La nueva Ley del Cine no encuentra fecha de estreno

De la nueva Ley del Cine se sabe pr¨¢cticamente todo: el nombre, las intenciones, las principales medidas, el contenido del articulado. Y, sin embargo, no hay forma de responder a la pregunta que m¨¢s importa al sector: su fecha de estreno. Se qued¨® a un paso de la meta, en 2023, debido al adelanto electoral. Volvi¨® a salir con un texto id¨¦ntico del Consejo de Ministros el pasado junio, justamente para acelerar su aprobaci¨®n en el Congreso, donde se tramit¨® por la v¨ªa de urgencia. El Ministerio de Cultura pretend¨ªa que saliera adelante en 2024, y su entrada en vigor figura tambi¨¦n entre las promesas realizadas por parte del Gobierno a la Uni¨®n Europea para recibir un nuevo tramo de fondos, por m¨¢s de 3.000 millones de euros.

Sin embargo, la normativa se encuentra en plazo de enmiendas en la Comisi¨®n de Cultura al menos hasta hoy 12 de febrero, cuatro d¨ªas despu¨¦s de la gala de los Goya, donde el presidente de la Academia de Cine, Fernando M¨¦ndez-Leite, exigi¨® su aprobaci¨®n a los pol¨ªticos presentes, incluidos el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, y el presidente del Gobierno, Pedro S¨¢nchez. Las fuentes consultadas, entre pol¨ªtica e industria cinematogr¨¢fica, miran al verano, o incluso el oto?o, como horizonte temporal m¨¢s optimista. Y solo como estimaci¨®n. La realidad se resume en una confesi¨®n que se repite: ¡°No lo s¨¦¡±. De fondo, adem¨¢s, surge otro ruido desde la producci¨®n audiovisual: por lo menos, pod¨ªa aprovecharse tanto retraso para mejorar los aspectos que no contentan a muchos.

¡°Es un texto consensuado con el sector y con los grupos pol¨ªticos, que se aprob¨® igual que el que ya estaba pactado. Nos hubiera gustado que saliera adelante el a?o pasado. Era nuestra intenci¨®n. Y cre¨ªamos que podr¨ªa ir r¨¢pido, por el acuerdo previo. Es una ley importante y necesaria, de ah¨ª que esperemos que est¨¦ en 2025, m¨¢s pronto que tarde, entre otras cosas porque la actual lleva en vigor muchos a?os¡±, apunta una fuente del Ministerio de Cultura. Desde 2007, en concreto, cuando Netflix a¨²n se dedicaba a alquilar DVD, entre otras cosas. ¡°La brecha entre la acci¨®n de la Administraci¨®n y del sector se ha agrandado¡±, reconoci¨® Urtasun, en junio de 2024, cuando el Gobierno volvi¨® a lanzar el anteproyecto de la Ley del Cine y la Cultura Audiovisual. Ahora se ha acumulado otro medio a?o de distancia. Y lo que queda.

Protecci¨®n del patrimonio f¨ªlmico y de la producci¨®n independiente, inclusi¨®n de las series en el texto y en las ayudas, fomento de transparencia, diversidad e igualdad aparecen entre las prioridades de la ley. Plataformas como Netflix o Disney+ estar¨¢n obligadas a compartir p¨²blicamente sus datos de audiencia y visionados, que ahora mantienen celosamente ocultos. Adem¨¢s, no podr¨¢n recibir ayudas ¡°las pel¨ªculas cinematogr¨¢ficas producidas directamente por prestadoras de servicios de comunicaci¨®n audiovisual¡±. Aunque cabe la posibilidad de que las compren y las incorporen a su cat¨¢logo, algo muy habitual, que genera dudas sobre la eficacia de la medida. La Filmoteca Espa?ola, adem¨¢s, recibir¨¢ la protecci¨®n de BIC (Bien de Inter¨¦s Cultural) para garantizar el cuidado del patrimonio audiovisual que conserva. Y se establece que al menos un 35% de las ayudas a la producci¨®n vaya destinado a filmes dirigidos por mujeres, como ya sucede en la pr¨¢ctica. Todo, eso s¨ª, cuando la normativa se apruebe. Y salvo enmiendas y cambios que aparezcan por el camino.

Y ah¨ª entran las quejas de los productores: cuando lleg¨® Urtasun al Ministerio, pact¨® sacar la ley corriendo tal y como estaba. Ha pasado un a?o y tres meses. ¡°Nos hubiera dado tiempo a hacer un texto legislativo bien redactado y consensuado, que fue otro ofrecimiento que nos hizo el ministro. Todos pensamos que con el borrador que ya ten¨ªamos en plena tramitaci¨®n, ?para qu¨¦ reiniciar el proceso? Por desgracia, hoy seguimos igual¡±, explica Jordi Bosch, presidente de PATE Productores Audiovisuales, asociaci¨®n que agrupa a compa?¨ªas de series, cine y de entretenimiento. ¡°Adem¨¢s el panorama internacional ha cambiado y alguna parte ha quedado vieja¡±, subraya Bosch, algo en lo que coincide Mar¨ªa Luisa Guti¨¦rrez, que preside AECine, que agrupa a las productoras independientes de cine y que el s¨¢bado gan¨® el Goya a mejor pel¨ªcula como productora de La infiltrada.

Guti¨¦rrez se?ala otro choque que ya asoma en el nombre: Ley del Cine y de la Cultura Audiovisual. ¡°Est¨¢ lejos de ser un texto de consenso; no contenta a los productores, no contenta los distribuidores, ni a los exhibidores, ni a las televisiones... A nadie. Quiz¨¢s esta ley ha intentado abarcar demasiadas cosas y legislar cine y comunicaci¨®n audiovisual te lleva a romper el statu quo. En el fondo, el modelo de negocio del cine es uno y lleva siendo as¨ª m¨¢s de un siglo, y el de las series es otro muy distinto¡±.

El fr¨¢gil equilibrio parlamentario, que obliga al Gobierno a negociar hasta el ¨²ltimo voto, ha ralentizado el proyecto. Y todav¨ªa va detr¨¢s de otras leyes. ¡°La aritm¨¦tica actual del Congreso complica algunos procedimientos¡±, apunta la fuente del Ministerio de Cultura, en manos de Sumar, socio minoritario del Ejecutivo. ¡°En esta legislatura hace falta ir con m¨¢s cuidado, para no encontrarnos embarrancados¡±, agrega Marc Lamu¨¤ Esta?ol, portavoz del PSOE ¡ªel partido principal de la alianza de gobierno¡ª en la Comisi¨®n de Cultura del Congreso. El voto a favor de una ley puede ser divisa de cambio para garantizarse el apoyo a otra normativa; cada uno lucha por sus prioridades y los n¨²meros otorgan poder de veto a cualquier formaci¨®n. Pero, m¨¢s all¨¢ de intrigas y negociaciones, tanto el socialista como Mar¨ªa Soledad Cruz Guzm¨¢n Garc¨ªa, portavoz en el mismo organismo para el PP, l¨ªder de la oposici¨®n, se remiten a un hecho: ¡°Ni siquiera se ha planteado a¨²n el debate de las enmiendas a la totalidad¡±.

Es decir, en la jerga parlamentaria, la casilla de salida, a la que seguir¨ªan enmiendas sobre el articulado y unas cuantas etapas m¨¢s hasta salir aprobada del Congreso, buscar lo mismo en el Senado y regresar para el visto bueno definitivo. Ambos coinciden, adem¨¢s, en que la pista de despegue est¨¢ actualmente ocupada por el otro proyecto de ley que impulsa Cultura: la creaci¨®n de una Oficina de Derechos de Autor. Y ah¨ª tambi¨¦n faltan unos cuantos pasos.

En las enmiendas es donde los productores esperan retocar el texto. ¡°Todos estamos por arrimar el hombro para sacarla adelante, pero con unos m¨ªnimos que nos garanticen que podemos seguir trabajando en igualdad de condiciones¡±, apunta Guti¨¦rrez, que se?ala un tema en especial: ¡°Si seguimos atascados, habr¨¢ que afrontar los incentivos fiscales en otros textos, porque no pueden esperar¡±.

Bosch ahonda en los incentivos fiscales: ¡°Con el primer Gobierno de S¨¢nchez, se promovi¨® muy bien la llegada de operadores y plataformas. Tres a?os despu¨¦s se ha multiplicado la competencia desde muchos otros pa¨ªses. Espa?a ha perdido fuerza. Por suerte, nos hemos encontrado con un ministro de transformaci¨®n digital como ?scar L¨®pez, de quien depende tambi¨¦n parte de algunos temas de la ley por la faceta de telecomunicaciones, que quiere negociar y que entiende que los dos departamentos han de trabajar juntos¡±.

¡°La Comisi¨®n de Cultura est¨¢ muerta. No nos reunimos, no debatimos. Pedimos que se convoque [la presidencia es de Sumar]. Esta es una ley que debe tener debate¡±, lamenta la portavoz popular. Preguntada por alguna objeci¨®n sobre el contenido, evita aclararlo: ¡°Eso tendremos que hablarlo antes internamente¡±. Lamu¨¤ tampoco cree que el problema est¨¦ en el fondo de la ley: ¡°Cualquier cuesti¨®n espec¨ªfica no me consta. Es una ley grande. Tiene que estar muy bien armada. Ven¨ªamos de un trabajo muy hecho¡±.

El texto elaborado en 2022 y mantenido ahora tambi¨¦n suscita m¨¢s dudas: incluye la creaci¨®n de un Consejo Estatal de Cinematograf¨ªa y la Cultura Audiovisual, un organismo aut¨®nomo pero consultivo, cuyo poder y alcance real representa una inc¨®gnita; el ICAA (Instituto de la Cinematograf¨ªa y las Artes Audiovisuales) deber¨¢ elaborar y publicar cada cierto tiempo un plan estrat¨¦gico del que se conocer¨¢n m¨¢s adelante los detalles. La calificaci¨®n de los filmes por edades pasa de las manos del propio ICAA a un sistema de corregulaci¨®n con las distribuidoras. Y la clarificaci¨®n de qu¨¦ es un productor independiente de cine, algo que provoca sarpullidos en el sector, y que ya provoc¨® enconados debates cuando se aprob¨® la Ley General de Comunicaci¨®n Audiovisual que transpon¨ªa la directiva europea.

Lamu¨¤ repite el aviso que lanz¨® en una reciente intervenci¨®n en el Congreso: ¡°La Comisi¨®n de Cultura hab¨ªa sido un lugar donde orgullosamente todos intent¨¢bamos trabajar para que hubiera un espacio de respeto, consenso e interacci¨®n m¨¢s civilizada que a nuestro alrededor, que permit¨ªa grandes acuerdos, empezando por el Estatuto del Artista. En los ¨²ltimos tiempos eso ha sufrido porque algunos grupos del arco parlamentario prefieren buscar el enfrentamiento con formaciones de pensamiento muy opuesto y estamos perdiendo capacidad de grandes acuerdos¡±. He aqu¨ª otro obst¨¢culo en la senda de la Ley del Cine: la polarizaci¨®n. Desde la industria avisan: las pol¨ªticas de Trump resuenan en algunos gobiernos europeos, que ya est¨¢n socavando la excepci¨®n cultural europea, protectora del cine continental, en especial el de autor. Ese ruido asusta. El sector cruza los dedos para que el proyecto resista y salga adelante este a?o. Aunque sea tras esta larga secuencia a c¨¢mara lenta.