La Vuelta se pone al d¨ªa con las azafatas
La carrera espa?ola suprime los besos en el podio al ganador y rebajar¨¢ el protagonismo de las mujeres anuncio, que ser¨¢n asistentes
Malos tiempos corren para los organizadores de carreras ciclistas, un deporte antiguo atrapado por fin por la modernidad. A Javier Guill¨¦n, el director de la Vuelta le gustar¨ªa que estos d¨ªas sus mayores preocupaciones fueran la confirmaci¨®n de una buena participaci¨®n, la tristeza por la ausencia de Alejandro Valverde y la esperanza de que un Alberto Contador en forma le llegue con ganas desde el Tour. Sin embargo, tiene que responder a las demandas de la sociedad, cada vez en guardia contra las modas y comportamientos sexistas y machistas. Y en un deporte tan macho como el ciclismo, estos son muchos y arraigados.
¡°Las azafatas ya no dar¨¢n el beso en el podio al ciclista que reciba premios¡±, dice Guill¨¦n, confirmando la informaci¨®n publicada por El Mundo. ¡°Hab¨ªamos recibido muchas quejas, y no queremos que esa foto pueda repetirse¡±.
La Vuelta la organiza Unipublic, una empresa dedicada a la publicidad en su origen, y ese ADN a¨²n rige la mayor¨ªa de sus decisiones: hacer lo que sea con tal de que se venda m¨¢s el producto y sus anunciantes, y, por supuesto, que no genere publicidad negativa. ¡°Mantenemos las cuatro azafatas de podio que ten¨ªamos los ¨²ltimos a?os, pero establecemos nuevo protocolo de podio. M¨¢s que floreros, como se critica, que solo est¨¢n para salir en la foto, pura presencia, tendr¨¢n una funci¨®n de asistente, d¨¢ndole el trofeo y el ramo de flores a la autoridad correspondiente, que ser¨¢ quien se los entregue al ciclista¡±, explica Guill¨¦n, por tel¨¦fono desde Madrid. En el podio de la Vuelta, que comienza el 19 de agosto en N?mes, se entregan diariamente el premio al ganador de la etapa, al l¨ªder de la general, al maillot de la regularidad, el de la monta?a, el de la combinada, y los premios de la combatividad y equipos. ¡°En cada premio intervendr¨¢ una de las azafatas y tambi¨¦n en un premio, a¨²n no hemos decidido cu¨¢l, el asistente ser¨¢ masculino¡±. Tambi¨¦n tendr¨¢ presencia en el protocolo del podio el exciclista ?scar Pereiro, recientemente nombrado embajador de la Vuelta, que cumplir¨¢ un papel similar al que hasta el a?o pasado realizaba Bernard Hinault en el Tour: saludar a las autoridades y ayudar a los ciclistas.
El Tour Down Under, en Australia, fue la primera carrera que suprimi¨® las azafatas, y en Espa?a, la mayor¨ªa de las pruebas siguieron su ejemplo. La Vuelta, en su momento la carrera cumbre de la exaltaci¨®n de las azafatas en todos sus rincones (y hab¨ªa ciclistas y equipos que dec¨ªan entonces, en los a?os 90, que era su carrera favorita por la cantidad de mujeres que hab¨ªa), es, curiosamente, la primera gran prueba de tres semanas que modifica y limita su aparici¨®n. El Tour mantiene su protocolo de siempre, con dos azafatas por premiado, sonrientes en la foto a su lado, y sin beso. La pol¨¦mica generada en v¨ªsperas de este Tour con las declaraciones del ciclista belga Jan Bakelants (¡°al Tour me llevar¨¦ dos paquetes de condones, nunca se sabe por d¨®nde han andado las chicas del podio¡±), apenas tuvo repercusi¨®n en Francia, y no oblig¨® a ASO, el organizador del Tour, a cambiar sus h¨¢bitos. En el Giro de Italia, un pa¨ªs en el que a¨²n usan mujeres en bikini en los anuncios de coches y sof¨¢s en la tele y en las vallas publicitarias, dos azafatas con carm¨ªn reci¨¦n aplicado suben al podio con el ciclista festejado y le plantan la huella de sus labios que ellos lucen orgullosos en sus mejillas, la se?al de su ¨¦xito, el estigma.
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