El ser y estar de Neymar

Neymar sali¨® de San Mam¨¦s abrazado a Aduriz. Hab¨ªa alg¨²n barcelonista que tem¨ªa por una lesi¨®n de brasile?o y tambi¨¦n se contaron rojiblancos que anunciaban la capitulaci¨®n del 11 del Bar?a. La hinchada vasca no olvida la lambretta que le dedic¨® a Bustinza en la final de Copa de la misma manera que los aficionados azulgrana saben de su competitividad en las circunstancias m¨¢s extremas, pocas como la del mi¨¦rcoles en Bilbao, privado el equipo barcelonista de Messi y Luis Su¨¢rez.

Al final, sin embargo, Neymar ni fue abatido ni se rindi¨® sino que se bati¨® como un jabato, marc¨® el segundo gol de su equipo y se retir¨® despu¨¦s de departir un rato con el delantero centro del Athletic. ¡°Me he disculpado porque le he rozado un poco, sin mala intenci¨®n, no quise hacerle da?o¡±, argument¨® Aduriz, protagonista de una dura entrada sobre el brasile?o. ¡°Es un crack mundial, pero a veces me gustar¨ªa que su actitud fuera otra¡±.

El liderazgo

El repertorio de Neymar se basa en el regate y a los defensas no les gusta que los delanteros les pasen con la pelota y una sonrisa, como acostumbra Neymar, rey del enga?o, un vacil¨®n en el argot del f¨²tbol defensivo, pieza capital en el juego del Bar?a. El delantero brasile?o sabe estar en el Barcelona: respeta las jerarqu¨ªas cuando juega Messi y en ausencia del argentino asume la responsabilidad, como se ha visto durante los dos meses de lesi¨®n del 10 y en la ida de los cuartos de final de la Copa disputados en La Catedral.

La estad¨ªstica asegura que Neymar toca un 15% m¨¢s de veces el bal¨®n y marca m¨¢s goles (11 en 9 partidos por 9 en 16 con el de Rosario). Ya suma 20 tantos en total, uno cada 112 minutos jugados y 17 asistencias, decisivo en los duelos con el Athletic (seis goles en seis partidos). Aguanta las patadas porque es tan liviano como fuerte, y tambi¨¦n las broncas en campo contrario, como pas¨® en Cornell¨¤. Aseguran sus compatriotas que mucho peor era cuando jugaba con el Santos en Brasil.

Alegre y divertido dentro y fuera de la cancha, solo superado en el lanzamiento de los penaltis, Neymar es una pesadilla para sus marcadores, porque no para, no deja de hablar, incordia, se gusta en el mano a mano y a la hora de pisar el cuero, y domina por igual los controles orientados, los cambios de direcci¨®n y de ritmo, las croquetas y las fintas, siempre dispuesto a encarar al portero rival, tambi¨¦n a Herrer¨ªn en Bilbao. El brasile?o no ocup¨® el mi¨¦rcoles el puesto de Messi sino que en la banda derecha jug¨® Arda Turan.

Neymar se mantuvo abierto en la izquierda, su demarcaci¨®n habitual, donde es m¨¢s fantasioso y desequilibrante, aunque cuando ejerci¨® de 10 por lesi¨®n de Messi y en ausencia de Arda, fue igualmente protagonista, como si insinuara su disposici¨®n a asumir el liderazgo cuando lo necesite el Bar?a igual que ya hace en Brasil.

Ahora, tercero en el Bal¨®n de Oro, es devoto de Messi. Inteligente, asegura que le viene muy bien ser el receptor de los pases de Messi, mejor centrocampista que el 11. Messi, Neymar y Su¨¢rez se llevan bien porque son amigos y complementarios, acatan los roles que marca Luis Enrique, quien repite: ¡°La grandeza del equipo es que cada uno crece individualmente en favor del colectivo¡±. Hay quien asegura en el Bar?a que Neymar es una versi¨®n profesional de Ronaldinho, el futbolista que apadrin¨® a Messi. Ahora es el 10 quien cuida del 11 y Neymar, a sus 23 a?os, se deja, entre despreocupado y provocador para los rivales, consciente de que tiene vida propia, agrandado cuando mayor es el reto, ninguno como el de estar siempre a punto para lo que disponga Leo.