Frenazo del Madrid ante el Villarreal
El cuadro de Escrib¨¢, primero aseado y luego resistente en su ¨¢rea, saca un empate e impide que los de Zidane logren el r¨¦cord de victorias ligueras. Ramos, con un penalti cometido y un gol, fue el protagonista
No hubo r¨¦cord del Madrid, frenado por un Villarreal que tore¨® el primer tiempo y luego resisti¨® como pudo el embiste total de los blancos. Tras 16 victorias consecutivas en Liga, el equipo de Zidane pag¨® su poco hueso inicial, consumado con un desbarajuste que origin¨® el tanto visitante. Reaccion¨® con ¨ªmpetu en el segundo tramo, pero acab¨® frustrado por un rival que aguant¨® en las cuerdas y un ¨¢rbitro al que la hinchada y los jugadores reclamaron de todo.
Antes de que el choque entrara en combusti¨®n, el cuadro local se peg¨® un tiro en el pie. Tan imprevisto es a veces el f¨²tbol que hasta una superpotencia como el Madrid tiene tachas de parvulario. Le sucedi¨® a un paso del intermedio, cuando ante una lesi¨®n de Marcelo el equipo actu¨® con cara de monaguillo. A Carvajal, relevo del brasile?o, le cogi¨® de imprevisto y no hubo compa?ero que fuera capaz de echar la pelota fuera para que se produjera el cambio. Para colmo, a Varane le dio por un arabesco, se la birl¨® Trigueros y su disparo lo fren¨® Sergio Ramos con el brazo. Un manotazo similar al del pasado domingo en Cornell¨¢. En esta ocasi¨®n, ante un ¨¢rbitro con mayor agudeza visual. Bruno anot¨® a lo Panenka, como si estuviera en una pachanga familiar. Todo el episodio con Carvajal, que ni lleg¨® a entrar en el primer acto, en la sala de espera.
Hasta la jaimitada madridista, el encuentro estuvo bloqueado, con pocas descargas en las ¨¢reas. Se blind¨® el Villarreal con un tri¨¢ngulo en el eje central ¡ªBruno, Dos Santos y Trigueros¡ª y dos extremos ¡ªCastillejo y Cheryshev¡ª. Todo un macizo frente al Madrid, que solo encontr¨® v¨ªas de escape con Danilo y Marcelo como ventiladores. El mundo al rev¨¦s, los laterales blancos encararon mucho m¨¢s a los exteriores amarillos que viceversa. Impreciso en los pases, al Madrid le cost¨® dar con el volumen que requer¨ªa el reto. Sin marcha y con Cristiano apagado, tan solo un cabezazo de Benzema inquiet¨® a Asenjo. Ni siquiera sac¨® provecho a una catarata de saques de esquina. Pujaba James, muy esforzado como volante, pero no hab¨ªa forma de que el partido cogiera pista.
En Chamart¨ªn no compareci¨® el genuino Villarreal, equipo que desde que alcanz¨® la ¨¦lite se ha distinguido por la pulcritud de su f¨²tbol. En esta cita, siempre estuvo m¨¢s ocupado en cerrar los espacios que en echar un vistazo a Kiko Casilla. Al conjunto de Escrib¨¢ le cost¨® trenzar el juego. Aislado Sansone, su ¨²nico delantero, solo tuvo gancho con Trigueros. En el Bernab¨¦u, de largo su mejor jugador. Sin Casemiro con el candado, nadie interpret¨® mejor que Trigueros el escaso h¨¢bito de Kroos a la hora de cubrirse la espalda. De esa forma conect¨® con Cheryshev, que provoc¨® la ¨²nica parada de m¨¦rito de Kiko Casilla. No hay partido sin un apunte destacado del meta madridista, muy asentado en el puesto.
Tras un tiempo sin mucho ruido, el Madrid se fue al intermedio aturdido por el despiste general en la acci¨®n del penalti. Pero funcion¨® la terapia, la que fuera. La tormenta no se demor¨® un segundo y desde que se levant¨® el segundo tel¨®n, acorral¨® al Villarreal, emboscado en el rancho de Asenjo. Del chaparr¨®n sac¨® fruto inmediato Sergio Ramos, actor principal en las dos ¨¢reas. Reci¨¦n iniciado el segundo periodo, Musacchio le solt¨® la correa en un c¨®rner y el andaluz caz¨® el empate con un cabezazo de autor. Lo que es Ramos en estas jugadas. No parece que a¨²n se haya enterado Musacchio, que no es un novicio. Con el empate no baj¨® la escala musical del Madrid, que de arre¨®n en arre¨®n anud¨® a su adversario, incapaz de dejar la cueva. El propio Ramos, Cristiano, Benzema y Bale ¡ªen el ¨²nico borr¨®n de la noche tras un pase pifiado¡ª se quedaron a un palmo del gol. El Madrid ya ten¨ªa otro colmillo, otra chispa, mayor movilidad. Dej¨® de ser el equipo contemplativo del inicio.
Zidane, que de nuevo hab¨ªa envidado con la BBC, alter¨® las siglas y apost¨® por Lucas y Morata, agitadores en otras jornadas, en detrimento de Bale y Benzema. Resisti¨® CR, ya como ariete, pese a que nunca se le vio c¨®modo. Pero cuando hay urgencias todo Cristiano es imprescindible. Por las bravas, con Ramos como delantero casi perenne, el Madrid se volc¨® hasta el final. En pleno asalto reclam¨® un penalti de Soriano a Ramos que no pareci¨®. M¨¢s sustancia tuvo un toque anterior de Musacchio a Benzema. Ni por tierra ni por aire el Madrid encontr¨® el remedio. Un tiempo de arrebato no le bast¨®.
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