La nueva Espa?a reactiva
La selecci¨®n mejora sus estad¨ªsticas desde que Lopetegui pas¨® de concentrarse en cultivar un estilo propio a plantear partidos en funci¨®n de lo que propusiera el rival
Julen Lopetegui sali¨® por los t¨²neles de Wembley con el pelo revuelto y los pu?os apretados. Despu¨¦s de empatar con Inglaterra (2-2) en el ¨²ltimo minuto, el seleccionador se sent¨ªa recompensado. En los tres meses de trabajo que suma en su cargo ha verificado hechos incontestables. Espa?a no ataca con la fluidez de sus mejores d¨ªas. Al equipo le cuesta ser profundo y solo en dos de los seis partidos disputados ha podido meter su primer gol en una jugada elaborada. Durante largos tramos se hizo evidente que rivales atribulados como Italia e Inglaterra lo dominaron. Pero no perdi¨®. Este punto satisface especialmente a Lopetegui: su selecci¨®n cosech¨® cuatro victorias y dos empates, y, por el camino, mejor¨® todas sus estad¨ªsticas respecto a la ¨²ltima Eurocopa. A falta de cuatro meses para la pr¨®xima convocatoria, la situaci¨®n le permite ser optimista. Espa?a es l¨ªder del grupo de clasificaci¨®n del Mundial empatada a puntos con Italia y el t¨¦cnico se muestra seguro de que su esfuerzo por afinar detalles t¨¢cticos rinde beneficios.
La aproximaci¨®n que hace Lopetegui a la preparaci¨®n se diferencia sustancialmente de las de Luis Aragon¨¦s y Vicente del Bosque. El punto de divergencia es la consideraci¨®n del rival a la hora de dise?ar estrategias. ¡°Aqu¨ª se le da muy poca importancia a los rivales¡±, se le ha o¨ªdo decir al entrenador. Ahora esto ha cambiado. El equipo se ha vuelto m¨¢s reactivo que propositivo.
Luis Aragon¨¦s empleaba mucho tiempo en examinar los puntos d¨¦biles del adversario. Con Del Bosque los futbolistas ten¨ªan la sensaci¨®n de afrontar todos los partidos igual. Hasta que lleg¨® Lopetegui la selecci¨®n se ensimismaba en perfeccionarse a s¨ª misma, como si la f¨®rmula que la llev¨® al ¨¦xito en 2010 supusiera una ventaja a la que pod¨ªa aferrarse solo mediante el autoan¨¢lisis.
Del nueve cl¨¢sico al 'nueve y medio'
La apuesta m¨¢s visible de Lopetegui fue contar con un nueve de ¨¢rea en todos sus esquemas. Destac¨® su insistencia en Diego Costa. El punta respondi¨® con tres goles en 290 minutos. Solo la feliz inclusi¨®n de Iago Aspas, un nueve y medio, alter¨® este orden. Sucedi¨® en la segunda mitad del partido en Wembley y, por si acaso, le escolt¨® Morata, el nueve de rigor. Entre los dos fabricaron un golazo.
Desde septiembre, Espa?a prepara cada fracci¨®n de los partidos en funci¨®n del presumible comportamiento del adversario. Cualquier rival enciende alarmas y estimula la invenci¨®n defensiva. Albania, por ejemplo, indujo a Lopetegui a un ejercicio que en otro tiempo habr¨ªa sido calificado de antinatural. Dispuso un esquema de 3-4-3 para entrampar a los albanos en su salida del bal¨®n mediante la superpoblaci¨®n del mediocampo. No previ¨® m¨¢s aventuras por las bandas que las de Vitolo y Silva y la consecuencia fue doble: Espa?a jug¨® sin penetrar y Albania no jug¨® a nada. Resultado: pase del portero alban¨¦s a Vitolo, contragolpe y gol espa?ol.
Lopetegui debi¨® disfrutar tanto de aquella experiencia que la repiti¨® en Wembley con variaciones. El esquema vir¨® del 3-4-3 al 3-5-2. Mantuvo los tres centrales en la cobertura, en lugar del zurdo Monreal por la izquierda puso al diestro Nacho, y donde figuraba Piqu¨¦ situ¨® a I?igo Mart¨ªnez. En las bandas, dos carrileros: Vitolo a la izquierda y Carvajal a la derecha. La consecuencia fue que Espa?a volvi¨® a empantanarse en la circulaci¨®n de la pelota pero, esta vez, el rival contragolpe¨® con espacios.
¡°Pusimos tres centrales precisamente para evitar que nos ganaran la espalda¡±, lament¨® el t¨¦cnico, tras el partido. Resulta que Vardy es uno de los mayores expertos del mundo en el arte del desmarque mientras que I?igo no es el m¨¢s atento de los defensas. Resultado parcial: 2-0.
La sombra del calendario
¡°Por suerte¡±, observ¨® Thiago, ¡°esto era un amistoso. Hemos hecho un muy mal partido en la primera parte. Nos ha costado salir desde atr¨¢s. Ellos han estado m¨¢s intensos que nosotros¡±.
Solo la entrada de Iago Aspas por Vitolo cambi¨® el panorama y propici¨® la remontada y el resultado final de 2-2. En la federaci¨®n hay quien atribuye la presunta falta de entrega de los jugadores a la prudencia que les inspira el calendario que les espera a la mayor¨ªa en los pr¨®ximos d¨ªas, con el derbi madrile?o a la cabeza.
Seis partidos en tres meses son pocos para emitir dict¨¢menes concluyentes pero proporcionan indicios. Respecto a la ¨²ltima Eurocopa, Espa?a ha pasado de meter un gol por partido a tres; y de encajar un gol de media a recibir 0,5. Los remates a favor se mantienen (15 de media) mientras que en contra se reducen (de 9,5 a cinco). Han aumentado las recuperaciones y los pases en casi un 20%, y, a menos que Iago Aspas ilumine una nueva idea, en punta Lopetegui ha preferido nueves de ¨¢rea que no acaban de conectar.
Silva, Thiago, Vitolo y Monreal han ganado peso. Nadie, de momento, lo ha perdido. Reina cierta armon¨ªa y una visi¨®n general menos atrevida y m¨¢s aguerrida. En el vestuario el clima se resume con una frase: ¡°?Ser¨¢ muy dif¨ªcil que nos ganen!¡±.
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