Nada nuevo en el documental de Jordi ?vole sobre Josu Ternera
La justificaci¨®n que Urrutikoetxea hace de ETA frustra las expectativas de autocr¨ªtica del antiguo dirigente de la banda en el documental ¡®No me llame Ternera¡¯
Josu Urrutikoetxea pide a Jordi ?vole, en su entrevista, que no le llame Ternera. No porque no le guste el apodo. Lo hace porque pretende eliminar la figura de Josu Ternera. Por esa raz¨®n ha concedido la entrevista a una plataforma audiovisual potente como Netflix (estreno el 15 de diciembre) y lo anuncia desde el inicio, cuando dice que hasta ahora han hablado otros por ¨¦l, que le han ¡°demonizado¡±, y ahora le toca a ¨¦l. No es del todo cierto porque desde 2021, en que permanece en libertad controlada en Francia, ha concedido cinco entrevistas a medios escritos ¡ªlos vascos Berria y Gara y los franceses Sud-Ouest, Mediapart y Le Journal de Dimanche¡ª donde desvela sus vicisitudes desde que huy¨® de Espa?a en 2002 hasta su detenci¨®n en Francia en 2019. Asimismo, confirma su papel negociador con el Gobierno de Zapatero, narrado en el documental El fin de ETA, producido por EL PA?S en 2016, as¨ª como en la disoluci¨®n de ETA. Por eso, en No me llame Ternera apenas desvela noticias.
Sin embargo, el documental de Netflix ha suscitado una notable expectaci¨®n al haber sido seleccionado por el festival de cine de San Sebasti¨¢n, amplificada por la carta de 514 firmantes que pidieron su retirada del cartel. En el documental, el exetarra se dirige al p¨²blico espa?ol con la doble pretensi¨®n de defenderse de las causas pendientes y eliminar la figura de Ternera. Acorralado por las preguntas de ?vole, la justificaci¨®n que hace de ETA lastra su segundo objetivo y frustra las expectativas de autocr¨ªtica sobre su trayectoria terrorista. A estas alturas, uno se pregunta si le ha merecido la pena a ?vole el viaje con este resultado.
?Qu¨¦ se sabe de Josu Ternera, alias de Jos¨¦ Antonio Urrutikoetxea Bengoetxea? Simboliza la historia de ETA. Su caso es ¨²nico. Entr¨® en 1967, a los 17 a?os, y permaneci¨® en ella hasta su disoluci¨®n en 2018. Miembro de su rama militar ¡ªsu actuaci¨®n m¨¢s conocida fue el robo de explosivos para el atentado del presidente franquista Carrero Blanco en 1973¡ª, entr¨® en su direcci¨®n en 1980. De 1984 hasta su detenci¨®n en Francia en 1989 fue jefe de su aparato internacional. Tras pasar 11 a?os en prisi¨®n, fue elegido parlamentario vasco por Euskal Herritarrok hasta 2002, en que huy¨® de Espa?a, acusado de ordenar el atentado contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza en 1987. En 2005 reaparece en Ginebra y Oslo como representante de ETA en la negociaci¨®n con el Gobierno de Zapatero. Partidario de finalizar el terrorismo, a fines de 2006 se retira por la radicalidad de la direcci¨®n etarra, que termina por romper el di¨¢logo. Escondido en Oslo y luego en Francia, desligado de ETA, reaparece para anunciar su disoluci¨®n en 2018 por petici¨®n de la nueva direcci¨®n. Es detenido en Francia en 2019 y desde 2021 permanece en libertad vigilada. Tiene varias causas pendientes, la m¨¢s grave la acusaci¨®n en Espa?a por ordenar el atentado contra la casa-cuartel de Zaragoza en 1987.
La base del documental, de 101 minutos, es el di¨¢logo entre el exetarra y ?vole con im¨¢genes de archivo como apoyo. ?vole repasa los acontecimientos m¨¢s importantes de la historia de ETA y del exetarra y le pide su valoraci¨®n. Niega reiteradamente que haya sido un asesino sanguinario: ¡°No me habr¨¢n o¨ªdo decir que matar est¨¢ bien¡±, ¡°no me he alegrado de la muerte de nadie¡±, ¡°la violencia no era un objetivo en s¨ª mismo, era un instrumento para conseguir objetivos pol¨ªticos¡±. Trata de distinguir el terrorismo etarra del yihadista por su ataque directo a la poblaci¨®n. Niega la existencia de un liderazgo personal en ETA ¡ªni siquiera cita a dirigentes significativos ya fallecidos como Jos¨¦ Miguel Be?ar¨¢n Argala y Txomin Iturbe¡ª y diluye su papel directivo. Insiste en que en la etapa en que ETA utiliz¨® coches-bomba ¡ªcon m¨¢s asesinatos indiscriminados¡ª dirig¨ªa el aparato internacional y no era responsable de tales atentados. La justicia espa?ola le reclama por presunta responsabilidad en el atentado contra la casa-cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza en 1987 que asesin¨® a 11 personas, cinco ni?as entre ellas.
Niega su responsabilidad en la matanza y recuerda ¡ªlo adelant¨® en Berria¡ª que, estando encarcelado en Espa?a, el exetarra Soares Gamboa intent¨® inculparle en un careo con el juez Garz¨®n, lo que desestim¨® por falta de pruebas. Aunque califica de ¡°penoso resultado¡± el asesinato de las cinco ni?as, justifica el atentado porque ¡°ETA hab¨ªa advertido a la Guardia Civil que desalojara a las familias porque iba a atacar los cuarteles¡±. Solo reconoce su participaci¨®n en dos atentados, ambos amnistiados: el conocido robo de explosivos para atentar contra Carrero Blanco en 1973 y su pertenencia al comando que asesin¨® en 1976 al alcalde franquista de Galdakao (Bizkaia), V¨ªctor Legorburu. Es la noticia del documental y ?vole la aprovecha para que el escolta de Legorburu, Francisco Ruiz, herido en el atentado, lo abra y cierre como voz de las v¨ªctimas.
?vole cumple su papel. Dedica buena parte de la entrevista a enfrentarle con la historia sanguinaria de ETA: 853 v¨ªctimas mortales. Pero no consigue que el entrevistado critique la trayectoria terrorista de ETA. La justifica. As¨ª, dice que sinti¨® el asesinato de la exdirigente etarra reinsertada Dolores Gonz¨¢lez, Yoyes, pero lo justifica porque ETA ¡°le hab¨ªa avisado que no pactara su reinserci¨®n con el Ministerio de Interior¡±. Sucede igual con la matanza del Hipercor de Barcelona, la mayor de ETA, con 21 muertos. Dice que lo siente profundamente, pero con cinismo responsabiliza al Estado por no haber desalojado el recinto a tiempo.
A lo m¨¢s lejos que llega es a criticar a ETA por el secuestro y asesinato de Miguel ?ngel Blanco, concejal del PP en Ermua (Bizkaia), en 1997. ¡°No s¨¦ el objetivo. No estoy en la cabeza de sus autores. ETA no quiso ver¡±, se?ala sobre la masiva reacci¨®n ciudadana. Un a?o despu¨¦s fue la tregua de Lizarra. Confirma su opini¨®n conocida de que era el momento en que ETA deb¨ªa haber terminado porque estaba muy acosada por los Estados espa?ol y franc¨¦s y hab¨ªa perdido sinton¨ªa con la calle.
La actitud c¨ªnica de Urrutikoetxea no tiene nada que ver con la de otro exetarra muy significativo como Joseba Urrusolo, acusado de 16 asesinatos. En mayo de 2016 le entrevist¨¦ en EL PA?S y se pronunci¨® contra los asesinatos de Yoyes, la matanza de Hipercor y enmend¨® a la totalidad la trayectoria de ETA. Sus palabras fueron contundentes: ¡°Siento el dolor que hemos causado. Fue una barbaridad haber utilizado la violencia sin considerar que primero es la vida de las personas y sus derechos. Entiendo que sea dif¨ªcil para las v¨ªctimas creer que nuestro planteamiento es sincero. Pero lo es¡±.
Al final del documental, Ruiz, la v¨ªctima reconocida del comando de Ternera, tras escucharle, le reprocha, acertadamente, su ausencia de arrepentimiento al justificar la violencia para lograr objetivos pol¨ªticos. El exetarra reconoce que si dice que se arrepiente le van a acusar de falso. No puede ser de otro modo al escudarse en el conflicto pol¨ªtico para justificar lo que llama espiral de violencia, aunque diga que se arrepiente por no haber acabado antes con ella. Quiz¨¢s sea, tambi¨¦n, porque como se?ala: ¡°Ser¨ªa monstruoso que mi vida [en ETA] no tuvo sentido¡±. Perteneci¨® a ETA desde sus 17 a?os a sus 68, en que ley¨® el comunicado de disoluci¨®n.
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