocurre en nuestra memoria. ¡°El tiempo es un elemento fundamental en mi obra. Junto a la luz y la c¨¢mara forman un tri¨¢ngulo donde interact¨²an entre ellos. Cuanta menos luz, m¨¢s tiempo, cuanto m¨¢s grande sea la c¨¢mara, m¨¢s grande ser¨¢ la imagen y se necesitar¨¢ m¨¢s tiempo y m¨¢s luz¡ de manera que el tiempo es algo que cobra sentido por s¨ª mismo por motivos pr¨¢cticos¡±, advierte la autora.
Del mismo modo que la obra de la fot¨®grafa alemana est¨¢ profundamente vinculada con algunas de las primeras im¨¢genes y m¨¦todos de la historia de la fotograf¨ªa, la exposici¨®n resalta el valor de la fotograf¨ªa anal¨®gica en un mundo extremadamente apegado a la inmediatez de lo digital. En los negativos de Lutter, la luz se convierte en sombra y la sombra en luz, sumergiendo al espectador en un sue?o enigm¨¢tico y gelatinoso donde la percepci¨®n se descompone y se reconfigura constantemente. Un juego constante entre lo tangible e intangible, el presente y el pasado, que no solo invita a reflexionar sobre la esencia misma de la imagen, sino que desaf¨ªa nuestra relaci¨®n con el tiempo, y la manera en la que percibimos la realidad.
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