Media hora memorable
La velocidad de Messi, la conducci¨®n de Xavi y la sutileza de Iniesta destrozan al Atl¨¦tico en un ejercicio vertiginoso
A mayor exigencia, mejor respuesta. As¨ª funciona, de momento, el Barcelona, que complet¨® un partido memorable por bien dise?ado, excelentemente jugado y resuelto de forma contundente para satisfacci¨®n de la hinchada, que no par¨® de cantar y beber a la salud de su equipo. La afici¨®n acabar¨¢ por llenar el campo si los azulgrana mantienen la l¨ªnea frente al Atl¨¦tico. Al Bar?a se le ha venido mirando hasta ahora con cierta indulgencia y tambi¨¦n con un punto de desd¨¦n, como si fuera un plantel en formaci¨®n, falto de rango y de poder¨ªo para competir con las mejores escuadras europeas. Aun cuando todo puede continuar siendo m¨¢s o menos cierto, al menos hasta que se decidan los t¨ªtulos, desde ahora habr¨¢ que tenerle en cuenta como protagonista de excelentes partidos de f¨²tbol.
Los azulgrana ya suman unas cuantas horas de juego excelente a nivel colectivo y tambi¨¦n individual porque Messi resolvi¨® con un soplido cualquier comparativa con Ag¨¹ero. El 10 pertenece a Messi. La velocidad de La Pulga, la conducci¨®n de Xavi y la sutileza de Iniesta destrozaron al Atl¨¦tico en un ejercicio vertiginoso y, a menudo, tambi¨¦n prodigioso.
Los duelos entre el Barcelona y el Atl¨¦tico siempre deparan situaciones inesperadas. El cat¨¢lago de sorpresas es inagotable con independencia del torneo y del escenario. Nunca fueron predecibles, por cambiantes y excitantes, y tampoco lo ha sido ahora porque ning¨²n aficionado azulgrana recordaba haber contado tres goles en los ocho primeros minutos o cinco en 17 despu¨¦s de que todos los remates de los delanteros acabaran en la red. No se hab¨ªa alcanzado la media hora y el marcador se?alaba un 5-1 para el Barcelona. Jugaban los azulgrana a la velocidad de la luz, muy puestos y certeros, mientras el Atl¨¦tico continuaba posando para la foto, distra¨ªdo y alelado, excesivamente confiado, como si el partido no pudiera comenzar hasta que Ag¨¹ero tocara la pelota. Y no hab¨ªa ni hubo noticias del Kun en el Camp Nou.
El Barcelona decant¨® el partido a bal¨®n parado. Para escarnio del Atl¨¦tico. M¨¢rquez pein¨® el bal¨®n en el primer palo despu¨¦s de un c¨®rner botado por Xavi y desde entonces (1-0) la contienda se convirti¨® en un ataque y gol azulgrana con la permisividad rojiblanca y la anuencia del colegiado, que le pit¨® un penalti a Ujfalusi por una carga sobre Messi en una acci¨®n que no pareci¨® para tanto , ni para un castigo tan severo ni para una ca¨ªda tan aparatosa(2-0). Tampoco se entendi¨® muy bien en qu¨¦ pensaban la defensa del Atl¨¦tico y su portero cuando Messi ten¨ªa la pelota parada frente al ¨¢rea en un libre directo con el colegiado de espectador (3-0). Al Atl¨¦tico incluso le sali¨® cara su respuesta en un remate espectacular de Maxi desde fuera del ¨¢rea porque el delanterose lesion¨® con el gol y tuvo que ser sustituido (3-1).
Eto'o volvi¨® a rifarse m¨¢s tarde a Ujfalusi (4-1), Gudjohnsen empuj¨® despu¨¦s el cuero a la red (5-1) y Messi marr¨® en el remate tras arrancarse en dos jugadas sensacionales, por la rapidez en la conducci¨®n y el regate, antes de llegar al descanso. Entregada a Messi, la hinchada se felicitaba por el vigor de su equipo al tiempo que Aguirre se las ten¨ªa con La Pulga. La afrenta del t¨¦cnico contrastaba con la blandura de sus jugadores, desbordados y entregados a un martirio. Al Atl¨¦tico le gustan los intercambios de golpes como el que le propon¨ªa el Bar?a y, sin embargo, fue atropellado por la poca consistencia de la zaga y de gobierno de la media. Se arriesg¨® Guardiola con una formaci¨®n ligera, con interiores y delanteros r¨¢pidos y t¨¦cnicos m¨¢s que fuertes, y al Barcelona le sali¨® un partido a pedir de boca.
Ausente Alves por lesi¨®n, el Bar?a perd¨ªa sorpresa y centro desde la derecha y a cambio ganaba racionalidad y simetr¨ªa, m¨¢s que nada porque Puyol guarda mejor la posici¨®n y permite una mayor libertad ofensiva al volante, Xavi, y al extremo de su banda, Messi. Al otro lado juega Iniesta, convertido definitivamente en falso extremo izquierdo, en detrimento de Henry, mientras Busquets se ha ganado el puesto de medio centro. Sobre todo en los partidos que necesitan una buena l¨ªnea de pase y cierta velocidad de bal¨®n. Habitualmente ambiciosos, los azulgrana fueron m¨¢s clarividentes y efectivos, menos confusos y ansiosos. En¨¦rgicos en la presi¨®n, se desplegaron a un toque con la precisi¨®n que aseguran futbolistas como Busquets, Iniesta y Xavi, y acabaron con tino la mayor¨ªa de jugadas.
El descanso interrumpi¨® de forma abrupta el mon¨®logo del Bar?a, como acostumbra a pasar en partidos tan excelsos cuando se produce cualquier par¨®n, mientras el Atl¨¦tico se rindi¨® con la sustituci¨®n de Ag¨¹ero cuando no se llevaba ni una hora de juego. El azulgrana pas¨® a ser un equipo m¨¢s esforzado y menos intenso y l¨²cido. La contienda qued¨® a expensas entonces de detalles como la mala cara que puso Eto'o en el momento en que Guardiola le cambi¨® por Henry o el gol del franc¨¦s despu¨¦s de una acci¨®n colectiva preciosa y de una asistencia de Bojan. El mejor colof¨®n para una noche celestial en el Camp Nou.
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