Puente de la Concordia: un nuevo icono para Madrid
La nueva pasarela, que une la T4 del aeropuerto de Barajas con el barrio de Valdebebas, se acerca a la forma de un avi¨®n
No es f¨¢cil levantar un puente que marque el territorio junto a un aeropuerto. El de la Concordia, que ya une la T4 de Barajas y el nuevo barrio madrile?o de Valdebebas, ha tardado 15 a?os en concluirse. A las dificultades iniciales naturales ¨Del l¨ªmite de los g¨¢libos de la autopista que cruza perpendicularmente y la servidumbre aeron¨¢utica, que le impide ganar altura¨D se sum¨® un rosario de vicisitudes que fue retrasando su construcci¨®n.
Consciente de la necesidad de anunciar su nacimiento, el nuevo barrio madrile?o de Valdebebas contaba con financiar la pasarela vendiendo parcelas para centros comerciales. Pero la crisis desbarat¨® ese plan. Para 2014, adem¨¢s, casi todos los grandes talleres de estructura met¨¢lica espa?oles hab¨ªan cerrado por falta de obra. Luego llegaron las oscilaciones en el precio del acero y el encarecimiento de la obra que, finalmente, 15 a?os despu¨¦s de ganar el concurso, el taller gallego Dizmar y Ferrovial han concluido empleando 2.500 toneladas de acero corrugado, 2.800 de acero laminado y 20.000 metros c¨²bicos de hormig¨®n.
Los que ganaron el concurso en 2007 fueron el ingeniero de caminos Francisco Millanes y los arquitectos Francisco Domouso, Lorenzo Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez y Emilio Rodr¨ªguez, asistidos por la Ingenier¨ªa IDEAM, SA. Y lo hicieron tendido tambi¨¦n ellos un puente ¨Ceste de la Concordia- entre dos disciplinas con frecuencia distanciadas a la hora de abordar proyectos conjuntamente. La pasarela de acero, que ya une la T4 de Barajas con el barrio de Valdebebas, gan¨® un concurso al que se hab¨ªan presentado otras 12 propuestas. Lo hizo marcando el lugar, dot¨¢ndolo de identidad.
¡°Es deliberadamente objetual¡±, explica el arquitecto Francisco Domouso. ¡°Est¨¢ m¨¢s cerca de la industria de la aviaci¨®n que de la tradicional visi¨®n de ingenier¨ªa de caminos de arco y tablero¡±. Es la continuidad material y tambi¨¦n el aerodinamismo de la curva lo que acerca la pasarela a la forma de un avi¨®n: un armaz¨®n hueco formado por espinas longitudinales y costillas transversales.
El arquitecto afirma que el aeropuerto ha inspirado esa forma, ¡°la concepci¨®n en l¨¢mina o c¨¢scara met¨¢lica del tablero¡±. Y es cierto que, por una voluntad de asentamiento y pertenencia, la pintura metalizada pr¨®xima al tono de la cubierta de la T4 contribuye a arraigar el puente en el lugar. Sin embargo, el mayor m¨¦rito de un puente es que vuele. Para eso, ingenieros y arquitectos han unificado los espesores de la chapa en las dobles curvaturas del tablero, ¡°una doble diagrid o malla estructural permeable, de la que cuelga el tablero del arco y que materializa el alma en una celos¨ªa¡±, explica Domouso.
Es esa celos¨ªa la que aligera el puente, una cu¨¢druple malla decalada que asegura su transparencia, porque se deja atravesar por la luz. El resultado es ligero, f¨¢cil a los ojos ¨Dy complicado a los c¨¢lculos¨D. Un lugar al que las luces y las sombras que lo atraviesan a?aden dinamismo.
Domouso explica que la singularidad del puente era un requisito del concurso. Se buscaba una marca, un peque?o icono para dar a conocer un barrio nuevo, Valdebebas. Fue esa b¨²squeda conjunta lo que uni¨® a este equipo de arquitectos e ingenieros. A la europea: el Puente de la Concordia une ya un barrio y el aeropuerto. Y dos disciplinas dispuestas a trabajar de manera conjunta.
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