Armstrong: ¡°Merezco un castigo, no la condena a muerte¡±
Al borde del llanto, el exciclista critica su sanci¨®n de por vida en la segunda parte de su entrevista con Oprah, donde tambi¨¦n habla de su fundaci¨®n, su futuro y su vida familiar
Si la primera parte de la entrevista a Lance Armstrong fue el escenario para el particular acto de contrici¨®n del ciclista, la segunda permiti¨® al excampe¨®n tratar sobre el resto de aspectos que tambi¨¦n han determinado su trayectoria personal y profesional: su familia, su car¨¢cter, su fundaci¨®n, su situaci¨®n econ¨®mica, su futuro¡
Este viernes, al abordar la reacci¨®n de sus hijos mayores ante las acusaciones de dopaje de su padre, Armstrong tuvo que contener unas l¨¢grimas que amenazaron el inquebrantable dominio de s¨ª mismo que hab¨ªa demostrado en el programa anterior. Fue al hablar de Luke Armstrong, su hijo de 13 a?os, cuando se permiti¨® un momento de flaqueza, el ¨²nico. El mismo que no tuvo cuando un d¨ªa antes reconoci¨® que toda su carrera hab¨ªa sido una farsa o que hab¨ªa perseguido injustamente a los compa?eros y periodistas que osaron desafiar su reinado desvelando su relaci¨®n con el dopaje. ¡°?Qu¨¦ le dices a tu hijo?¡±, le pregunt¨® Oprah Winfrey. ¡°?l sabe mucho. O¨ªa rumores en los pasillos de la escuela. Un d¨ªa vi c¨®mo me defend¨ªa de las acusaciones de otros ni?os, c¨®mo dec¨ªa 'eso no es verdad' y es cuando supe que ten¨ªa que cont¨¢rselo". Entre pausas para evitar el llanto, el ciclista explic¨® c¨®mo le confes¨® la verdad durante las vacaciones. ¡°Nunca me pregunt¨® nada. Confi¨® en m¨ª, me dijo: ¡®Eres mi padre y eso no cambiar¨¢ jam¨¢s¡±.
La presentadora, sin embargo, comenz¨® la segunda parte de su entrevista abordando la situaci¨®n de Livestrong, la fundaci¨®n que el ciclista fund¨® en 1997. Armstrong gan¨® su primer Tour de Francia solo tres a?os despu¨¦s de superar un c¨¢ncer de test¨ªculos. Su organizaci¨®n recaud¨® en estos quince a?os 500 millones de d¨®lares para luchar contra la enfermedad, pero hace unos meses Livestrong le pidi¨® que dimitiera. "Necesitamos que te apartes de la fundaci¨®n", asegur¨® el corredor que le indicaron sus responsables. "Adoptar esa decisi¨®n fue algo muy duro. Me di cuenta de la presi¨®n que exist¨ªa", dice el excampe¨®n.
Winfrey pregunt¨® al deportista si Livestrong podr¨¢ sobrevivir sin ¨¦l, sin su historia. "Espero que s¨ª", contest¨®, definiendo la fundaci¨®n como su ¡°sexto hijo¡±. "Lo que hice fue lo mejor para Livestrong, pero fue algo muy duro, un infierno doloroso. Fue mi punto m¨¢s bajo".
Aunque el ciclista mantuvo una indolencia similar a la de la primera parte de la entrevista, en el segundo programa tambi¨¦n dej¨® pas¨® a la emoci¨®n al ver un v¨ªdeo de hace unos a?os en el que aparec¨ªa ¨¦l mismo en actitud arrogante. Tras reconocer que no le gustaba esa persona asegur¨® a Winfrey que le debe disculpas a muchas de las personas a las que atac¨® cuando le acusaron de dopaje. "No me gusta ese tipo. Se sent¨ªa invencible y ah¨ª es d¨®nde me perd¨ª. Esa persona sigue ah¨ª, no voy a enga?ar a nadie y decirle que estoy en terapia y que me estoy curando, tengo que seguir un proceso, pedir disculpas", dijo Armstrong.
Lo que hice fue lo mejor para Livestrong, pero fue algo muy duro
¡°?Crees que le debes una disculpa a David Walsh, el periodista de The Sunday Times que cubri¨® tu historia durante 13 a?os?¡± pregunt¨® Winfrey. ¡°?Qu¨¦ les dir¨ªas a los millones de personas que han llevado brazaletes amarillos durante a?os? "Les dir¨ªa que entiendo que se sienten traicionados y que lo siento".
El excampe¨®n, despojado ahora de sus t¨ªtulos, s¨ª reconoci¨® que hab¨ªa personas en su c¨ªrculo m¨¢s cercano que sab¨ªan que se dopaba, pero que no hubieran podido hacer nada para imped¨ªrselo. Solo lo hizo, seg¨²n Armstrong, su exmujer, Kristen. Al consultarle sobre su regreso a la competici¨®n le pidi¨® que no volviera a cruzar la l¨ªnea roja del dopaje. "Si ella me hubiera dicho que no volviera a competir, yo no lo hubiera hecho".
Como ocurri¨® en la primera entrevista, ayer volvi¨® a dar la sensaci¨®n de que Armstrong se escabull¨® de cuestiones espinosas, como cuando aludi¨® a su exesposa. El ciclista asegur¨® que solo le consult¨® a ella sobre la posibilidad de volver a la competici¨®n y la present¨® como una influencia determinante en sus decisiones. Sin embargo, Winfrey no le pregunt¨® por qu¨¦ sus abogados prohibieron a la madre de sus tres hijos que testificara o que respondiera a cualquier cuesti¨®n relacionada con el uso de sustancias prohibidas de su exmarido.
Winfrey no le pregunt¨® por qu¨¦ sus abogados prohibieron a la madre de sus tres hijos que testificara o que respondiera a cualquier cuesti¨®n relacionada con el uso de sustancias prohibidas
La presentadora tambi¨¦n inquiri¨® a Armstrong sobre su futuro. El excampe¨®n Armstrong asegur¨® que le gustar¨ªa volver a competir, pero se lo impide ¡°una condena a muerte¡±, seg¨²n defini¨® la sanci¨®n impuesta por el organismo estadounidense. "A mi me han condenado a muerte cuando otros deportistas fueron suspendidos por seis meses. No voy a decir que sea injusto, pero mi condena es diferente. Me merezco un castigo, pero no la condena a muerte".
El exciclista tambi¨¦n asegur¨® que la investigaci¨®n de la USADA y ahora su confesi¨®n tendr¨¢n un impacto econ¨®mico en su futuro. "Desde luego que he perdido cualquier oportunidad de tener ingresos en el futuro. No me gusta pensar en ello, pero el d¨ªa que esto sali¨® a la luz perd¨ª 75 millones de d¨®lares [m¨¢s de 56 de euros]". A¨²n as¨ª, se confes¨® optimista: "He pasado por un momento en que no sab¨ªa si iba a estar vivo en seis meses o un a?o. Este no es el peor instante de mi vida, pero est¨¢ cerca".
Lo f¨¢cil es decir que no debemos enga?ar ni mentir. Pero hay algo m¨¢s grande detr¨¢s, c¨®mo me perd¨ª y me equivoqu¨¦. C¨®mo traicion¨¦ a gente que confiaba en m¨ª y a los que yo decepcion¨¦
La incertidumbre no parece afectar a Armstrong, o al menos esa es la impresi¨®n que quiso transmitir en la entrevista. "Hace tiempo me hubiera vuelto loco", confes¨®, ¡°pero cada vez me siento m¨¢s c¨®modo con la idea. ¡°?Esto te hace ser mejor persona?¡± inquiri¨® la presentadora. "Sin ninguna duda".
Winfrey terminar¨ªa la entrevista con una de las preguntas que han marcado su estilo en las ¨²ltimas d¨¦cadas: "?Cu¨¢l es la moral de esta historia?" Armstrong estaba preparado. "Lo f¨¢cil es decir que no debemos enga?ar ni mentir. Pero hay algo m¨¢s grande detr¨¢s, c¨®mo me perd¨ª y me equivoqu¨¦. C¨®mo traicion¨¦ a gente que confiaba en m¨ª y a los que yo decepcion¨¦", sentenci¨®. ?Siento remordimientos? Absolutamente. ?Crecer¨¢? Absolutamente. Este es el primer paso, estas son mis acciones. Estoy pagando el precio por ellas y me lo merezco".
Quedaron sin formular cuestiones como el papel que en la trama del dopaje tuvieron los diferentes entrenadores de los equipos en los que compiti¨® Armstrong, si ¨¦ste influy¨® de alguna manera en los altos mandos de los organismos internacionales y, lo m¨¢s importante, si el excampe¨®n se decidir¨¢ a repetir lo mismo ante la Agencia Mundial del Dopaje, la UCI o la USADA. Una preguntas que quiz¨¢s convino realizar en la primera parte de la entrevista, ya que la de ayer se reserv¨® a tratar de buscar una respuesta moral a un comportamiento liderado por la ambici¨®n. Seguro que hay una ¨¦tica detr¨¢s, pero no la que Winfrey buscaba ni la que el propio Armstrong demostr¨®.
Pregunta Oprah, contesta Lance
¡°?Qu¨¦ le dices a tu hijo?¡± ¡°Cuando le vi defenderme, supe que ten¨ªa que decir la verdad¡±
¡°?Sobrevivir¨¢ tu fundaci¨®n sin ti?¡± ¡°Espero que s¨ª. Es mi sexto hijo¡±
¡°?Qu¨¦ les dir¨ªas a los que han llevado tus pulseras?¡± ¡°Que entiendo que se sientan traicionados¡±
¡°?Cu¨¢l es la moral de su historia?¡± ¡°C¨®mo me perd¨ª, equivoqu¨¦, traicion¨¦ y decepcion¨¦¡±
¡°Me sent¨ªa invencible. Ah¨ª es donde perd¨ª (¡) El d¨ªa que esto sali¨® a la luz perd¨ª 75 millones¡±.
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