?Por qu¨¦ los delanteros del Atl¨¦tico no marcan?
La falta de continuidad y de confianza, la sensaci¨®n de pasar un casting para ver qui¨¦n sale en enero, partidos sin apenas ocasiones y la sombra de Diego Costa rodean a los goleadores rojiblancos
Por encima del deficitario juego ofrecido en muchos de los primeros compases del curso, la falta de gol tiene al Atl¨¦tico de Madrid a seis puntos de la cabeza de la Liga, a un descuido de quedarse fuera de los octavos de final de la Champions y con la obligaci¨®n de hacer bueno en la Copa el empate ante un Segunda B como el Elche. La falta de definici¨®n ante las ocasiones claras de gol es uno de los grandes arcanos que rodean al f¨²tbol. En la b¨²squeda de explicaciones, entrenadores y jugadores suelen aludir a la misteriosa naturalidad con la que de un d¨ªa para otro los errores se convertir¨¢n en aciertos. ¡°Hay que tener paciencia para que aparezca la confianza y el gol se d¨¦ como una situaci¨®n natural porque nuestros delanteros lo tienen¡±, esgrime Simeone.
El gol no tiene ciencia, es una cuesti¨®n de sensaciones. El instinto y la calidad no son una garant¨ªa plena si no est¨¢ acompa?ada de confianza. No hay jugadores de campo que le den m¨¢s vueltas a su cabeza que los delanteros cuando est¨¢n negados. En el Atl¨¦tico, nadie expresa mejor esa inseguridad que condena a un delantero que Luciano Vietto. En Elche tuvo cuatro ocasiones claras y en cada una de ellas emergi¨® un delantero ansioso e incluso temeroso y dubitativo ante el gol. Simeone se gir¨® desesperado hacia el banquillo en una de las oportunidades que desperdici¨®. Pareci¨® resignado a asumir que est¨¢ ante uno de esos inexplicables casos de un delantero que no logra romper una mala racha.
Vietto, como Torres y Gameiro, los nueves del equipo, parecen sobrepasados por lo que parece un casting permanente para saber cu¨¢l de ellos abandonar¨¢ el club en enero. Con la alargada sombra de Diego Costa de fondo, por unas circunstancias o por otras, ninguno se ha instalado como pareja definitiva para acompa?ar a Griezmann en ataque. Su lugar lo ha ocupado Correa, tres goles, y el jugador m¨¢s clarividente y desequilibrante en ataque en lo que va de temporada. Esto ha empujado a Simeone a concederle la titularidad junto al franc¨¦s, incluso admitiendo que Griezmann se sentir¨ªa m¨¢s c¨®modo con un delantero de referencia. El franc¨¦s tampoco est¨¢ fino ante la porter¨ªa, tambi¨¦n solo tres goles, y como Correa, est¨¢ tan obligado a marcar como a intentar a armar juego. Carrasco, a su manera, m¨¢s basada en el desborde en carrera, tambi¨¦n tiene esa doble tarea.
Los delanteros del Atl¨¦tico tambi¨¦n viven muy exigidos. Juegan con la sobrepresi¨®n de jugar para un equipo que no tiene constancia en la producci¨®n ofensiva. Hay partidos que viven al l¨ªmite, expuestos a la necesidad de convertir en gol una o dos ocasiones. El relato del grupo y de su propio entrenador habla de un equipo s¨®lido que necesita contundencia en el ¨¢rea contraria para reafirmarse con resultados. Son muchas veces las que en el vestuario y desde el cuerpo t¨¦cnico se se?ala la falta de gol de los delanteros para justificar un mal resultado. Se da por bueno el trabajo defensivo y se descarga la responsabilidad en la necesidad de rentabilizarlo con goles. En el fiasco del empate en Qarabag (0-0), el discurso de God¨ªn, uno de los capitanes, no puso el acento en la falta de juego que solo dio para generar dos oportunidades n¨ªtidas ante un rival inferior, una de Carrasco y otra de Griezmann. Preguntado por si no era un bagaje escaso, God¨ªn contest¨®: ¡°?Pero han sido claras, no?¡± La respuesta, extrapolada a los porcentajes, obligaba a al franc¨¦s y al belga a haber tenido un 100% de acierto y al equipo, como m¨ªnimo, un 50%. Ese porcentaje no se da ni entre los delanteros m¨¢s consumados ni entre los equipos m¨¢s goleadores. En la abundancia de ocasiones, como en Roma o en Elche, tampoco ha habido acierto.
Vietto no ha consolidado su buen juego entrel¨ªneas con goles que le apuntalen en el once. En siete partidos, seis como titular, ha registrado 14 remates y ning¨²n gol. A una semana de que se cerrara el mercado de verano, en el club le daban por traspasado. Torres fue titular en el primer partido de Liga en Girona y hasta el mi¨¦rcoles en Elche no volvi¨® a figurar en el equipo inicial. Tras el debut liguero en Montilivi, por primera vez en mucho tiempo, hubo cr¨ªticas en los despachos del club hacia su figura. Tampoco ha estrenado su casillero en diez remates tras diez partidos disputados, dos como titular.
El gol en Vigo le vali¨® un potos¨ª a Gameiro. La pubalgia de la que tuvo que operarse este verano le hab¨ªa relegado a la condici¨®n de quinto delantero cuando la temporada pasada era la esperanza goleadora del equipo. Antes de jugar su primer partido de titular ante el Qarabag, en el Cerro del Espino ya se ensalzaban sus buenos entrenamientos desde hac¨ªa tres semanas. Ahora, de nuevo, parece la opci¨®n m¨¢s s¨®lida para jugar ante el Villarreal de inicio.
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