El Mundial de Putin
La cita futbol¨ªstica constituye una oportunidad para romper el aislamiento pol¨ªtico gracias a la diplomacia popular de miles de aficionados
El Mundial de F¨²tbol de 2018, convertido ya en un acontecimiento inmediato real gracias al sorteo celebrado en el Kremlin, est¨¢ estrechamente vinculado a Vlad¨ªmir Putin, con independencia de que ese muy posiblemente no sea su deporte favorito. El presidente gusta m¨¢s bien de difundir su imagen en plena pr¨¢ctica de deportes m¨¢s solitarios, como la equitaci¨®n, el esqu¨ª o la nataci¨®n.
Putin consigui¨® el campeonato para Rusia en 2010 y antes de la votaci¨®n en Z¨²rich se implic¨® a fondo para que su pa¨ªs se hiciera con el evento. Por entonces, aleg¨® que el campeonato permitir¨ªa desarrollar el f¨²tbol en Rusia y, con ese objeto, el jefe del Estado prometi¨® programas especiales y centenares de campos de entrenamiento. La situaci¨®n de Rusia en el mundo ha cambiado bastante desde que Putin se lanz¨® a hablar en ingl¨¦s en una ofensiva de encanto para conseguir el campeonato para su pa¨ªs. Tras la anexi¨®n de Crimea entre febrero y marzo de 2014 y la intervenci¨®n pol¨ªtica y militar en el Este de Ucrania, Rusia padece el aislamiento por parte de Occidente.
El Mundial de F¨²tbol constituye una oportunidad para romper o quebrantar ese aislamiento gracias a la diplomacia popular y a los miles de aficionados que acudir¨¢n a Rusia sin visado, con el solo requisito de obtener su carn¨¦ de fan. Para Putin es importante que estos aficionados de todo el globo sean recibidos por un pa¨ªs acogedor y amable que neutralice las im¨¢genes negativas de una Rusia agresiva, hostil y militarista que se han ido acu?ando desde 2014. Antiguo oficial del espionaje sovi¨¦tico con experiencia en tratar con informantes y reclutar agentes, Putin sabe c¨®mo desplegar sus encantos y posiblemente se aplicar¨¢ a ello durante varias semanas en nombre de este objetivo. Sin embargo, habr¨¢ que ver si el l¨ªder ruso y su aparato policial y de seguridad controlan todos los resortes para asegurar un campeonato tranquilo y sin sobresaltos en estos tiempos turbulentos y habr¨¢ que ver tambi¨¦n c¨®mo se portan los hinchas rusos, que pueden ser tan temibles como los ingleses.
El Mundial ha permitido a Rusia desarrollar una nueva infraestructura deportiva en las ciudades donde se jugar¨¢n los partidos. Los precios de las obras se han disparado en algunos casos de forma mete¨®rica. As¨ª el estadio del equipo de f¨²tbol Zenit en San Petersburgo ha costado siete veces m¨¢s de lo proyectado, en total, al cambio de hoy, 845 millones de d¨®lares. En Kaliningrado se preguntan si el gigantesco estadio edificado en un descampado ser¨¢ amortizable despu¨¦s del campeonato. Capital del enclave m¨¢s occidental de Rusia, las relaciones de aquella regi¨®n b¨¢ltica con los vecinos polacos y lituanos, potenciales espectadores y visitantes de los partidos de f¨²tbol que all¨ª se jueguen, se han deteriorado despu¨¦s de 2014. El exministro de Construcci¨®n de la regi¨®n de Kaliningrado ha sido encarcelado, acusado de robo en gran cuant¨ªa. En la ciudad de Sochi, en el mar Negro, donde se celebraron los Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno de 2014, se ha construido un caro estadio que dif¨ªcilmente ser¨¢ rentabilizado como tal por una localidad que carece de equipo de f¨²tbol.
Para Putin, el mundial de f¨²tbol es una manera de demostrar que, aparte de las relaciones de la clase pol¨ªtica, existen otros v¨ªnculos que unen a los pueblos. Rusia, como destino tur¨ªstico, es tambi¨¦n una de las finalidades del campeonato, que tiene lugar cuando Mosc¨² sufre unas sanciones que est¨¢n causando serios problemas a la econom¨ªa rusa, aunque oficialmente las autoridades no quieren reconocerlo.
Sobre el Mundial de F¨²tbol gravita la experiencia de la olimpiada de Sochi y la humillaci¨®n que sufren hoy grandes figuras del deporte ruso y sus atletas debido a la descalificaci¨®n y p¨¦rdida de medallas a consecuencia de las acusaciones de dopaje. Y en el tiempo transcurrido desde 2010, muchos de los sue?os de Putin no se han cumplido. En octubre pasado, en una conversaci¨®n con el presidente del equipo de f¨²tbol Zenit, Sergu¨¦i F¨²rsenko, Putin hizo un amargo comentario cuando, comentando el partido entre este club y la Real Sociedad, este ejecutivo asegur¨® que en Rusia se hab¨ªa producido ¡°una revoluci¨®n futbol¨ªstica¡±. ¡°Estupendo, Sergu¨¦i¡±, exclam¨® con iron¨ªa Putin, ¡°el f¨²tbol es un verdadero juego ruso: ocho extranjeros jugando con el Zenit en la Liga Europa junto a dos ciudadanos rusos y el portero¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.