Muere Pat Summitt, la ganadora del baloncesto estadounidense
Fallece en Tennessee la entrenadora que bati¨® r¨¦cords en el baloncesto universitario
Para la entrenadora de baloncesto Pat Summitt, el baloncesto era un reflejo de la vida y la vida un partido de baloncesto. Lo importante no era ganar o perder sino perseverar, levantarse cuando ca¨ªa y esforzarse por desplegar lo mejor de uno mismo. A los 64 a?os, el ¨¢rbitro ha pitado y el partido de Pat ha finalizado. La entrenadora ha muerto este martes de madrugada, pero el marcador muestra una clara victoria que su ¨²ltimo rival, el Alzheimer, no ha podido borrar.
Sus ¨¦xitos profesionales y su venerada personalidad marcan la vida de Summitt, la leyenda de Tennessee, su Estado natal. Su carrera como entrenadora de baloncesto es brillante. Summitt comenz¨® entrenando a las Lady Vols, el equipo de femenino de la Universidad de Tennessee, con tan s¨®lo 22 a?os. Casi cuatro d¨¦cadas despu¨¦s, Summitt hab¨ªa ganado ocho torneos nacionales con ese mismo equipo y pose¨ªa el r¨¦cord del m¨¢ximo n¨²mero de victorias, 1098, en la historia del baloncesto universitario, incluyendo el masculino. Como entrenadora, Summitt tambi¨¦n llev¨® a la selecci¨®n femenina estadounidense a lograr la primera medalla de oro en los Juegos Ol¨ªmpicos de 1984 disputados en Los ?ngeles, California.
¡°Su legado se mide por las generaciones de j¨®venes mujeres y hombres que admiraron la intensa competitividad de su car¨¢cter, y quienes como consecuencia encontraron la motivaci¨®n de entrenar y jugar m¨¢s y mejor¡±, escribi¨® el presidente Barack Obama en un comunicado este martes por la ma?ana. Obama, que tambi¨¦n elogi¨® la lucha constante de Summitt por la igualdad en los deportes en Estados Unidos, ya reconoci¨® el liderazgo de la entrenadora al concederle la Medalla de la Libertad, la mayor condecoraci¨®n posible a un ciudadano, en 2012 meses despu¨¦s de haber sido diagnosticada con Alzheimer.
Sus jugadoras, familiares y amigos la recuerdan por mucho m¨¢s que su excelencia deportiva. Summitt era el tipo de persona que no faltaba al trabajo ni un s¨®lo d¨ªa al a?o. En ocasiones, al finalizar un mal partido, obligaba a sus jugadoras a ponerse las camisetas sudadas y jugar lo que no hab¨ªan jugado durante el tiempo reglamentario. La entrenadora Summitt era dura, exigente, incansable. Respiraba, com¨ªa y so?aba baloncesto. Tambi¨¦n quer¨ªa, apoyaba y animaba. L¨ªder nata, se preocupaba de sus jugadoras como una madre. En los ¨²ltimos d¨ªas, antiguas jugadoras de ¡°coach¡± Summitt se han desplazado a Knoxville, Tennessee, para mostrar su apoyo a medida que el estado de salud de la entrenadora fue empeorando.
Seg¨²n escribi¨® en una carta a una jugadora en 1982, para Pat, en los partidos se hace lo mejor que se puede, como en la vida. "Mucho depende de la suerte", le dijo. Pat ha tenido mala suerte al dejar su pasi¨®n y a sus seres queridos a tan temprana edad. Pero ¡°el partido nunca acaba¡±. Su legado es su partido. La vida de Summitt quedar¨¢ sellada como inspiraci¨®n y referencia para deportistas en Estados Unidos.
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