Villano y h¨¦roe en una hora
La brutal agresi¨®n del alem¨¢n Schumacher al franc¨¦s Battiston en el 82 a¨²n es uno de los momentos m¨¢s dram¨¢ticos de los Mundiales
¡°Platini me pas¨® el bal¨®n, vi un pasillo como Los Campos El¨ªseos un martes a las cinco de la ma?ana y avanc¨¦. De repente, vi algo negro que se acercaba y no tuve tiempo de apartarme; no recuerdo m¨¢s¡±. No es extra?o que Patrick Battiston no tenga nada m¨¢s en la retina, ni siquiera entrevistado 25 a?os despu¨¦s por Canal +. Aquel impacto negro era el portero alem¨¢n Harald Schumacher y el resultado del atroz atropello: dos dientes rotos, una v¨¦rtebra fracturada y conmoci¨®n cerebral. Uno de los episodios m¨¢s dram¨¢ticos y censurables en la historia de los Mundiales, motivo m¨¢s que suficiente para etiquetar para siempre al arrogante Schumacher como un maldito desalmado. Un suceso inolvidable cuando Francia y Alemania, como es el caso de hoy, se vuelven a retar.
La tarde en el S¨¢nchez Pizju¨¢n de Sevilla, en aquel Mundial del 82, era calurosa, pero aquella semifinal promet¨ªa grandes emociones y hab¨ªa congregado a 70.000 espectadores. La atractiva Francia de Platini, Giresse, Tigana y Rocheteau frente a la metal¨²rgica Alemania de Stielike, Breitner, Kaltz y Briegel. El duelo respondi¨® a las expectativas. Littbarski adelant¨® a los germanos a los 17 minutos y nueve despu¨¦s empat¨® Platini de penalti. El encuentro era muy disputado, intrigante y abierto para los dos equipos. Todo parec¨ªa aclararse para Francia cuando sucedi¨® lo que jam¨¢s debi¨® pasar. Bossis, defensa galo, recuper¨® la pelota en la media cancha, en la orilla derecha de su ataque. Le cedi¨® el bal¨®n al ¡°mariscal¡± Platini, que activ¨® el periscopio y asisti¨® con precisi¨®n y elegancia a Battiston, que enfilaba hacia la porter¨ªa por el carril central en un descuido de la zaga alemana. El franc¨¦s, que hab¨ªa saltado poco antes al campo ¨C¡°mientras calentaba, flotaba al ver el ensordecedor ambiente pensar que iba a jugar una semifinal¡±-, lleg¨® antes que Schumacher y le levant¨® la pelota. El portero no solo no fren¨® en su carrera, sino que gir¨® la cadera ya en el aire, con la que golpe¨® de forma espantosa en la cabeza de su adversario. Battiston cay¨® desplomado, boca arriba, con el brazo derecho estirado y el izquierdo encogido, inm¨®vil, sin pesta?ear, petrificado.
Battiston cay¨® desplomado, boca arriba, con el brazo derecho estirado y el izquierdo encogido, inm¨®vil, sin pesta?ear, petrificado
A la afrenta a los franceses se sum¨® el ¨¢rbitro, el holand¨¦s Charles Corver, que no pit¨® ni falta. Mientras los franceses, aterrorizados al ver a su compa?ero inconsciente, reclamaban el socorro m¨¦dico, Schumacher hac¨ªa gestos de que aquello no era nada y que el partido deb¨ªa seguir. No lo consigui¨® y agarr¨® el bal¨®n y se puso a juguetear con ¨¦l con altaner¨ªa, sin tan siquiera haber echado un vistazo a rival herido. ¡°Yo pens¨¦ que llegaba al bal¨®n, al ver que no era as¨ª me gir¨¦ para no chocar con ¨¦l con las rodillas. Veinticinco a?os despu¨¦s har¨ªa lo mismo. Solo cambiar¨ªa lo que hice despu¨¦s cuando me fui con el bal¨®n lejos de donde estaba Battiston. Empec¨¦ a pensar que algo malo hab¨ªa pasado, ten¨ªa miedo y me puso a juguetear con el bal¨®n, no hab¨ªa nada m¨¢s que hacer y de haberme acercado podr¨ªa haberse originado una pelea. Me convert¨ª en el enemigo p¨²blico n¨²mero uno y nos amenazaron a m¨ª y a mi familia¡±.
Ya sin Battiston, el partido deriv¨® hacia la pr¨®rroga, la mejor de la historia. El defensa Tresor adelant¨® a Francia a los dos minutos del tercer tiempo, y seis despu¨¦s marc¨® Giresse. Los galos acariciaban la final, la primera de su vida. Pero Alemania nunca se venci¨® f¨¢cil. Rummenigge, su estrella, suplente de inicio por una lesi¨®n, acort¨® distancias en el minuto 102 y Fischer hizo el empate en el 108. Tremendo. Por primera vez, un finalista de un Mundial lo ser¨ªa por la suerte de los penaltis. Fall¨® el madridista Stielike, pero tambi¨¦n Six y Bossis. A ambos les pudo el verdugo de Battiston. Schumacher, h¨¦roe para los suyos, y villano de por vida para los franceses. ¡°Fue cruel¡±, dir¨ªa Giresse. A?os despu¨¦s, el meta alem¨¢n, que se hac¨ªa llamar Toni en memoria de Toni Turek, el primer portero alem¨¢n tras la Segunda Guerra Mundial, acab¨® a palos con sus compa?eros y revel¨® unas cuantas indiscreciones en un libro. Fue proscrito tambi¨¦n por los suyos tras 76 partidos internacionales. Antes, ya le hab¨ªa perdonado Battiston.
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