M¨¢s Messi, m¨¢s goles, m¨¢s Bar?a
Lionel Messi ha jugado como nunca, m¨¢s que nunca y, en consecuencia, ha marcado m¨¢s goles que nunca desde que asom¨® por el vestuario del primer equipo del Barcelona hace seis a?os. A m¨¢s Messi, m¨¢s goles y m¨¢s t¨ªtulos. Si el a?o pasado alcanz¨® un 'triplete' hist¨®rico (Liga, Copa del Rey y Liga de Campeones), en esta temporada han ca¨ªdo cuatro: Supercopa de Europa y de Espa?a, Mundial de Clubes y la Liga, la segunda consecutiva. La Pulga, adem¨¢s, 'pichichi' de la Liga, ha firmado en este curso nueve dobletes y cuatro tripletes. Anoche, ante el Valladolid, logr¨® su ¨²ltimo doblete para igualar la cifra hist¨®rica goleadora de Ronaldo (34) en la Liga 1996-1997, y en el total de una temporada (47).
El curso en el que recibi¨® el Bal¨®n de Oro, el ni?o de Rosario ha seguido creciendo hasta el punto de alcanzar la Bota de Oro, honor reservado al mejor goleador europeo. Ha crecido ganando y conviviendo tambi¨¦n con la derrota; eliminado de la Copa por el Sevilla, que juega la final pasado ma?ana en el Camp Nou, y por el Inter, que super¨® al Barcelona en las semifinales de la 'Champions'i y se gan¨® el derecho a estar en Madrid el s¨¢bado.
Messi ha crecido en el campo, como futbolista y goleador, y fiel a su estilo, lo ha hecho en silencio, mostrando tambi¨¦n una enorme madurez, una especie de paz interior inaudita en un h¨¦roe de 22 a?os, cuya ¨²nica frivolidad conocida es el ruidoso aceler¨®n de su Maseratti negro al abandonar la Ciudad Deportiva Joan Gamper. Al pasar balance, el curso de Leo Messi se puede visualizar en tres im¨¢genes. La primera es ¨ªntima, de equipo, y sabe a derrota en la Copa del Rey, el primer t¨ªtulo que se le escap¨® al Bar?a desde la llegada de Pep Guardiola y remite al vestuario del estadio Ram¨®n S¨¢nchez Pizju¨¢n, en Sevilla, el 13 de enero. El Barcelona gan¨® por 0-1, pero no tuvo bastante y qued¨® eliminado por el valor de los goles en campo contrario: 1-2 en el Camp Nou.
En medio del desorden habitual en que se convierte un vestuario despu¨¦s del partido ?trozos de vendas, ropa, botellas de agua... todo desparramado por el suelo, un caos que se repite partido tras partido? Messi se derrumb¨®. Sentado en el suelo, la cabeza entre las rodillas, llor¨® sin consuelo. Fueron in¨²tiles los ¨¢nimos de sus compa?eros, las palabras de su amigo Gaby Milito, o la caricia de Guardiola, que aquel d¨ªa, en la derrota, comprendi¨®, mirando aquel paisaje, que manejaba un grupo de verdaderos ganadores, y entendi¨® que, adem¨¢s, a Messi la derrota le destroza y le convierte en mortal. Lo cont¨® Guardiola: "Otro hubiera dicho: 'Va, soy campe¨®n del mundo, ?todav¨ªa me queda la Liga!' ?l, no. Los jugadores hab¨ªan sido mejores, hab¨ªan ganado el partido, era imposible jugar mejor... Pero Palop lo par¨® todo, nos eliminaron. Y estaban destrozados. Messi m¨¢s que nadie".
Aquella noche, Guardiola empez¨® a pensar que val¨ªa la pena seguir luchando a su lado, por lo menos, una temporada m¨¢s. "Messi no acepta la derrota porque es un ganador y se rebela contra las injusticias porque es un luchador", explica Tito Vilanova, que, adem¨¢s de ser el ayudante de Guardiola, conoce al argentino desde que 'La Pulga' s¨®lo ten¨ªa 14 a?os. "Por eso ?insiste Vilanova? cuantas m¨¢s patadas le dan y cuanto peor le pita un ¨¢rbitro, m¨¢s pide el bal¨®n, m¨¢s busca el gol y mejor juega".
La segunda escena sabe a fiesta y remite a un gesto muy ¨ªntimo convertido en p¨²blico. Se ha repetido este curso como nunca, al menos en el primer equipo. Messi nunca hab¨ªa marcado tantos goles. Tantos que se ha convertido en el jugador m¨¢s joven de la historia del Bar?a en sumar 100 goles en Liga, con 22 a?os y seis meses.
A cada gol, la misma imagen, un d¨ªa tras otro. Messi que marca, que corre, que festeja con la grada, que le agradece al compa?ero el pase, hasta que desaparece bajo una monta?a de abrazos. Y cuando regresa, de camino al centro del campo para volver a empezar, siempre, siempre, levanta los brazos y se?ala al cielo. "Lo hago por mi abuela Celia, la mam¨¢ de mi mam¨¢", explica Leo. "Falleci¨® en 1998 y no me vio triunfar", se lamenta 'La Pulga'. Anoche le dedic¨® otras dos dianas.
En un art¨ªculo escrito por Mart¨ªn Castilla y publicado en el diario La Naci¨®n, Messi explica que todo empez¨® en casa de la abuela: "Mi pap¨¢ me cuenta que una vez, en la casa de la abuela Celia, mis hermanos jugaban en el patio de la casa junto con mis primos y que cuando me llamaron porque les faltaba uno, yo no quise ir. Dicen que cuando toqu¨¦ la pelota, todos me miraron extra?ados. Entonces, mi abuela me dijo que iba a llevarme a Grandoli, mi primer club". La abuela Celia tambi¨¦n le regal¨® la primera pelota, blanca a topos rojos, y fue do?a Celia la que oblig¨® a Salvador Aparicio, al que todos llamaban Apa, a ponerle cuando faltaba uno para completar el equipo. Ella le dijo a 'Don Apa? que lo pusiera a jugar. "Est¨¢ bien, pero se lo pongo cerca de la raya, as¨ª cuando llora lo saca usted solita". Evidentemente, no llor¨®. "La rompi¨®", recuerda Apa: "Do?a Celia muri¨® sin ver a su nieto triunfar en el Barcelona. Por eso, cada gol de Messi va para ella. Y este a?o ha marcado muchos, como nunca, superando incluso los registros de delanteros considerados goleadores como Rivaldo, Romario y, sin ir m¨¢s lejos, Eto'o, que nunca pas¨® de 30 en una Liga. Messi lo ha logrado. Hay razones que lo justifican y remiten a la tercera imagen del a?o: la nueva posici¨®n de Messi sobre el campo.
Si Guardiola decidi¨® modificar la demarcaci¨®n de Messi, de la punta abierta a zonas interiores, no fue porque jugara mal. Sucedi¨® el d¨ªa que el Barcelona recibi¨® al M¨¢laga en el Camp Nou el 27 de febrero. "El que jugaba mal era el equipo; por lo menos, nos empezaba a costar demasiado esfuerzo generar ocasiones", reconocen en el cuerpo t¨¦cnico azulgrana. De hecho, jugando en la banda, Messi hab¨ªa marcado 23 goles en 33 partidos.
Messi siempre jug¨® por dentro en las divisiones inferiores, as¨ª que la decisi¨®n de Guardiola result¨® algo de lo m¨¢s natural para La Pulga, que brinc¨® como nunca hasta ayer, en 22 partidos jugando por detr¨¢s del delantero centro. "Leo siempre ha sido un goleador, eso no es nuevo", avisa Guardiola, que justifica la mejora en el rendimiento en un dato: "Se ha lesionado menos, ha jugado m¨¢s, se ha divertido m¨¢s y ha metido m¨¢s goles".
"En Madrid, el d¨ªa del 2-6, ya jug¨® en esa posici¨®n. Y en la final de Roma, tambi¨¦n", recuerda Vilanova. "Si tienes al mejor jugador del mundo, lo l¨®gico es que intervenga mucho. As¨ª que decidimos meterlo en zonas interiores, para que participara m¨¢s", sostiene la mano derecha de Guardiola. "Si en algo ha crecido este a?o es en el juego de asociaci¨®n. No quiere hacer la jugada del siglo en cada acci¨®n", insiste Vilanova. "Como encuentra a m¨¢s amigos, la toca m¨¢s y mezcla mejor. Tiene una intuici¨®n espectacular durante el juego, as¨ª que como dispone de m¨¢s opciones para elegir, hace m¨¢s da?o y es m¨¢s complicado pararle", explica Juan Carlos Unzu¨¦, preparador de porteros y miembro del cuerpo t¨¦cnico.
"A veces me pregunto d¨®nde estar¨¢ su techo porque cada d¨ªa es mejor", concluye Iniesta. "Llegar¨¢ donde quiera mientras tenga ganas. El futuro es de Messi", cierra Vilanova. El Camp Nou lo celebra.
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