Por ahora, el futuro es un agujero negro
Janowicz, Gulbis y Dimitrov, llamados a dar el relevo a la ¨¦lite, se inclinan a la primera
¡°¡ Y claro, no viene nadie por abajo que apriete¡±. Cuando Tommy Robredo, el n¨²mero 22 del mundo a los 31 a?os, explica su pervivencia en la elite, sus ¨¦xitos recientes, habla de la evoluci¨®n de la especie, de c¨®mo ha mejorado la tecnolog¨ªa y se han multiplicado los equipos de trabajo (m¨¦dicos, fisioterapeutas, preparadores f¨ªsicos), pero no solo de eso. Robredo, que ha superado una grave lesi¨®n que le sac¨® de los 450 mejores del planeta, describe tambi¨¦n a una generaci¨®n de j¨®venes incapaz de inquietar a los veteranos. En el Abierto de EEUU, 33 tenistas en la treintena arrancaron en el cuadro grande. Eso iguala el r¨¦cord de 2012 y, unido a los resultados de la primera ronda, retrata el presente del tenis: para algunos, el futuro es un agujero negro que engulle a todas las esperanzas.
As¨ª, el polaco Janowicz, tremendo sacador de 22 a?os, uno que se plant¨® en la final del Masters 1000 de Paris-Bercy en 2012 y luego se aup¨® hasta las semifinales de Wimbledon 2013, se despidi¨® a la primera ante un tenista sin pedigr¨ª, el argentino Gonz¨¢lez, que es el n¨²mero 247 (4-6, 4-6 y 2-6; el polaco dej¨® un gesto de frustraci¨®n condenable al sacar de cuchara). Del mismo modo, el b¨²lgaro Dimitrov, Baby Federer, de gran talento y 22 a?os, se dej¨® remontar por otro tenista de los que nunca ha hecho una portada: 3-6, 6-3, 6-4, 5-7 y 6-2 para el portugu¨¦s Sousa. El d¨ªa anterior, v¨ªctima de la responsabilidad, asegurando que se hab¨ªa puesto nervioso al ver un cuadro tan favorable, se despidi¨® el let¨®n Gulbis (3-6, 6-3, 1-6, 7-6 y 6-4 ante Haider Maurer), otro llamado a la gloria que aun no ha levantado una Copa de las que de verdad pesan.
El tenis es hoy un deporte en manos de los veteranos, porque pesan tanto la experiencia y la fortaleza f¨ªsica como la mu?eca y el talento. La ¨¦poca de los Chang y los Nadal, de los Becker, fen¨®menos adolescentes capaces de competir por los grandes, no encuentra por ahora relevo. El circuito, lleno de veteranos, es como una jaur¨ªa de lobos presta a devorar a los j¨®venes corderos. Mientras, los talentos emergentes mezclan una pincelada brillante con decena de borrones, y rumian en el vestuario la dureza del mundo de los grandes: mientras Milos Raonic disfruta de un cuadro a medida, por ejemplo Tomic, que ya sabe lo que es jugar unos cuartos de Wimbledon, tuvo que apurarse el lunes hasta la quinta manga con Ramos, m¨¢s derrotado por los calambres que por los tiros de su contrario de 20 a?os (6-3, 3-6, 4-6, 7-6 y 6-3).
De 'secuestrada' a ganar a la campeona de 2011
Con 17 a?os, Victoria Duval tumb¨® 5-7, 6-4 y 6-4 a Samantha Stosur, la campeona de 2011. Para la n¨²mero 296 fue una victoria grandiosa que, sin embargo, adquiere un tono muy menor en el contexto de su vida. La estadounidense, de origen hatiano, vivi¨® mirando a la punta de unas pistolas el robo de su casa, secuestrada mientras se lo llevaban todo. Luego, durante el brutal terremoto que asuel¨® la isla en 2010, casi perdi¨® a su padre. Solo la intervenci¨®n de su club de tenis y su entrenador, que recaudaron 18.000 d¨®lares, los emplearon en alquilar un avi¨®n y consiguieron rescatarle con varios huesos rotos y una infecci¨®n galopante, evitaron su muerte.
En la pista, Duval fue capaz de superar un 2-4 a favor de la australiana en la manga decisiva. Ahora jugar¨¢ contra otra veterana, Hantuchova.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.