El Atl¨¦tico se impone al Celta y se proclama campe¨®n de invierno
El equipo rojiblanco exhibe su potencial ante el cuadro gallego con goles de Griezmann y Carrasco
A estas alturas ya no se puede dudar que el Atl¨¦tico apunta a todas las dianas. La primera vuelta acaba con el equipo rojiblanco como l¨ªder (a expensas de que el Barcelona tiene un partido pendiente en feudo del Sporting), con 44 puntos, seis menos de los que cosech¨® hace dos temporadas cuando a la postre fue campe¨®n tras una excelsa primera vuelta. No s¨®lo transita el Atl¨¦tico en un proyecci¨®n que le dejar¨ªa muy cerca del t¨ªtulo sino que le adorna un valor identificable en los equipos que alzan trofeos: ha cerrado las v¨ªas hacia su porter¨ªa, en 19 partidos apenas concedi¨® ocho goles. En Bala¨ªdos sum¨® tres puntos m¨¢s ante un Celta, que emite mensajes inquietantes. En el ecuador del campeonato semeja un equipo cansado, rebajado adem¨¢s por ausencias muy sensibles respecto al que deslumbr¨® no hace tanto.
CELTA, 0; ATL?TICO, 2
Celta: Sergio ?lvarez; Hugo Mallo, Sergi G¨®mez, Cabral, Jonny; Radoja (Guidetti, m. 73), Pablo Hern¨¢ndez (Borja Fern¨¢ndez, m. 80); Wass, Orellana, Bongonda (Se?¨¦, m. 85); y Iago Aspas. No utilizados: N¨¦stor, Planas, Madinda y Drazic.
Atl¨¦tico: Oblak; Juanfran, Gim¨¦nez, Godin, Filipe; Sa¨²l, Augusto Fern¨¢ndez (Ferreira Carrasco, m. 53), Gabi, Koke; Griezmann (Jes¨²s G¨¢mez, m. 82) y Vietto (Jackson Mart¨ªnez, m. 75). No utilizados: Moy¨¢, Savic, Correa y Torres.
?rbitro: De Burgos Bengoetxea. Amonest¨® a Pablo Hern¨¢ndez, Radoja, Filipe
Goles: 0-1. m. 48. Griezmann; 0-2, m. 79, Ferreira Carrasco
Bala¨ªdos. 13.550 espectadores.
Simeone hab¨ªa imaginado el partido en la v¨ªspera y lo expuso en p¨²blico. Vision¨® a su equipo ¡°esperando¡± y al Celta ¡°proponiendo juego¡±. Desde esa honradez de no querer aparentar aquello que ni es ni quiere ser cabe interpretar al Atl¨¦tico. El l¨ªder de la liga espa?ola lleg¨® a Bala¨ªdos para contener a un equipo que gasta en su plantilla siete veces menos y representa a una entidad que maneja una sexta parte de presupuesto. El l¨ªder no es solo honesto, es humilde y trabajador, asume y gestiona su credo para a partir de ese esfuerzo crecer en noventa largos minutos. Sin ambages ni valent¨ªas cara a la galer¨ªa el Atl¨¦tico se aprest¨® a correr tras la pelota y el Celta asumi¨® su papel, un rol que adem¨¢s le agrada.
Ocurre que el equipo de Berizzo atraviesa un momento delicado. Augusto estaba enfrente y se not¨® no tanto su presencia en contra como su ausencia por lo que ofrec¨ªa a favor, la del metr¨®nomo que orientaba, apoyaba y ofrec¨ªa referencias para que el equipo se juntase. El Celta no encontr¨® apenas salidas por su sustituto, el joven serbio Radoja, inadvertido en la construcci¨®n y se oblig¨® a ser demasiado directo y abocarse a la imprecisi¨®n. Tuvo el bal¨®n tal durante bastantes minutos el Celta, pero no como lo hubiera querido, s¨ª como lo deseaba Simeone en ese sue?o previo de partido, lejos de la meta de Oblak, sin que conectasen Orellana y Aspas, sin vigor por los flancos para convertirse en un equipo previsible. Falta Nolito en Bala¨ªdos, escasea lo inesperado.
El partido madur¨® para el Atl¨¦tico, armado en el repliegue con una l¨ªnea de cinco por delante de la zaga. Augusto operaba en el medio, Gabi y Koke le flanqueaban y Griezmann y Koke tapaban las bandas. Cuatro futbolistas dotados para jugar como mediocentros aline¨® de inicio Simeone, que dej¨® id¨¦ntico n¨²mero de delanteros (Ferreira Carrasco, Torres, Jackson y Correa) en el banquillo, dinamita en la rec¨¢mara. En ese planteamiento crecieron Sa¨²l y Koke, descomunales en el despliegue, y apareci¨® incontenible Griezmann, que pudo marcar apenas pasada la media hora y mostr¨® que manejaba una carrocer¨ªa dotada con dos marchas m¨¢s que el resto.
El descanso le dej¨® al Celta el regusto de haber pasado un mal rato, de ir a menos y haber explorado sus l¨ªmites para obtener escasos r¨¦ditos, apenas un testarazo desviado de Aspas, sin rastro de aquella presi¨®n que tanto hab¨ªa incomodado al Barcelona en una inolvidable noche de septiembre, de aquel equipo audaz que se exhibi¨® en los campos de Sevilla o Villarreal. Comenz¨® a caerse a la media hora y se despe?¨® tras regresar de la caseta con un golazo que tejieron Vietto y Griezmann plenos de electricidad. Pero por si faltaba voltaje entr¨® Ferreira Carrasco por Augusto. En un alarde de ductilidad Gabi tom¨® el lugar del argentino y Koke el de Gabi para dejar la zurda al belga. El Celta se mantuvo en el partido con m¨¢s orgullo que argumentos hasta que en el riesgo encontr¨® el castigo del segundo gol, obra de Ferreira Carrasco, que cerr¨® una perfecta tormenta rojiblanca.
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