Masters de Augusta: cuatro nombres y cuatro im¨¢genes para un torneo legendario
Un vistazo al pasado del primer 'grande' del a?o en el golf nos lleva a las haza?as de Nicklaus, Palmer, Jones y Tiger en un torneo que vive pendiente de la historia y en el que los espa?oles tambi¨¦n han tenido su hueco
El Masters de Augusta es un torneo de sue?os, s¨ªmbolos, tradiciones y espect¨¢culo, una extensa e inabarcable galer¨ªa de im¨¢genes que han marcado la historia del golf y del deporte mundial. Cuatro de ellas, protagonizadas por cuatro grandes nombres pueden servir para resumir el esp¨ªritu del ¨²nico grande que se juega siempre en el mismo campo: el paradis¨ªaco Augusta National.
En la primera, en 1934, un Bobby Jones ya retirado tras ganarlo todo en un golf dominado por el amateurismo y su amigo Clifford Roberts env¨ªan cartas a discreci¨®n para conseguir socios para su nuevo club, una antigua plantaci¨®n en Georgia en la que Jones y el dise?ador Alister Mac Kenzie crearon un lugar sin igual, tal y como cuenta el apasionante libro de David Bowen Making The Masters. Eran los tiempos duros de la Depresi¨®n y nadie pod¨ªa imaginar hasta d¨®nde iba a llegar el Masters, que realmente no recibi¨® ese nombre, que Jones consideraba pretencioso, hasta la quinta edici¨®n, en1939.
El primer torneo cont¨® como premio con la bolsa recaudada entre los 76 socios del campo
Tiger vive un idilio con el Augusta National
Ballesteros y Olaz¨¢bal han simbolizado con sus dos victorias cada uno el poder del golf europeo y la genialidad de los espa?oles
Sin Palmer y Nicklaus el Masters no se podr¨ªa entender como un deporte de masas
Norman ha vivido pesadillas en un torneo que se le ha escapado entre los dedos de todas las formas posibles
Gary Player se llev¨® el torneo de manera espectacular en 1978. Ten¨ªa 42 a?os
Nicklaus gan¨® su primer Masters en 1963, el ¨²ltimo en 1986
Un gran salto en el tiempo nos lleva hasta la segunda imagen, m¨¢xima expresi¨®n del cambio que ha experimentado el golf y con ¨¦l el Masters de Augusta. De la modesta bolsa de premios recaudada entre los 76 socios iniciales en la primera edici¨®n a los millones de d¨®lares en premios de la era Tiger Woods, quien en 1997 y con solo 21 a?os conmocionaba al mundo del golf tras hacerse con la victoria, convertirse en el jugador m¨¢s joven en ganar un grande, batir el r¨¦cord de golpes (270, 18 bajo par) y ganar por la mayor diferencia de la historia (12 sobre un at¨®nito Tom Kite). Y a¨²n m¨¢s incre¨ªble: en los primeros nueve hoyos del torneo Tiger acumulaba cuatro golpes sobre el par.
El n¨²mero uno del mundo volver¨ªa a ganar en 2001, 2002 y 2005, tras un play off con Chris di Marco y despu¨¦s de protagonizar algunos de los mejores golpes jam¨¢s vistos. Su reaparici¨®n en la edici¨®n de este a?o, anunciada despu¨¦s de meses de especulaciones, no parece casual.
Pero si este torneo tiene la credibilidad y el prestigio que tiene es gracias a dos campeones que han dejado una marca indeleble en la historia del Masters: Jack Nicklaus y Arnold Palmer. Tercera fotograf¨ªa: Nicklaus se dirige al green del 18 para ganar en 1986 su sexto Masters a los 46 a?os, lo que le convierte en el reverso de Tiger, el campe¨®n de m¨¢s edad de la historia al imponerse por un golpe a Tom Kite, de nuevo, y a Greg Norman, siempre a las puertas. Hac¨ªa 23 a?os que hab¨ªa ganado por primera vez en Augusta. Otra vez caminos cruzados: Nicklaus, que se hab¨ªa impuesto ya en cinco ocasiones, alcanzaba los 18 grandes ganados, una marca que s¨®lo Tiger Woods (14) puede ahora superar.
Y frente a Tiger, siempre, Phil Mickelson. Despu¨¦s de estar incontables veces cerca de este y otros grandes, el californiano gan¨® su primer major en Augusta National en 2004, para repetir en 2006. En aquella ocasi¨®n con Tiger como defensor y como el encargado de ponerle la chaqueta verde a Leftie ante las suspicacias generalizadas. En 2005, la situaci¨®n se dio a la inversa, puro espect¨¢culo entre dos hombres que se disputan el coraz¨®n de los estadounidenses.
Palmer, la televisi¨®n y las masas
Cuarta y ¨²ltima instant¨¢nea de esta somera historia del Masters. 1958, el a?o en el que el periodista de Sports Illustrated Herbert Warren Wind da nombre al Amen Corner (hoyos 11,12 y 13) a partir de una canci¨®n de jazz que luego se comprob¨® no exist¨ªa como tal. Un a?o sin el que no se podr¨ªa entender el golf como deporte profesional y de masas y todo gracias a la figura agresiva, elegante y decidida de un joven Arnold Palmer, quien en ese a?o conquistar¨ªa el primero de sus cuatro t¨ªtulos en el Augusta National, dar¨ªa lugar a la creaci¨®n de la legendaria Arnie's Army y se convertir¨ªa gracias a su perfecta sinton¨ªa con la televisi¨®n, que hac¨ªa s¨®lo tres a?os que hab¨ªa llegado al Masters, en el icono de este deporte y en el jugador m¨¢s popular hasta la llegada, otra vez, de Tiger.
En el ya legendario hoyo 12, par tres, con el temido arroyo Rae protegiendo el green, Palmer jug¨® una segunda bola al creer que estaba en su derecho de dropar la original, que se hab¨ªa quedado embarrada y jugarla desde una posici¨®n m¨¢s ventajosa. Los ¨¢rbitros dieron la raz¨®n a Palmer y se lo comunicaron en el hoyo 15, ante la sorpresa y posterior hundimiento de su rival, Jack Venturi, quien no olvida la afrenta y en 2004, en un libro titulado Gettin Up& Down a¨²n recuerda el episodio y asegura que Palmer actu¨® mal. Palmer, que cumpli¨® durante a?os con otra de las grandes tradiciones del torneo, la de dar la salida de honor, jug¨® por ¨²ltima vez el Masters en 2004, con lo que llegaba a las 50 ediciones consecutivas.
Hablando de leyendas. El surafricano Gary Player se retir¨® en 2008 tras 52 participaciones en el torneo y tres victorias. Especialmente rese?able la de 1978 cuando, partiendo con siete golpes de desventaja en la ¨²ltima vuelta consigui¨® siete birdies en los ¨²ltimos 10 hoyos para imponerse con una vuelta de 64 golpes. El Caballero Negro siempre dispuesto para el espect¨¢culo.
Ballesteros y Olazabal: estilo y pundonor
Severiano Ballesteros irrumpi¨® en el golf europeo y mundial con un estilo ¨²nico y una fuerza nunca vistas y en Augusta no pod¨ªa ser menos. En 1980 se hizo con una victoria espectacular. Tras terminar la tercera jornada con siete golpes de ventaja sobre sus perseguidores, el de Pedre?a envi¨® la bola al agua en el hoyo 12 y tuvo serios problemas en el 13 pero a pesar de todo se impuso por cuatro golpes de ventaja.
La prensa estadounidense narr¨® el triunfo con gran emoci¨®n y admiraci¨®n. Su victoria le convert¨ªa en el primer europeo en ganar en Augusta y, con 23 a?os, en el jugador m¨¢s joven de la historia en ganar dos grandes tras su triunfo en el Open Brit¨¢nico el a?o anterior.
La victoria en 1983 ante un gran Tom Watson no hizo sino confirmar la gran calidad de uno de los mejores golfistas de todos los tiempos.
Jos¨¦ Mar¨ªa Olazabal se ha impuesto en dos ocasiones. En la primera, en 1994, con dos golpes de ventaja sobre Tom Lehman. En la segunda, mucho m¨¢s dram¨¢tica, en 1999, dos por delante de David Love III y pocos meses despu¨¦s de que una grave lesi¨®n estuviese a punto de apartarle del golf para siempre. "Pens¨¦ que ya no volver¨ªa a jugar al golf", aseguraba visiblemente emocionado desde la Casa Club del Augusta National poco despu¨¦s de recibir la chaqueta verde de manos de Mark O'Meara. Otra lesi¨®n, esta vez en el hombro, y los m¨²ltiples problemas de espalda que arrastra desde hace a?os le impedir¨¢n estar en esta edici¨®n. Ese mismo a?o de 1999, Sergio Garc¨ªa, recib¨ªa el premio al mejor amateur tras clasificarse en 38? lugar.
Segundones sin remedio
Tom Kite fue testigo de excepci¨®n de la primera y la ¨²ltima exhibici¨®n de los dos mejores golfistas de todos los tiempos. Sin embargo, sus dos segundos puestos en 1986 y 1997 palidecen ante el drama que ha vivido el australiano Greg Norman en el Masters de Augusta, un torneo que se le ha escapado entre los dedos de todas las formas posibles.
En 1986 y viniendo desde atr¨¢s, el australiano consigui¨® cuatro birdies para llegar al ¨²ltimo hoyo y necesitar el par para forzar el play off. No lo consigui¨®.
Al a?o siguiente, el Tibur¨®n fue testigo de uno de los golpes m¨¢s recordados en la historia del torneo: un chip de Larry Mize desde 40 metros en el desempate para hacer birdie y llevarse el Masters. Pero fue en 1996 cuando el drama alcanz¨® toda su dimensi¨®n: Norman part¨ªa el ¨²ltimo d¨ªa con una ventaja de seis golpes sobre el ingl¨¦s Nick Faldo. Sin embargo, en una vuelta desastrosa, Norman firm¨® una tarjeta de 78 golpes, por los 65 de un gran Faldo, que se llevaba as¨ª su tercer t¨ªtulo en Augusta. El australiano se ha quedado cerca en otras ocasiones, incluido un tercer puesto con partido estelar incluido en la victoria de Olaz¨¢bal en 1999.
Hay otros cientos de grandes momentos m¨¢s, como aquel famoso "golpe del que oy¨® hablar todo el mundo" de Gene Sarazen en 1935 para conseguir un albatros que le dio el torneo.
Pero ahora lo mejor es esperar a que llegue el jueves y empiece el espect¨¢culo porque, como asegura el periodista de The Augusta Chronicle David Westin, "para un amante del golf, Augusta es como la Navidad".
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