El Madrid se rearma entre achaques

Se impuso la necesidad. Con m¨¢s ganas que fuerzas, con m¨¢s prosa que verso, cargado de golpes y achaques, con su entrenador en muletas y su estrella renqueante, el Madrid apret¨® los dientes para igualar la final ante un Barcelona que pas¨® de la solvencia a la apat¨ªa en 48 horas. Rearmado por dentro con la pareja Bourousis-Mejri y desatado por fuera de la mano de Rudy (17 puntos) y Sergio Rodr¨ªguez (8 asistencias), el conjunto blanco recuper¨® la firmeza defensiva para estirar una serie may¨²scula cargada de talento y orgullo.

Defensa fue la palabra que acapar¨® el prop¨®sito de enmienda del Madrid tras el primer partido. Los de Laso, que durante la temporada regular encajaron 72,9 puntos de media por partido, hab¨ªan bajado la guardia en playoffs y, tras los 98 puntos del Bar?a en el primer asalto, su contador de puntos recibidos marcaba una media de 87,1. Localizado el problema, se aplicaron en la soluci¨®n y el resultado fue un comienzo cargado de intensidad y abnegaci¨®n. Darden se encarg¨® de poner los grilletes a Marcelinho, Rudy igual¨® las prestaciones de Navarro y Bourousis le gan¨® el baile a Tomic. La consecuencia fue un parcial de 20-8 y dos faltas en la mochila de Tomic.

Pascual comenz¨® a buscar alternativas moviendo sus torres. Pero ni Nachbar era el del primer partido, ni Lampe estaba para trotes, ni Dorsey encontraba el punto de mesura, ni Lorbek encontraba su cat¨¢logo. Entre todos ellos emergi¨® la figura de Mejri, que sac¨® lustre a sus 2,17m a base de car¨¢cter y descaro. El tunecino tom¨® el testigo de Bourousis, mantuvo las buenas constantes que anunci¨® en el tramo final del primer choque y se hizo el due?o de la pintura coleccionando puntos, rebotes, tapones y mates. Agarrados al ¨ªmpetu de sus p¨ªvots los blancos se rearmaron bajo los aros (26-15 en rebotes, al descanso) y lubricaron su maquinaria en ataque con las primeras carreras de Sergio Rodr¨ªguez.

La espesura cambi¨® de bando y el Barcelona se adentr¨® en la nada: 10 puntos entre todo su juego interior (por los 20 del Madrid) y un pobre 2 de 14 en triples retrataban su aton¨ªa en la primera mitad (40-28, m. 19). Con Rudy enfrascado en debates arbitrales y Carroll desenfocado, tampoco parec¨ªa el d¨ªa del per¨ªmetro madridista, pero el compromiso de su rotaci¨®n superaba con creces a la azulgrana. Justo antes del descanso se sum¨® a la rueda Draper, tras m¨¢s de dos meses lesionado, y su sola presencia, por el momento testimonial, consolid¨® el optimismo de los blancos que, a la vuelta de la caseta, se lanzaron a rematar la faena.

Con Rudy, ahora s¨ª, como primer espada, el conjunto de Laso protagoniz¨® una embestida febril ante su destemplado rival. El alero mallorqu¨ªn se puso el traje de luces y con 12 puntos en siete minutos lanz¨® a su equipo hasta una m¨¢xima renta de 15 (52-37, m. 25). Pero un mal apoyo le envi¨® al banquillo lesionado. A su fisura en un dedo, su golpe en un codo y sus achaques de espalda, Rudy a?ad¨ªa los problemas en el pie derecho. Un esguince que torci¨® los planes del Madrid. [Despu¨¦s del partido el alero, cojeando,explic¨® que hab¨ªa tenido un bloqueo en el astr¨¢galo y que conf¨ªa estar plenamente recuperado para el partido del martes].

Aturdidos, los blancos concedieron un parcial de 0-9 que ajust¨® el pulso (56-51, m. 29). Dorsey fall¨® el mate que hubiera puesto al Barcelona a tres y el Madrid recuper¨® la compostura. Mientras Rudy se pon¨ªa en manos de los fisios, lleg¨® una r¨¢faga de triples protagonizada por El Chacho que estir¨® la diferencia (69-57, m. 33). Se resistieron Oleson y Navarro a firmar la rendici¨®n (32 puntos entre ambos), pero Felipe Reyes gestion¨® el tramo final y sell¨® el empate rumbo a Barcelona.