Ramos pone orden
La entrada del central permite al Madrid resolver (0-2) ante una Ponferradina l¨²dica
"?Hay que ganar al Arandina!", grit¨® un hincha al primer jugador de la Ponferradina que se baj¨® del autob¨²s. Fue la orden del pueblo. Unas 2.000 personas se congregaron en la puerta del estadio del Toral¨ªn bajo la lluvia berciana. Faltaba una hora para que su equipo se midiera al Madrid en la Copa, pero la gente record¨® a los futbolistas que lo importante es la pelea por el ascenso a Segunda.
Conscientes de las prioridades se?aladas, los jugadores de la Ponferradina afrontaron el partido con esp¨ªritu l¨²dico, pidiendo la pelota y pas¨¢ndosela unos a otros hasta incorporar a todo el equipo a la maniobra. Isa¨ªas y Carlos Ruiz no desperdiciaron una entrega, Borja S¨¢nchez y Borja Valle encararon a los laterales y un brasile?o macilento, Yuri de Souza, se adue?¨® del juego empleando casi exclusivamente el exterior de su pie derecho. As¨ª entr¨® al encuentro el equipo del Bierzo. Jugando como se juega ¨²ltimamente en casi todas las canteras de Espa?a, en donde proliferan los buenos futbolistas y el buen gusto. El Madrid intent¨® presionar con su habitual energ¨ªa, pero fue incapaz de controlar el partido porque no hil¨® cuatro pases. Yuri se exhibi¨® empalmando un c¨®rner de media chilena, pero la pelota fue a las manos de Ad¨¢n.
PONFERRADINA, 0- R. MADRID, 2
Ponferradina: Orlando Quintana; David Malo, Alan Bar¨®, Samuel, Sergio Rodr¨ªguez; Isa¨ªas, Carlos Ruiz (Jonathan Ruiz, m. 76); Borja S¨¢nchez, Dom¨¦nech (Acor¨¢n, m. 62), Borja Valle; y Yuri (Mayor, m. 62). No utilizados: N¨¦stor; Dani Carril y Mateo.
Real Madrid: Ad¨¢n; Altintop, Albiol, Varane, Marcelo; Khedira, Sahin (Granero, m. 70); Callej¨®n, Kak¨¢ (Sergio Ramos, m. 70), Cristiano (Jes¨¦, m. 78) e Higua¨ªn. No utilizados: Jes¨²s; Pacheco y ?zil.
Goles: 0-1. M. 29. Callej¨®n. 0-2. M. 74. Cristiano.
?rbitro: Iglesias Villanueva. Expuls¨® a Albiol por dos tarjetas amarillas (m. 69). Tambi¨¦n amonest¨® a Sergio Rodr¨ªguez, Carlos Ruiz y Samuel.
Unos 8.500 espectadores en el estadio de El Toral¨ªn.
El f¨²tbol en Segunda B, ¨¢mbito en el que la Ponferradina se maneja desde hace a?os, suele ser brusco, directo, interrumpido. Es la clase de juego que plante¨® el Madrid durante la primera parte, empezando por los saques de Ad¨¢n, casi siempre a la inglesa. Pelotazo arriba y a volar. Hombre por hombre, los madridistas son m¨¢s fuertes, pesados y resistentes que sus adversarios. En el choque perdieron los locales. En ideas estuvieron parejos. Se disputaron la pelota de igual a igual porque el Madrid no impuso claramente su superioridad con Sahin, Kak¨¢ o Marcelo. El lateral zurdo se puso el brazalete de capit¨¢n y procur¨® orientar a sus compa?eros para que jugaran con un poco de pausa. El primer gol del Madrid se origin¨® en una pausa de Marcelo precisamente. Tom¨® el bal¨®n, retras¨® para Altintop y este, a su vez, conect¨® con Khedira, que cruz¨® una pelota que pill¨® a contrapi¨¦ a la defensa. Entrando desde atr¨¢s, Callej¨®n la empuj¨®.
El Madrid tard¨® media hora en marcar y 25 minutos en obligar a Quintana a hacer una parada. Cristiano, que hasta entonces no se hab¨ªa desembarazado de sus marcadores, le meti¨® un derechazo al primer palo y el arquero desvi¨® a c¨®rner.
El Madrid sigui¨® sin hacerse con el dominio del bal¨®n en la segunda parte. La ventaja del gol y la timidez de Sahin para dar un paso al frente le llev¨® a repetir la rutina que ensaya desde hace tantos meses: repliegue, presi¨®n y contragolpe. Es el libreto de Mourinho contra el Bar?a y la Ponferradina. La disposici¨®n del Madrid propici¨® un partido agitado, de despliegues r¨¢pidos y populosos en ambos sentidos. Dom¨¦nech aprovech¨® los pasos atr¨¢s de la defensa rival para disparar desde fuera del ¨¢rea. La pelota se estrell¨® en el larguero. Luego, Borja Valle tuvo el empate en un mano a mano con Ad¨¢n, pero envi¨® fuera el bal¨®n. Los problemas defensivos del Madrid culminaron cuando Albiol fue expulsado por dos amonestaciones. Intervino Mourinho para cambiar a Sahin y Kak¨¢ por Granero y Ramos.
Fue Ramos quien puso orden. Orden y empuje. El central sali¨® jugando en el instante preciso en el que el rival avanzaba y se descolocaba. Fue un contragolpe perfecto. Directo al campo contrario, jug¨® para Higua¨ªn, que toc¨® para Cristiano, que aceler¨®. Samuel no consigui¨® aguantar el paso doble del portugu¨¦s y su remate acab¨® en gol.
La Ponferradina tuvo tiempo de hacer m¨¢s ruido. Borja Valle dispuso de un bal¨®n muerto en el ¨¢rea de Ad¨¢n. Remat¨® con fuerza y medio estadio cant¨® el gol, pero se le interpuso Ramos, protector implacable de un equipo superior que, por momentos, vivi¨® expuesto a peores noticias.
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