Premios Goya: la consagraci¨®n del otro cine espa?ol se queda a medias

Si hace 20 a?os la gala del ¡°No a la Guerra¡± supuso un punto de inflexi¨®n en la historia de los Goya, la 37? edici¨®n, envuelta en el emotivo luto por el fallecimiento de Carlos Saura horas antes de recibir el Premio de Honor, se presentaba como la puesta de largo de una nueva generaci¨®n. La consagraci¨®n de lo que en la ¨²ltima d¨¦cada se ha llamado ¡°el otro cine espa?ol¡± ¨Dese que hasta hace no tanto crec¨ªa en los m¨¢rgenes y era sistem¨¢ticamente ninguneado por la misma industria que ahora lo celebra¨D se qued¨®, con todo, a medias.

Como la vida de cualquier otra especie, esta trata de regenerarse o morir. Y si no lo es, que al menos lo parezca. La gloria de la nueva ola que llevamos meses observando ha sido finalmente para As bestas, una pel¨ªcula notable, pero tambi¨¦n la opci¨®n m¨¢s conservadora y alejada de ese otro cine. El ¨¦xito de taquilla, dentro y fuera de Espa?a, de la pel¨ªcula de Rodrigo Sorogoyen la convierte, a ojos de los acad¨¦micos, en algo al menos tan importante que una buena pel¨ªcula: una pel¨ªcula competitiva.

La noche arranc¨® con un Goya que parec¨ªa impepinable: el de mejor actor de reparto para Luis Zahera. La espectacularidad de su interpretaci¨®n de una sombra de la Espa?a negra es innegable, pero la Academia ha perdido la ocasi¨®n de celebrar a Ram¨®n Barea, aut¨¦ntico resistente con un centenar de pel¨ªculas a sus espaldas que a sus 73 a?os jam¨¢s hab¨ªa sido candidato a un Goya y que en Cinco Lobitos est¨¢ igual de soberbio que Zahera en As bestas. Aunque su brillantez resulte menos obvia.

El premio marc¨® la t¨®nica de la noche: Modelo 77 se llev¨® la mayor¨ªa de los reconocimientos t¨¦cnicos y As bestas, los importantes, incluido el de mejor actor para Denis M¨¦nochet, mientras Alcarr¨¤s, La Maternal y Mant¨ªcora se iban de vac¨ªo, y Cinco lobitos se llevaba tres, a la mejor direcci¨®n novel para Alauda Ruiz de Az¨²a, a la mejor actriz para Laia Costa y de reparto para Susi S¨¢nchez.

El premio al guion adaptado a Isa Campo, Fran Araujo e Isaki Lacuesta por Un a?o, una noche puso la nota disonante al reconocer una de las grandes pel¨ªculas del a?o. ¡°Gracias, familia, por sacarnos del underground¡±, brome¨® Lacuesta, que record¨® a todo un referente de ese otro cine, Joaquim Jord¨¤.

Ese galard¨®n fue la consolaci¨®n de este, el a?o del entusiasmo, en el que cristaliz¨® la incorporaci¨®n al relato dominante de m¨¢s mujeres ¡ªpor primera vez tres coincid¨ªan en la categor¨ªa de mejor pel¨ªcula, pero como se?al¨® Susi S¨¢nchez en los agradecimientos por su Goya, esto deber¨ªa ser solo el principio¡ª; en el que el cine espa?ol alcanz¨® una cuota de pantalla del 22%, contribuyendo a que Espa?a sea uno de los pa¨ªses que m¨¢s espectadores han recuperado despu¨¦s de la pandemia; y tambi¨¦n el a?o en el que el complejo de inferioridad al salir de casa se rompi¨® un poco m¨¢s gracias a una significativa representaci¨®n en los festivales internacionales, una presencia que se coron¨® con el Oso de Oro en la Berlinale de Alcarr¨¢s y con la participaci¨®n en Cannes de Pacifiction, la gran olvidada de un colectivo que parece desde?ar a llaneros solitarios como Albert Serra.

Los Goya a la pel¨ªcula de animaci¨®n para Unicorn Wars y los de revelaci¨®n para Telmo Irureta, por La consagraci¨®n de la primavera, y Laura Gal¨¢n, por Cerdita, rompieron la monoton¨ªa general para recordar la importancia de un cine m¨¢s inclusivo. El premio al mejor cortometraje a la maravillosa Arquitectura emocional 1959 devolvi¨® el foco sobre las otras miradas. Su director, El¨ªas Le¨®n Siminiani, record¨® la importancia de los espacios que habitamos y de las salas de cine en las que crecimos.

En su primer discurso como presidente de la Academia, Fernando M¨¦ndez-Leite evoc¨® su pasi¨®n temprana por el cine, habl¨® del cambio de ciclo de este a?o y hasta del cambio clim¨¢tico. Fue un discurso que repas¨® las alegr¨ªas de la temporada; que no dej¨® a nadie fuera, del cine m¨¢s comercial al m¨¢s experimental; que insisti¨® en el buen estado de la industria y que de forma inevitable estuvo marcado por la emoci¨®n de los primeros minutos de la gala, centrados en Carlos Saura, en su cine, pero tambi¨¦n en su manera de afrontar la vida. En ese modo de ¡°vivir apasionadamente¡± que evocaron dos de sus hijos, Antonio y Anna.

Carmen Maura record¨® su empat¨ªa y su inteligencia emocional con los actores. Y la compa?era de Saura, la actriz Eulalia Ram¨®n, ley¨® las palabras que este le dict¨® d¨ªas antes de su muerte. En ellas, se dibuj¨® a s¨ª mismo como una ¡°estrella errante¡± guiada por una fuerza mayor. ¡°Porque existe algo m¨¢s r¨¢pido que la velocidad de la luz, la imaginaci¨®n¡±, dej¨® dicho el cineasta.