Barcelona - Las Palmas, un partido cargado de simbolismos
El Barcelona, adherido el club a la causa del refer¨¦ndum, involucrada parte de la grada en la apuesta soberanista, recibe a Las Palmas en una jornada hist¨®rica
Hay turistas, como cada d¨ªa, que pasean, que visitan la tienda, el museo, que se toman una cerveza. Hay un par de mossos. Tienen una charla con dos miembros de la empresa de seguridad privada del FC Barcelona. ¡°No, no estamos aqu¨ª por el d¨ªa que es. Estamos siempre. Este es un punto tur¨ªstico¡±, conceden. Todo parece tranquilo. ¡°S¨ª, est¨¢ todo muy tranquilo¡±, certifica uno de ellos. Por detr¨¢s del Palau se entrena un equipo de juveniles de balonmano del Bar?a. Una calma chicha se apodera de los alrededores del Camp Nou en la v¨ªspera del 1-O, cuando a la jornada hist¨®rica, pase lo que pase dentro o entorno a los colegios electorales, se sumar¨¢ un encuentro de Liga que no tiene de extraordinario m¨¢s que el d¨ªa en s¨ª.
A nadie le sorprender¨¢ si, como viene ocurriendo desde el atentado en las Ramblas, el dispositivo de seguridad en los alrededores es f¨¦rreo. Hace semanas que se registra cada mochila y que se hacen controles aleatorios a los veh¨ªculos. Los Mossos se encargan y para ellos ser¨¢ una jornada m¨¢s de partido en un pa¨ªs en nivel 4 de alerta terrorista. Como en los partidos m¨¢s recientes, especialmente contra el Juventus y el Eibar, el estadio se poblar¨¢ previsiblemente de una buena cantidad de senyeres y estelades, la bandera soberanista que ha ganado terreno en los ¨²ltimos tiempos, especialmente desde que la UEFA sancionara al club azulgrana por su exhibici¨®n en la final de la Champions del 2015 en Berl¨ªn. Adem¨¢s, los gritos a favor de la independencia volvieron a o¨ªrse en el estadio hace cinco a?os y desde entonces tienen tomado el minuto 17 (el 17 y 14 segundos, en recuerdo del a?o 1714 y la Guerra de Sucesi¨®n), por lo que nadie duda que se oir¨¢n quiz¨¢ todav¨ªa con m¨¢s fuerza.
Pese al posicionamiento del club, que se adhiri¨® al Pacto Nacional por el Refer¨¦ndum (y sin embargo evit¨® avivar la pol¨¦mica haciendo una petici¨®n especial a la Liga para poder jugar hoy con la camiseta de la senyera, de modo que vestir¨¢ de azulgrana), no responden los aficionados a m¨¢s consigna que a su propio deseo de manifestarse y no replica habitualmente el resto de espectadores ¨Cquiz¨¢ este domingo haya muchos m¨¢s locales, al tratarse del d¨ªa que es, que no cedan su pase con el seient lliure-, pues no toda la grada tiene la misma implicaci¨®n pol¨ªtica que personajes significados como Piqu¨¦, que enarbol¨® el votarem. Ese c¨¢ntico que pas¨® de la calle al estadio con facilidad en los ¨²ltimos encuentros y que seg¨²n derive la jornada puede transformarse en cualquier otro reclamo. Al fin y al cabo, los 90.000 seguidores que podr¨ªan congregarse este domingo en el Camp Nou no ser¨¢n m¨¢s que un reflejo de la sociedad catalana. ¡°Creo que ma?ana, en lo que es el campo, la gente intentar¨¢ venir a disfrutar de su equipo. No espero nada que no hayamos visto en ocasiones anteriores¡±, apunt¨® con total normalidad el entrenador del equipo, Ernesto Valverde. ¡°Ser¨¢ un partido como otro cualquiera en un d¨ªa especial¡±, concede el club.
El rival es el de algunas de las ocasiones m¨¢s representativas para la historia de una Catalu?a que hoy vive otro d¨ªa hist¨®rico: Las Palmas. El equipo que jug¨® contra el Bar?a en el primer partido que se narr¨® en catal¨¢n despu¨¦s de la dictadura. Sonaba la voz de Joaquim Maria Puyal, como sigue haci¨¦ndolo ahora. Era el 6 de septiembre de 1976. Las Palmas fue el equipo, tambi¨¦n, que asisti¨® a la primera visita al Camp Nou del presidente Josep Tarradellas el 30 de octubre de 1977, pocos d¨ªas despu¨¦s de haber vuelto del exilio. Ten¨ªa 78 a?os.
Esta tarde, a las 16.15, Las Palmas volver¨¢ a asistir a un partido muy pol¨ªtico. Un encuentro que arrancar¨¢ con un minuto de silencio cargado de simbolismos. El Camp Nou rendir¨¢ homenaje a Jacint Borr¨¤s, impulsor de la cantera azulgrana, defensor del Bar?a Atl¨¨tic, jefe comercial de la textil Bertrand i Serra y tambi¨¦n fundador de Converg¨¨ncia, refundador con el PDCat y padre de Meritxell Borr¨¤s, consellera de Governaci¨®. Falleci¨® hace dos semanas. No se pudo guardar el minuto de silencio en el partido de Champions ante la Juve (no est¨¢ permitido), y no se hizo contra el Eibar. Se har¨¢ ahora, cuando cobra m¨¢s sentido que nunca su pasado soberanista. En diciembre de 1975, poco despu¨¦s de la muerte de Franco y en un Bar?a-Madrid, fueron ¨¦l y su familia los responsables de que ondearan en el estadio por primera vez las banderas catalanas. Confeccionaron un millar de senyeres y las guardaron hasta el d¨ªa del partido. Todav¨ªa no estaban permitidas.
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