Cristiano y la mochila de Eusebio
Mientras el astro, dolido en la rodilla izquierda, lleva a cuestas la comparaci¨®n con el mito de La Pantera Negra, Portugal arranca hoy contra una Alemania refinada por L?w
Como c¨²spide del f¨²tbol que es, todo Mundial necesita a los mejores. Es la gran pasarela de este juego, pero en un deporte colectivo no todos los grandes han logrado pasearse por ella. Di St¨¦fano es el m¨¢s claro ejemplo, aunque no el ¨²nico. Al nivel de La Saeta, en el olimpo mundialista no solo falta Messi, sino tambi¨¦n el elixir de Cristiano Ronaldo, que afronta desde hoy su tercer campeonato con un triple reto: imponerse a su herc¨²leo cuerpo, que por primera vez anda maltrecho, encumbrar a una Portugal que desde el m¨ªtico Eusebio no ha logrado superar el tercer puesto de 1966, y dejar su sello personal en un torneo que se le resiste m¨¢s de la cuenta, con solo dos goles en diez partidos, uno a Corea del Norte y otro a Ir¨¢n de penalti. Puro fogueo, ni migajas cuando se refiere a un futbolista tan sublime.
V¨ªctima de un calendario abusivo a CR le ha fallado su imponente chasis
En los ¨²ltimos tiempos, v¨ªctima de la sobrecarga de un calendario abusivo, a Cristiano le ha fallado lo que menos esperaba, su imponente chasis. Ha llegado justo al fin de curso, con algunas cornadas en el rotuliano de la rodilla izquierda. Pero el siete no es de los que se reprime cuando hay una cartelera por delante, aunque se trate de un partido telonero. Y ya no digamos si lo que toca es un Mundial y un estreno ante Alemania, favorita perpetua en esto del f¨²tbol, una elegida entre esas selecciones que siempre, est¨¦n como est¨¦n, provocan mal de altura en sus adversarios. Desde la concentraci¨®n lusa, donde Cristiano ha tenido a todos en vilo, ya se han apresurado a deslizar que su estrella jugar¨¢.
Convertido ya en el m¨¢ximo goleador de Portugal con 49 goles en 110 partidos, su promedio (0,44) a¨²n dista del de Eusebio (0,64), referencia evocadora indiscutible cuando el equipo luso afronta un Mundial. Si Messi lleva a cuestas a Maradona, en Portugal la sombra de Eusebio sobre Cristiano no es menos alargada.
El mozambique?o, fallecido el pasado mes de enero a los 71 a?os, es el ¨²nico que a¨²n desplaza a Cristiano de la portada portuguesa de cualquier gran evento, para est¨ªmulo del madridista, tan competente como narciso para los r¨¦cords individuales. Eusebio, aquel chico pobre nacido en el barrio de Mafalala, en lo que hoy es Maputo, que perdi¨® a su padre con ocho a?os y jugaba al f¨²tbol descalzo por los arrabales, fue captado por el radar del Benfica y su vida, su destino, dio un volantazo. En el Campeonato del Mundo de 1966, su impacto fue descomunal. Era el deb¨² portugu¨¦s en los Mundiales, donde no se le resist¨ªa una plaza pese a ser un equipo con recorrido. Un conjunto cuyo estreno internacional data de diciembre de 1921, con una derrota por 3-1 en Madrid ante Espa?a. Una selecci¨®n a?eja que se quedaba por el camino de los Mundiales, hasta que Eusebio le puso en danza y anot¨® nueve tantos en el torneo de Inglaterra, donde solo el anfitri¨®n ape¨® a su equipo de la final, y ya en semifinales. Aquel tercer puesto a¨²n es el techo portugu¨¦s.
En Cristiano hay mucho de Eusebio. Tambi¨¦n lleg¨® del Portugal m¨¢s lejano, de Madeira, y como La Pantera Negra tambi¨¦n se qued¨® sin la figura paterna, aunque en su caso con 20 a?os. Si Eusebio fue un certamen de velocidad con un fusil de asalto en la puntera derecha, Cristiano es lo m¨¢s parecido que ha alumbrado Portugal. El uno y el otro tambi¨¦n tienen el Bal¨®n de Oro. Es el Mundial lo que les aleja, y bien lo sabe Cristiano, tan febril en lo colectivo como en los solos.
Con 49 goles en 110 partidos, su promedio (0,44) a¨²n dista del de la leyenda (0,64)
El tr¨¢nsito de CR por la escena internacional no ha sido tan expansivo como en sus clubes. Ya comenz¨® con mal fario, al estrenarse en un partido oficial en el primero que jugaron los lusos en su Eurocopa de 2004. El final fue un espanto para Cristiano y los suyos, doblegados en su casa por Grecia. Desde aquel sonoro petardazo, el madridista ha logrado alcanzar la semifinal de Alemania 2006 (cay¨® 1-0 con Francia) y los octavos de Sud¨¢frica 2010 (perdi¨® 1-0 con Espa?a). Por el camino, otro tiro al poste contra La Roja: la semifinal de la Eurocopa 2012.
Ahora tiene otra oportunidad. La exigencia es m¨¢xima. Hoy la cita con Alemania, a la que Joachim L?w intenta e intenta dar el sello refinado de Lahm, ?zil, G?tze, Kroos y el resto de su columna de centrocampistas. Una Alemania m¨¢s sutil en el tr¨¢nsito que ya no todo lo f¨ªa a su armadura f¨ªsica. Por eso, L?w advert¨ªa estos d¨ªas de que vislumbra un duelo en el que su equipo sea quien articule el juego, quien domine la posesi¨®n. Pero L?w no es un novato y tiene claro ante qui¨¦n se la juega: ¡°Portugal es el campe¨®n del mundo a la contra¡±. Con Cristiano en plenitud, y es dif¨ªcil que capitule, casi seguro. Y m¨¢s si en su punto de mira est¨¢ el gran Eusebio.
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