Ellas, de la nada a la excelencia en 25 a?os
Barcelona cambi¨® el depauperado deporte femenino, que ahora brilla en la ¨¦lite mundial gracias a Mireia Belmonte, Ruth Beitia, Carolina Mar¨ªn, Laia Sanz, Garbi?e Muguruza, el baloncesto o el waterpolo
¡°Aqu¨ª no se concibe que la mujer se dedique al deporte¡±. Lo afirmaba en 1984 Marta Figueras, la ¨²nica espa?ola que romp¨ªa con la tradici¨®n y hac¨ªa del deporte su vida gracias al golf. Solo una de cada 100 espa?olas practicaba deporte. Entre ellas, la esquiadora Blanca Fern¨¢ndez Ochoa, que aquel mismo a?o en Sarajevo obtuvo el mejor resultado femenino espa?ol en unos Juegos, el sexto puesto en el eslalon gigante. Los ¨¦xitos eran modestos y espor¨¢dicos como correspond¨ªa a una casi absoluta falta de educaci¨®n f¨ªsica y cultura deportiva en el ¨¢mbito femenino. Hasta 1964 no se les permiti¨® competir en el Campeonato de Espa?a de atletismo. Hasta 1968 no hubo ninguna espa?ola en una final ol¨ªmpica. La primera fue Mari Paz Corominas en M¨¦xico, s¨¦ptima en los 200 metros espalda. Y hasta 1976 no se produjo la primera participaci¨®n de una atleta en unos Juegos. Fue Carmen Valero, en los de Montreal. Los tab¨²s se suavizaron pero permanec¨ªan en los a?os setenta. ¡°En Espa?a, entonces, una mujer con ch¨¢ndal de atletismo era una marimacho¡±, explica la saltadora de altura Sagrario Aguado.
Entre el ippon de Miriam Blasco en la final de yudo de Barcelona, hoy hace 25 a?os, al ¨²ltimo toque de oro en la pared de la piscina de Budapest de Mireia Belmonte, el pasado jueves, se concentra la erupci¨®n del deporte femenino espa?ol. Es evidente el antes y el despu¨¦s desde la cita del 92. El d¨ªa que Blasco tumb¨® a la brit¨¢nica Fairbrohter en la final de yudo y se convirti¨® en la primera espa?ola que ganaba un metal ol¨ªmpico, se traz¨® la divisoria. Ninguna hab¨ªa subido al podio en unos Juegos de verano. De las 22 medallas que gan¨® Espa?a en Barcelona, ocho fueron en categor¨ªa femenina. Desde entonces suman 49 y en las dos ¨²ltimas citas han superado las obtenidas por los hombres: 11 de las 17 en Londres 2012 y 9 de las 17 en R¨ªo de Janeiro, cuatro de ellas de oro (Ruth Beitia en atletismo, Mireia Belmonte en nataci¨®n, Carolina Mar¨ªn en b¨¢dminton y Maialen Chorraut en pirag¨¹ismo).
Aquel mismo a?o 1992 hubo otros indicios del despegue que se estaba incubando en varias disciplinas. Blanca Fern¨¢ndez Ochoa se sali¨® con la suya y logr¨® la primera medalla ol¨ªmpica de una espa?ola, la de bronce, en Albertville. El eco medi¨¢tico no acompa?¨® el primer triunfo de un equipo espa?ol en una gran competici¨®n europea pero, tambi¨¦n en el 92, venci¨® el Dorna Godella de baloncesto.
Un jefe pat¨¦tico
Carmen Valero, bicampeona del mundial de cross en 1976 y 1977 y primera atleta ol¨ªmpica espa?ola, refiere la miseria del deporte femenino en aquellos tiempos: ¡°Hab¨ªa muchas diferencias entre los chicos y las chicas. En Barcelona 92 ya cambi¨® un poco la mirada. Pero el cambio se ha ido ganando paso a paso. Lo hemos tenido que pelear mucho. Julio Bravo, el jefe de equipo cuando corr¨ª el Mundial del 76, fue pat¨¦tico. La v¨ªspera nos dijo: ¡®A vosotras no tengo nada que deciros. Sois unas culonas y unas pechugonas. Lo que hag¨¢is, ya estar¨¢ bien¡¯. Cuando gan¨¦ le dije: ¡®Con que culonas y pechugonas¡ ?Ahora qu¨¦?¡¯ ?C¨®mo pod¨ªa funcionar el deporte con gentuza as¨ª?¡±.
Theresa Zabell, oro en vela con Patricia Guerra en Barcelona 92 y con Bego?a V¨ªa Dufresne en Atlanta 96, describe: ¡°Baste decir que, cuando yo empec¨¦ a navegar, no hab¨ªa vestuarios femeninos. La lucha de las mujeres la he vivido muy en primera persona, como deportista y como dirigente deportiva. Yo quer¨ªa ir a los campeonatos y no hab¨ªa presupuesto. Al no estar incluido en el programa de los Juegos, no hab¨ªa dinero para la vela femenina. Yo era campeona de Espa?a en la clase Europa e iba a los Mundiales porque me apoyaba mi club, mi ayuntamiento¡ y no la federaci¨®n. Lo digo para que seamos conscientes de lo que hemos avanzado¡±.
Las licencias femeninas se han multiplicado. De las 300.000 de poco antes de 2000 se ha pasado a m¨¢s de 700.000, aunque el porcentaje respecto a las masculinas es solo del 21%. A partir de los noventa surgieron campeonas que obtuvieron ¨¦xitos que parec¨ªan inalcanzables como Arantxa S¨¢nchez Vicario y Conchita Mart¨ªnez, Joane Somarriba, Isabel Fern¨¢ndez, Miriam Blasco, Marta Dom¨ªnguez, Theresa Zabell, Sheila Herrero, Gemma Mengual, Amaya Valdemoro, Mar¨ªa Vasco, Carolina Ruiz, Ruth Beitia, Laia Sanz, Ona Carbonell, Carolina Mar¨ªn, Marina Alabau, Lidia Valent¨ªn, Alba Torrens, Anna Cruz, Gisela Pulido, Garbi?e Muguruza¡
En deportes de equipo, tras el ¨¦xito inici¨¢tico del hockey hierba en 1992, se ha consolidado la excelencia del baloncesto, plata en el Mundial de 2014 ¡ªsolo superado por el Dream Team¡ª y oro en los Europeos de 2013 y 2017. En waterpolo, se ha pasado de la nada al oro en el Mundial de 2013 y en el Europeo de 2014 y la plata en los Juegos de 2012 y en el Mundial reci¨¦n finalizado en Budapest. El equipo de gimnasia r¨ªtmica logr¨® la plata en R¨ªo, el de balonmano, el bronce en el Mundial de 2011 y en los Juegos de 2012. Y en 2017, est¨¢ en plena expansi¨®n el f¨²tbol femenino. En 2016 se registraron 44.123 licencias federativas, m¨¢s del doble que en 2012.Queda un largo trecho y asignaturas pendientes, como fortalecer las ligas y que haya m¨¢s directivas y m¨¢s entrenadoras de primer nivel. Pero el salto ha sido gigantesco.
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