Lecci¨®n de cabeza fr¨ªa
Nadal gana 6-4, 4-6 y 6-2 a Ferrer tras negarle 13 bolas de break, se cita con Berdych en semifinales y ser¨¢ n¨²mero cuatro si levanta el torneo
Debajo de la toalla se esconde la cara de David Ferrer, que acaba inclin¨¢ndose 6-4, 4-6 y 6-2 ante Rafael Nadal en cuartos del Masters 1000 de Roma. Entre la blanca tela busca el alicantino soluciones para el acertijo, respuestas para mil dudas: ?C¨®mo tumbar a Nadal tras siete derrotas seguidas, 14 en los ¨²ltimos 15 partidos? ?C¨®mo derribar ese muro mental que construye con tozudez el mallorqu¨ªn cada vez que ¨¦l se pone en ventaja, domina y manda? ?C¨®mo explicar que un Nadal sin chispa le niegue 13 bolas de break? ?C¨®mo entender que su contrario tenga m¨¢s piernas en la tercera manga, pese a que Ferrer no jug¨® en octavos y el mallorqu¨ªn consumi¨® 2h 37m? Nada se explica el n¨²mero cuatro mundial, que con su derrota arriesga el puesto. Nadal jugar¨¢ en semifinales (s¨¢bado, 16.00, Tdp) con Tomas Bercych (2-6, 7-5 y 6-4 ante Djokovic, que ganaba 6-2 y 5-2) y ser¨¢ el n¨²mero cuatro mundial en Roland Garros (desde el 26 de mayo) si defiende su t¨ªtulo italiano.
Nadal juega con el brazo. Quiz¨¢s cansado por la batalla de la v¨ªspera, sus piernas no acompa?an a los golpes, su cuerpo no se gira como de costumbre. Falto de chispa, sus tiros nacen del b¨ªceps. Sin las sinergias que crea la suma de los esfuerzos de toda la musculatura, a sus tiros les falta mordiente y veneno. Le cuesta desbordar a Ferrer, un rival con una movilidad impresionante. Gana m¨¢s puntos por fallos del alicantino que por ganadores suyos, pero tiene un plus, compite con el sello que distingue a los grandes: identifica los puntos decisivos y los ataca con ferocidad, acude a la red para cerrar algunos intercambios, se echa el partido a la espalda y a por el partido carga.
Falto de piernas, por ahora a Nadal le alcanza con su inmenso talento, su mentalidad indestructible y su deseo infinito
Este es un Nadal de sangre caliente y cabeza fr¨ªa. Cuando el duelo le pide agallas, tiene un coraz¨®n gigante, un deseo incontenible, el hambre de los can¨ªbales: Ferrer manda 4-0 en la segunda manga y a¨²n as¨ª sufre un mundo para hacerla suya. Del mismo modo, cuando el choque reclama pulso bajo, contenci¨®n, Nadal juega con rostro p¨¦treo y mirada firme. Pierde el set jugando el punto decisivo con segundo saque porque en ese momento clave el juez de silla le pita la segunda p¨¦rdida de tiempo del duelo. ¡°Por favor, d¨ªgale a los recogepelotas que me den m¨¢s r¨¢pido la toalla¡± es todo lo que dice el n¨²mero cinco del mundo, que digiere el parcial perdido sin animar el incendio que habr¨ªa atizado otro.
Y pese a todo, Nadal sufre de lo lindo.
Ferrer, un rival temible, compite descansad¨ªsimo, porque ha llegado a cuartos por la retirada de su contrario de octavos. Nadal llega justito de energ¨ªas. No es solo que haya jugado todas las finales de la gira de tierra (campe¨®n en Madrid y Barcelona, finalista en Montecarlo), sino que la v¨ªspera vive una aut¨¦ntica tortura: agota 2h 37m para eliminar al let¨®n Gulbis, que le exige en lo f¨ªsico y en lo mental, con un partido lleno de vaivenes que exprime cada gota de sudor en el cuerpo del n¨²mero cinco.
El mallorqu¨ªn, sin embargo, vive en Roma agarrado a la heroica. Le faltan piernas y, en consecuencia, tiros: comete 39 errores no forzados, por 45 de su contrario, una pila de fallos. Por ahora, le alcanza con su inmenso talento, su mentalidad indestructible y su deseo infinito. El destino del n¨²mero cuatro est¨¢ en su mano. A una semana de Roland Garros, Berdych, desatado ante Nole, aguarda al tenista que nunca tiene suficiente.
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