Con 'El Jefecito' no basta
Mascherano, en su primera final con el Bar?a, jug¨® de central sublimando su talento t¨¢ctico
El brazalete de capit¨¢n en la selecci¨®n argentina no lo lleva cualquiera; el actual capit¨¢n de la albiceleste se llama Javier Mascherano (26 a?os; San Lorenzo, Argentina). El barcelonismo descubri¨® ayer por qu¨¦. Con Puyol lesionado y Abidal enfermo, Guardiola prefiri¨® a El Jefecito antes que a Milito como pareja de Piqu¨¦, exigi¨¦ndole en una posici¨®n extra?a que hiciera lo que siempre hizo desde que su padre le puso a jugar de mediocentro cuando era s¨®lo un ni?o: echarle una mano al equipo.
Toda una vida recuperando balones y tocando como pivote y en su primer partido grande con el Barcelona, el primero en el que se jugaba un t¨ªtulo, tuvo que jugar de central, al filo del abismo. Vi¨¦ndole ayer, nadie dir¨ªa que no hab¨ªa jugado en esa posici¨®n m¨¢s que un partido -contra el Shakhtar (0-1) en Donetsk, el 12 de abril, en los cuartos de la Champions- y un ratito de otro -contra el Almer¨ªa (3-1) en un partido de Liga en el Camp Nou, el pasado 9 de abril-.
Fue entonces cuando el argentino se convirti¨® en el noveno futbolista que Pep Guardiola utilizaba en el eje de la defensa, despu¨¦s de Piqu¨¦, Puyol, Abidal, Milito, Busquets, Font¨¤s, Bartra y Sergio G¨®mez. "Siempre he pensado que un mediocentro con facultades y que sea inteligente puede jugar de central", dir¨ªa el entrenador del argentino.
Ayer, le ret¨® el partido a Mascherano, el noveno central del Bar?a, y siempre respondi¨® con la cabeza alta. Hizo mucho por el equipo: le sac¨® un remate de Cristiano bajo los palos, le rob¨® la cartera a Di Mar¨ªa, tap¨® a Marcelo, cubri¨® a Alves y le dio salida a la pelota superando la primera fase de presi¨®n, casi siempre tratando de activar a Messi; y corrigi¨® la falta de cent¨ªmetros con colocaci¨®n cuando se trat¨® de pelearla por arriba, incluso con Cristiano, que le supera en 10 cent¨ªmetros.
Mascherano lee como pocos los partidos, porque por sus venas corre la sangre de futbolista de calle, intuitivo y listo. Y eso hizo ayer. Por eso reba?¨® la pelota a los futbolistas del Madrid tantas veces, casi siempre dando apoyos a Piqu¨¦. Tipo de piel curtida en finales, acumula muescas suficientes en sus tacos: lleva en el zurr¨®n dos finales de los Juegos Ol¨ªmpicos, que gan¨® en 2004 y en 2008; dos de la Copa Am¨¦rica, que perdi¨® en 2004 y en 2007; la del sudamericano sub-20, que s¨ª gan¨® en 2003; una de la Copa Confederaciones, que perdi¨® en Alemania en 2005; y una Champions, con el Liverpool en 2007, que tambi¨¦n perdi¨®, como ayer. Mascherano, nacido en San Lorenzo, nunca jug¨® en Newell's, su equipo de la infancia, pero s¨ª en River, Corinthians, West Ham y en el Liverpool, donde fue lugarteniente de Xabi Alonso, con el que ayer se vio las caras en Mestalla.
Mascherano rebaj¨® el tono de su habitual temperamento y se cuid¨® de pisar charcos, eludiendo tantas trifulcas como hubo durante el partido. Solo cometi¨® una falta durante todo el encuentro. Y sin querer siquiera, a punto estuvo de provocar la expulsi¨®n de Adebayor, que le dio una colleja nada m¨¢s entrar en el campo en la segunda parte y el ¨¢rbitro le caz¨®.
Fr¨ªo siempre, carg¨® humilde con cubos de agua cuando se le quemaba el rancho al equipo, antes de llegar a la pr¨®rroga y, en el primer cuarto de hora extra, cuando el Madrid m¨¢s achuch¨®. Fue fundamental tanto en el peor momento del Barcelona como al adue?arse del juego sus compa?eros. Le cubri¨® las espaldas al equipo, porque en un capit¨¢n siempre se puede confiar.
Mascherano dijo cuando lleg¨® al Barcelona que ven¨ªa a competir por un puesto. Y con la competici¨®n comenzada record¨® que ser¨ªa un necio si se quejara por ser suplente de Busquets, campe¨®n del mundo. Siempre supo cu¨¢l era su sitio en este grupo. Pero un tipo como ¨¦l no se resigna a no pisar el pasto. Y a medida que entendi¨® el juego posicional del equipo fue cobrando importancia. Lleva 35 partidos este a?o (21 en la Liga; ocho en la Liga de Campeones; y seis en la Copa del Rey), hasta terminar por revelarse como un sorprendente y solvente central el d¨ªa que sublim¨® su talento t¨¢ctico al trabajo de equipo en su primera final en Barcelona. "Masche tiene mucha pierna. Aporta tranquilidad", le hab¨ªa alabado Guardiola.
Claro que, no fue bastante con el talento y el saber hacer de El Jefecito. No le bast¨® al Bar?a.
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