La ¡®Next Gen¡¯ ya pega fuerte
Esta temporada consolida la ascensi¨®n de la hornada llamada a protagonizar el futuro, encabezada por Zverev. Hoy (20.00, Eurosport), Nadal tiene cita en cuartos con el ruso Rublev, uno de los j¨®venes valores
Anda por la pista parsimonioso, como si todo le fuera desproporcionadamente familiar, como si llevase toda la vida en el circuito y todo lo que acontece a su alrededor fuera el devenir de algo natural que forzosamente tiene que pasar y pasar¨¢. Es distante, incluso altivo, y cuando entra en combusti¨®n no hay quien le pare. Ante ese panorama estar¨¢ hoy (hacia las 20.00, Eurosport) en los cuartos Rafael Nadal, citado con uno de los jovencitos que en lugar de llamar a la puerta la tiran directamente. Es Andrey Rublev, ingenioso jugador ruso que est¨¢ siendo una de las sensaciones de estos d¨ªas en Flushing Meadows. Un tenista del que, si no se tuercen mucho las cosas, se oir¨¢ hablar con regularidad en los pr¨®ximos a?os.
Despu¨¦s de apear a figuras contrastadas como Grigor Dimitrov o David Goffin (7-5, 7-6 y 6-3), el ruso afronta con templanza el pulso con Nadal y dice no tener nada que perder. ¡°Estuvo entrenando conmigo en Mallorca hace dos a?os y es un gran chico, pero claro que tiene cosas que perder¡ Puede meterse por primera vez en su carrera en semifinales¡±, matiza el balear. ¡°Es inc¨®modo para todo el mundo, le pega fuerte y ha ganado a rivales potentes. Tendr¨¦ que jugar con intensidad e intentar que no golpee en posiciones favorables. Estuve una semana con ¨¦l en Manacor, era invierno, con un fr¨ªo importante. Pegaba todas las pelotas a reventar, con una velocidad bola por encima de lo normal. Pensaba que se romper¨ªa¡¡±, recuerda Nadal.
Pese a su juventud, Rublev no es un desconocido para el aficionado espa?ol. Hace dos a?os protagoniz¨® aquella funesta serie de la Copa Davis en Vladivostok y entrena bajo las ¨®rdenes de Fernando Vicente en la academia 4Slam Tennis Academy de Gav¨¤. Tiene talento a raudales y mucha personalidad, en ocasiones excesiva. ¡°Es maleducado a irrespetuoso. Me sorprende su mala educaci¨®n¡±, le recrimin¨® en 2015 Fernando Verdasco, despu¨¦s de un tenso partido en el God¨®. Tiene 19 a?os, le gusta el boxeo y disfruta de la NBA con los Heat. A sus 19 a?os ocupa el puesto 53 del ranking y se prev¨¦ que un d¨ªa no muy lejano se codee con la pl¨¦yade del circuito.
Es uno de los m¨¢ximos exponentes de la Next Gen, el nombre comercial ideado por la ATP para referirse a los jugadores con madera de estrella. A la cabeza est¨¢ el alem¨¢n Alexander Sascha Zverev (20), ya entre los mejores del mundo y uno de los grandes protagonistas de esta temporada; sexto en el listado mundial y con t¨ªtulos en Montpellier, M¨²nich, Roma (bati¨® en la final a Novak Dkojovic), Washington y Cincinnati (Federer). Le siguen Dominic Thiem (24), el supuesto heredero de Nadal en la tierra batida, y el franc¨¦s Lucas Pouille (23), asentado en el top-20 del circuito. Por detr¨¢s tambi¨¦n empujan fuerte el croata Borna Coric (20), que hace menos de un mes tumb¨® al n¨²mero uno en Montreal, Karen Khachanov (21), Denis Shapovalov (18), Daniil Medvedev (21) o los estadounidenses Frances Tiafoe (19), Jared Donaldson (20) o Taylor Fritz (19).
Nadal: "Solo nos igualar¨¢n si tienen pasi¨®n"
El futuro, se dice, es cosa de ellos. Mientras, otros valores han ido perdiendo pujanza por una cuesti¨®n de nula voluntad. La carrera de Nick Kyrgios (22) est¨¢ en el aire y la misma suerte corren las de Bernard Tomic (21, 146 del mundo) o Thanasi Kokkinakis (21/222), ejemplos diametralmente opuestos a los de Zverev, Rublev y compa?¨ªa, con toda el hambre del mundo y cabezas mucho mejor amuebladas. A ellos les pertenece el porvenir del tenis y por eso la ATP cuida bien de sus productos. De hecho, a principios de noviembre estrenar¨¢ una competici¨®n (Next Gen ATP Finals) que tendr¨¢ lugar en Mil¨¢n, en la que los ocho mejores tenistas del a?o, menores de 21 a?os, se medir¨¢n bajo un formato id¨¦ntico a la Copa de Maestros.
¡°Ya veremos hasta donde llegan estos jugadores¡±, atempera Nadal. ¡°Estoy seguro que llegar¨¢n lejos como nosotros cuando tengan pasi¨®n, asuman los retos y luchen con ilusi¨®n para mejorar. No s¨¦ si podr¨¢n igualar nuestras carreras, porque es muy complicado que eso pase en una misma era, pero estoy seguro de que si trabajan conseguir¨¢n lo que se propongan¡±, abunda el mallorqu¨ªn, al que hoy le aguarda una prueba de fuego contra el emergente Rublev, s¨ªmbolo de los nuevos tiempos.
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