El medio ambiente impulsa a Illarramendi
El centrocampista recobra su mejor versi¨®n en la Real Sociedad tras su paso por el Real Madrid
El 19 de enero de este a?o, Asier Illarramendi hizo una rareza: colg¨® un mensaje en su cuenta de Twitter quej¨¢ndose del arbitraje en el partido perdido en Anoeta contra el Barcelona. Lo hizo a¨²n en el vestuario, con la sangre caliente y con las pulsaciones revueltas. Illarramendi es un tipo serio, que habla en el campo y suele callar fuera. Un producto cl¨¢sico del Pa¨ªs Vasco, cuyos habitantes son de poco hablar fuera de sus ¨¢mbitos privados. Un integrante de un equipo, la Real Sociedad, poco dado a los exabruptos y que vive c¨®moda en el silencio medi¨¢tico m¨¢s all¨¢ de sus fronteras. Ah¨ª encaja a la perfecci¨®n Illarramendi.
Si en enero aquel tuit ofreci¨® un matiz nuevo en su personalidad, en julio de 2013 la hab¨ªa dibujado con aquella presentaci¨®n en el Bernabeu rodeado de 31 amigos, algo as¨ª como la entronizaci¨®n de ¡°la cuadrilla¡± (como se le conoce en Euskadi), que es la segunda organizaci¨®n social m¨¢s importante despu¨¦s de la familia, que tambi¨¦n estaba: los padres, la novia y la cu?ada. El completo. Aquella foto, rodeando a Florentino P¨¦rez representaba el esp¨ªritu de Illarramendi, un futbolista que hab¨ªa asombrado como gobernante de la Real Sociedad sobre el terreo de juego. ?l era el punto medio sobre el que oscilaba el p¨¦ndulo de aquel equipo dirigido por el franc¨¦s Philippe Montanier que se incrust¨® en la Liga de Campeones.
Illarra no fracas¨® en el Real Madrid, pero tampoco triunf¨®, o no progres¨® como se esperaba de ¨¦l. Quiz¨¢s le pudo la presi¨®n, el peso de los casi 40 millones de euros que el equipo blanco hab¨ªa pagado para llev¨¢rselo, el medio ambiente porque la cuadrilla no es un grupo de visitantes espor¨¢dicos sino una c¨¦lula social. O no se confi¨® en ¨¦l lo necesario. O, sencillamente, no cuaj¨®. Y volvi¨® a San Sebasti¨¢n que lo recibi¨® con los brazos abiertos a cambio de 18 millones de euros. Es decir, una operaci¨®n rentable en lo econ¨®mico y en lo deportivo, por m¨¢s que fuera la mayor inversi¨®n de la Real. Porque el Illarramendi de hoy en la Real es mejor que el que se fue al Real, est¨¢ m¨¢s hecho, es m¨¢s sabio, cubre m¨¢s campo, se cruza mejor y es mejor guardi¨¢n de sus compa?eros a los que ordena con mayor criterio. Y no ha perdido capacidad de llegada, aunque esa tarea le es m¨¢s propia a su compa?ero de fatigas, Zurutuza, con el que forma una media que es tan s¨®lida como flexible, dispuesta a pasar a la historia. Y se siente como pez en el agua. Y todo con 26 a?os.
Atr¨¢s quedaron los malos tiempos, aquella lesi¨®n de menisco en 2011 que le alej¨® tres meses de la competici¨®n cuando ya era miembro de la primera plantilla y le fren¨® en seco. Incluso dec¨ªan que ya no jugaba como antes. O aquella sumas de lesiones en 2013 que le borraron varias veces aunque lleg¨® a tiempo para lograr el objetivo de jugar la Liga de Campeones. Gajes del oficio, de un oficio que le gusta practicar en su medio ambiente natural como la veintena de compa?eros que le acompa?an en la plantilla formasen parte tambi¨¦n de la cuadrilla. Y con ellos convive d¨ªa a d¨ªa como si Mutriku, su pueblo natal estuviera abraz¨¢ndolo como siempre, menos dos a?os, desde que lo vio nacer en marzo de 1990.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.