Aburrir a Messi
Hoy no sabe si contentar al 10 o armar un nuevo equipo, como si no fueran lo mismo, atrapada como est¨¢ la directiva en su organigrama t¨¦cnico y sus contradicciones
El Bar?a tiene dif¨ªcil arreglo a corto plazo, v¨ªctima de problemas estructurales y falto de direcci¨®n, cada vez m¨¢s empeque?ecido y envejecido, distanciado de la clase alta del f¨²tbol representada por el Madrid y sacudido por sus propias miserias, expresadas en su contencioso con el Paris Saint Germain; no solo no os vendemos a Verratti sino que os quitamos a Neymar.
A mitad de camino de no se sabe hacia d¨®nde, el Barcelona pierde el tiempo de tal manera que puede acabar por perder tambi¨¦n a Messi. Hoy no sabe si contentar al 10 o armar un nuevo equipo, como si no fueran lo mismo, atrapada como est¨¢ la directiva en su organigrama t¨¦cnico y sus contradicciones, perdida en un juego que no entiende porque no es el suyo desde que dimiti¨® Rosell.
No resulta sencillo dar con la soluci¨®n cuando no se sabe diagnosticar el problema. Ahora mismo no se advierte m¨¢s salida que la de fichar sin reparar en que durante el ¨²ltimo a?o y medio malgast¨® los mismos millones que ha cobrado por Neymar en jugadores insustanciales, a excepci¨®n de Umtiti. No tiene m¨¢s plan que el de reponer jugadores como parte del negocio que supone llenar el Camp Nou de turistas aunque sean del Madrid.
Hoy se juega igual que si todav¨ªa jugara Neymar. Mal asunto porque si el equipo ya necesitaba mejorar con el brasile?o ahora precisa de un salto de calidad muy superior con el delantero en el PSG. La junta hace ver como si nada hubiera pasado. Tampoco le preocupa tener que conformarse con segundas y terceras opciones en el mercado si fracasa la primera, quiz¨¢ porque el propio Bartomeu est¨¢ donde est¨¢ por Rosell.
Sin decisiones
No se toman decisiones ni se interviene con determinaci¨®n sino que se va a remolque, dando vueltas sobre la misma cosa, sin saber qu¨¦ cosa es, presos los que mandan de la improvisaci¨®n, del cambio de criterio y de un sentido muy peculiar del juego: si se perdi¨® la temporada pasada contra el PSG y la Juve fue porque falt¨® un volante con la fuerza de Paulinho.
A falta de liderazgo y de grandeza, distanciada la plantilla del consejo que preside Bartomeu, como se advirti¨® en el cruce dial¨¦ctico entre Piqu¨¦ y Segura, la credibilidad y confianza recae en Valverde como ya pas¨® con Luis Enrique, inventor del tridente con Zubizarreta. A la espera de un extremo y uno o dos volantes, y mientras Aleix Vidal y Semedo pugnan por el lateral derecho, el nuevo entrenador todav¨ªa no ha encontrado el remedio para frenar las transiciones del rival con un buen repliegue y optimizar la aportaci¨®n de Messi, reducido en el cl¨¢sico por Kovacic.
El mayor riesgo para el Bar?a es que Messi se aburra incluso antes de firmar su renovaci¨®n mientras la prensa discute sobre si Paulinho, Coutinho y Dembel¨¦ son mejores opciones que Griezmann, Dybala o Mbappe. No hay sinton¨ªa en el barcelonismo, confundido por la desorientaci¨®n de los rectores de la entidad, necesitados de una figura que represente la ideolog¨ªa futbol¨ªstica, el camino a seguir, sin discutir si el equipo evoluciona o involuciona, un objetivo que se consigue cuando se tiene una mirada ¨²nica y no un ojo de cada color.
Apagada la luz, sin oposici¨®n articulada y con la afici¨®n todav¨ªa de vacaciones, no queda m¨¢s remedio que recurrir mientras tanto al pensamiento de Cruyff, el hacedor del milagro del Bar?a, cuando pronostic¨® un mal final para los actuales mandatarios si llegaba la derrota: ¡°Si nunca supieron por qu¨¦ se ganaba, c¨®mo quieren que ahora sepan por qu¨¦ se pierde¡±.
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