Cuando el f¨²tbol es lo de menos
El Espanyol, incapaz de validar su superioridad num¨¦rica durante toda una parte, se contenta con parar mediante faltas a un Atl¨¦tico de lo m¨¢s espeso en la composici¨®n
Sin argumentos con el bal¨®n entre los pies, apenas el toque de Koke y las irreverencias de Griezmann, el Atl¨¦tico no pas¨® del empate y perdi¨® la tercera plaza de la Liga frente a un Espanyol ins¨ªpido que no supo aprovechar su superioridad num¨¦rica en toda la segunda mitad por culpa de una fea entrada de Miranda, que sac¨® el codo a destiempo. Pero se dedic¨® el equipo blanquiazul a no perder, a mirar al retrovisor antes que al frente, m¨¢s preocupado en la tarascada y en hacer v¨¢lida esa teor¨ªa de que pasa el jugador o la bola pero nunca las dos cosas. Por lo que cometi¨® 32 faltas ¡ªpor las 17 del Atl¨¦tico¡ª para desactivar al rival. Le sali¨® la jugada, por m¨¢s r¨¢cana que fuera, y suma un punto que le da aire y que embarra al Atl¨¦tico, cada vez m¨¢s lejos del l¨ªder y de revalidar su laurel.
ESPANYOL, 0 ¨C ATL?TICO, 0
Espanyol: Casilla; Arbilla, ?lvaro, H¨¦ctor Moreno, Duarte; Lucas V¨¢zquez, Javi L¨®pez, Abraham (Ca?as, m. 46), V¨ªctor S¨¢nchez (Salva Sevilla, m. 80); Sergio Garc¨ªa y Caicedo (Stuani, m. 63). No utilizados: Pau; V¨ªctor ?lvarez, Colotto y Monta?¨¦s.
Atl¨¦tico: Moy¨¢; Juanfran, Miranda, God¨ªn, Jes¨²s G¨¢mez; Ra¨²l Garc¨ªa, Gabi (Arda, m. 66), Tiago, Koke; Griezmann (Ra¨²l Jim¨¦nez, m. 82) y Fernando Torres (Jos¨¦ Mar¨ªa Gim¨¦nez, m. 45). No utilizados: Oblak; Mario Su¨¢rez, Ansaldi y Cani.
?rbitro: Bikandi Garrido expuls¨® a Miranda (m. 45). Y amonest¨® a ?lvaro, V¨ªctor S¨¢nchez, Gabi, Tiago, Javi L¨®pez y Ra¨²l Garc¨ªa.
Power8 Stadium. 22.538 espectadores.
Jugaron a lo mismo el Atl¨¦tico y el Espanyol, abrochados en su campo para expresarse al contragolpe. Y a eso pocos le superan al Atl¨¦tico, que cuenta con un Griezmann en efervescencia permanente, r¨¢pido como nunca. Era la gran referencia, el futbolista que descontaba rivales en la carrera ¡ªo provocaba cartulinas como a ?lvaro, que no encontr¨® otra forma de pararle que con una zancadilla¡ª y con su quiebro. En una de esas, atendi¨® un pase largo de Torres, desbord¨® a Arbilla al galope y golpe¨® seco y cruzado un bal¨®n que acab¨® por gui?arle el ojo al palo por fuera. Era el peligro del Atl¨¦tico en ataque. En defensa, sin embargo, se lo creaban sus propios centrales, desubicados y torpes en la confecci¨®n.
Pero no ten¨ªa intenci¨®n el Espanyol de componer f¨²tbol, sino que su idea pasaba por los balones largos al pecho de Caicedo y a las travesuras de Sergio. As¨ª lo aclar¨® desde el inicio Sergio Gonz¨¢lez, que situ¨® al lateral Javi L¨®pez de mediocentro con la idea de destruir antes que orquestar. El pase brillaba por su ausencia y al esf¨¦rico le debi¨® de salir alg¨²n chich¨®n de tantos puntapi¨¦s, lejos de desplegarse por la banda, donde se desesperaba Lucas. M¨¦rito tambi¨¦n, en cualquier caso, del Atl¨¦tico, que encimaba al rival para que no se pudiera dar la vuelta.
Con menos hac¨ªa m¨¢s el Atl¨¦tico, que tiene en Koke un tesoro, excelente en el reparto y en el juego de entrel¨ªneas. As¨ª, se giraba y filtraba el pase a los que se ofrecieran en carrera por los costados, que eran muchos: ahora Juanfran, ahora Griezmann, ahora G¨¢mez¡ Pero nada que a?adir porque si no se cortaba con falta, Moreno y ?lvaro se anticipaban a cualquier remate. Menos a los de bal¨®n parado, la mejor de las suertes para el equipo de Simeone. De nuevo con Koke y su pie exquisito como surtidor. Como en esa que colg¨® al punto de penalti y que Torres pein¨® a gol, s¨®lo evitado por una espl¨¦ndida atajada de Casilla. O en esa continuaci¨®n de un c¨®rner que el mismo Koke trat¨® de resolver en dos ocasiones: la primera rebot¨® en un rival y la segunda, de volea mordida, se perdi¨® por la l¨ªnea de fondo.
Ten¨ªa el Atl¨¦tico donde quer¨ªa el partido, pero Miranda, justo antes del entreacto, evidenci¨® la nulidad de los centrales
Ten¨ªa el Atl¨¦tico donde quer¨ªa el partido, pero Miranda, justo antes del entreacto, evidenci¨® la nulidad de los centrales. En una jugada sin peligro, en la medular, salt¨® con el codo por delante y se llev¨® a Abraham. Lo vio el colegiado y le expuls¨®, por lo que Torres, absentista prolongado desde que se marchara del Liverpool, fue cambiado por Gim¨¦nez. Poco le import¨® al Espanyol, taca?o en su propuesta y ambici¨®n, s¨®lo definido por el bal¨®n largo o colgado desde lejos. Nada mejor para God¨ªn y Gim¨¦nez, que se las saben todas en esos espacios.
Reclamaba el encuentro un jugador que diera la pausa en la salida y que acelerara al final, por lo que sali¨® Arda. Y se las ingeni¨® para d¨¢rsela a Ra¨²l Garc¨ªa por dos veces, que se qued¨® con las ganas. Primero se la sac¨®, abajo y ajustada al palo, Casilla en otra parada de categor¨ªa, y despu¨¦s chut¨® al bulto. Poco m¨¢s en un duelo catat¨®nico, dictado por las faltas y los cortocircuitos, un partido que no quiso perder de inicio el Espanyol y que no supo ganar despu¨¦s con todo a favor, en nada ayudado por su entrenador, que decidi¨® sentar a Caicedo ¡ªel ¨²nico que daba aire arriba¡ª por Stuani. Y todo eso le vali¨® al Atl¨¦tico, espeso en el f¨²tbol, tosco en la composici¨®n y escaso en la definici¨®n, ahora lejos de lo que fue.
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