El Baskonia se cae con todo el equipo

Al Baskonia, la Euroliga se le est¨¢ haciendo larga, muy larga, y los partidos cortos, muy cortos. Sus aspiraciones han desaparecido y, por tanto, sus comparecencias son protocolarias. Ante el Olympiacos, que acab¨® vapule¨¢ndole (89-59), tuvo un primer cuarto esperanzador, en el que mand¨® y parec¨ªa elevar la voz, hasta que Pleiss se carg¨® con tres personales en menos de diez minutos y vio el partido desde la bancada.

A partir de ese momento, el equipo griego creci¨® y creci¨® con una actitud coral en la que lo mismo daban los tenores bajo el aro (pongamos que Lojeski) o los bar¨ªtonos fuera de la pintura (digamos que Spanoulis). Daba igual qui¨¦n diera el mazazo, lo cierto es que el Laboral Kutxa se fue hundiendo poco a poco, sin barcas de salvamento, si flotador y sin saber nadar contra corriente

El tiro exterior era una entelequia en el Baskonia, que adem¨¢s padec¨ªa de una multitud de pases fallidos, un descontrol monumental, que le pon¨ªa al Olympiacos el partido en bandeja de plata. Lo peor no es perder, sino la manera de perder y el Baskonia eligi¨® la peor: la timorata, la err¨¢tica, la de quien ha ido porque tiene que ir. 32 de los 52 puntos que consigui¨® los hicieron Mainoldi, Nocioni y Plesis, todos por dentro. Por fuera, el Baskonia era un erial, un colectivo aturdido, presa f¨¢cil para el Olympiacos que jug¨® medio partido a modo de entrenamiento.

Pasado el susto del primer cuarto (23-20), lo dem¨¢s fue costura artesanal. El 22-7 del segundo era algo m¨¢s que un c¨¢lculo de intenciones. Volvi¨® el Baaskonia en el tercero a un dibujo m¨¢s educado con su tradici¨®n, pero en el cuarto los lamparones le arruinaron el traje. Papapetrou se ali¨® con Spanoulis y llevaron el partido a firmamentos a los que no alcanzaba el Laboral Kutxa. Y as¨ª fue adelgazando el Baskonia, por anemia, y el Olympiacos, sin demasiada gula. Si no naci¨® muerto, el partido tuvo muy pocos minutos de vida.