Las mil vidas del irreductible Del Potro

Mientras la noche se adue?aba del barrio de Queens, la moneda mostraba sus dos reversos. Por un lado, Dominic Thiem recorriendo raquetero al hombro las callejuelas del complejo Billie Jean King, abatido el austriaco, con la mirada clavada en el suelo y caminando firme, absorto a pesar de que una peque?a muchedumbre le reclamaba alguna firma o una foto; intentando, al fin y al cabo, digerir una de las derrotas m¨¢s dolorosas de su carrera, una ca¨ªda pr¨¢cticamente inexplicable. Por otro, Juan Mart¨ªn del Potro extasiado, con el rostro rojizo por la fiebre y sus interminables brazos abiertos y en alto, abrazando al cielo de Nueva York, el escenario id¨ªlico de su carrera.

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¡°He estado los dos ¨²ltimos d¨ªas enfermo y lo de hoy ha sido muy duro. Quiero agradecer a este p¨²blico su apoyo, porque de lo contrario hubiera abandonado. Esto lo recordar¨¦ toda la vida¡±, expresaba el gigante de Tandil despu¨¦s de remontar dos parciales a Thiem y lograr un triunfo hom¨¦rico (1-6 2-6 6-1 7-6 6-4) en una velada que quedar¨¢ registrada para siempre en los anales del US Open, taquic¨¢rdica, explosiva, una de las batallas m¨¢s hermosas a las que ha asistido el aficionado de Flushing Meadows en muchos a?os. Por eso, la pista GrandStand emanaba decibelios como un volc¨¢n en erupci¨®n.

¡°?Nadie hubiera dado dos mangos por ¨¦l!¡±, narr¨® un locutor radiof¨®nico argentino en la sala de prensa del complejo Billie Jean King. ¡°?Me hubiera jugado mi casa a que no le daba la vuelta a esto!¡±, continuaba el periodista, que de haber llevado su palabra hasta las ¨²ltimas consecuencias hoy no tendr¨ªa un techo, porque Del Potro le dio la vuelta, vaya que s¨ª le dio la vuelta. A pesar de todo. ¡°Pens¨¦ en abandonar antes y durante el partido¡±, relat¨® despu¨¦s. ¡°Jugu¨¦ porque era este torneo, pero no lo pas¨¦ bien. No pod¨ªa respirar bien, no pod¨ªa moverme bien¡±, prolong¨® Delpo, asm¨¢tico y al¨¦rgico.

Tuvo que ingerir un par de pastillas durante el choque y finalmente dej¨® a todo el mundo boquiabierto. Una vez m¨¢s, el tenista sudamericano demostr¨® que tiene mil vidas, porque muy pocos deportistas se sobreponen a una situaci¨®n tan excepcional como la suya, cuando regres¨® a las pistas despu¨¦s de tres operaciones de mu?eca que estuvieron muy cerca de mostrarle la puerta de la retirada hace tres a?os. Pero no desisti¨®. Pas¨® por el quir¨®fano y luego, entre dolores, se reinsert¨® en el tour. Volvi¨® y volvi¨® a lo grande, con heroicas victorias en la Copa Davis y en los Juegos Ol¨ªmpicos.

"La gente ama mi esfuerzo por volver"

Se convenci¨® no solo de que pod¨ªa seguir jugando, sino de que pod¨ªa seguir compitiendo al m¨¢s alto nivel. Y ahora, en Nueva York, ha desplegado de nuevo las alas y aspira a regresar a la semifinal de un grande cuatro a?os despu¨¦s; Wimbledon 2013 fue la ¨²ltima vez. Tumb¨® a Thiem y este mi¨¦rcoles (no antes de las 2.30 en Espa?a, en Eurosport) intentar¨¢ otro de sus reiterados¡­ y m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa¡­ Es decir, Roger Federer. Rival y buen amigo. ¡°Juan Mart¨ªn del THORtro¡±, tuite¨® el suizo en tono elogioso, compar¨¢ndole con el martillo de Thor a trav¨¦s de un montaje donde el Del Potro, 28 del mundo, golpea con un martillo en lugar de con la raqueta.

Ninguno de los dos llega en su momento m¨¢s ¨®ptimo, ni mucho menos. Uno est¨¢ medio enfermo y al otro le duele la espalda. Sin embargo, se adivinan emociones fuertes esta noche en la Arthur Ashe, el marco en el que Del Potro conquist¨® su ¨²nico Grand Slam, en 2009 y donde tiene a todo el p¨²blico en el bolsillo. Pero, ?por qu¨¦ la grada de Nueva York adora al argentino? ¡°Creo que la gente ama mi esfuerzo por volver a jugar tenis despu¨¦s de todos los problemas con la mu?eca¡­¡±, indica; ¡°les gusta alguien que no se da por vencido. Pueden ver que mi rev¨¦s no est¨¢ bien del todo todav¨ªa, pero sigo intent¨¢ndolo y lo valoran. Creo que a la gente le gusta eso¡±.

Nueva York quiere a Del Potro y Del Potro quiere a Nueva York. Ocurra lo que ocurra hoy, el binomio es y ser¨¢ indisoluble. Gane o pierda, el hombre de las mil vidas y por el que el narrador no daba dos mangos se merece toda la credibilidad.