La maldici¨®n de la mujer deportista en Espa?a
Un club femenino de voleibol puede seguir jugando la Superliga pese a las denuncias por impago de seis jugadoras
Las mujeres en el deporte viven en Espa?a en la prehistoria de las relaciones laborales. Lo comprueban a diario todas las asalariadas, profesionales de una actividad que no es considerada profesional por la legislaci¨®n y lo denuncian seis exjugadoras del Club de Voleibol Aguere, de La Laguna (Tenerife), el club decano de la Superliga, competici¨®n organizada por la federaci¨®n espa?ola. El club sigue compitiendo en la m¨¢xima categor¨ªa.
Tatiana B¨¦cares, Bely Nsunguimina, Diana S¨¢nchez, Bianca Moreira, Renata Benedito y Marina Scherer han requerido el club el pago de una deuda de unos 40.000 euros en total por salarios no abonados la temporada pasada. Le han advertido de que si no lo hacen lo denunciar¨¢n en un juzgado. Ning¨²n representante del club, ¨²ltimo clasificado de la Superliga, ha respondido a la carta. Las jugadoras disponen desde abril pasado de un documento de reconocimiento de deuda por el que el club se compromet¨ªa a pagarles en un plazo de tres meses con el dinero de ¡°la subvenci¨®n del Gobierno de Canarias¡±.
Ni la federaci¨®n espa?ola de voleibol, que se declara incompetente para el caso (¡°no somos patronal¡±, dice su presidente, Agust¨ªn Mart¨ªn, ¡°no podemos intervenir en las relaciones entre clubes y jugadoras, ni castigar a los que incumplan sus compromisos¡±), ni el Consejo Superior de Deportes (CSD), que alega similares argumentos, ni el Gobierno Canario, ni Iberdrola, que patrocina las principales ligas femeninas abonando a Teledeporte los costes de la retransmisi¨®n de las competiciones, han intervenido para obligar al club. A todos ellos les pedir¨¢n las jugadoras que asuman sus responsabilidades.
¡°Como la Ley del Deporte de 1990 no considera que el deporte femenino pueda ser profesional, el conjunto de deportistas femeninas en Espa?a no tiene amparo legal. Viven en una situaci¨®n de profesionalismo falso. Su ¨²nica salida es pleitear y denunciar¡±, explica Mar¨ªa Jos¨¦ L¨®pez Gonz¨¢lez, la abogada de las jugadoras, que comenz¨® a trabajar en defensa de la mujer cuando vio que cuando se intervino judicialmente al Rayo Vallecano solo dispusieron dinero para pagar las deudas de los jugadores y no reconoc¨ªan a las jugadoras del equipo.
¡°La verdadera discriminaci¨®n es esta, no la falta de visibilidad, que tambi¨¦n se da, ni la tremenda disparidad salarial, que tambi¨¦n se produce, ni la ausencia de la mujer de los ¨®rganos directivos, que tambi¨¦n se da. Una deportista que viva de practicar su deporte no tiene, por ejemplo, derecho a la baja maternal, un derecho del que s¨ª que gozar¨ªan sus parejas masculinas si tambi¨¦n fueran deportistas. Si deciden tener un hijo pierden el trabajo¡±.
Algunas jugadoras denunciantes son brasile?as que llegan a Espa?a para jugar al voleibol por salarios de car¨¢cter mileurista basados en contratos de trabajo temporal por obra. ¡°Finalizaci¨®n de los trabajos de jugar los partidos de voleibol en la campa?a de Liga Voleibol 2016/2017¡±, se lee en el apartado de los objetivos de los contratos cuya duraci¨®n se fija desde el 12/9/2016 hasta el 30/4/2017, fecha prevista para el final de la Liga. ¡°El reconocimiento de deuda estaba ligado a firmar un nuevo contrato para el a?o siguiente¡±, dice L¨®pez Gonz¨¢lez, abogada que lleva a?os combatiendo por los derechos de las mujeres y que acaba de publicar un libro, Mujer, discriminaci¨®n y deporte, en el que expone sus experiencias demoledoras y sus reflexiones y los testimonios de algunas de las grandes deportistas espa?olas, como Mireia Belmonte, Marina Ferragut o Elisa Aguilar. ¡°Las jugadoras brasile?as lo firmaron, pero no se han podido incorporar a la Liga porque el club no les env¨ªa los billetes de avi¨®n. Y tampoco pueden jugar en otros equipos porque el club tiene sus licencias. Es un sistema de esclavitud porque les impiden ejercer su derecho laboral¡±.
El presidente del voleibol reconoce el problema y cuenta que como no son profesionales, algunas jugadoras extranjeras de otros clubes residen en Espa?a con visado de turista, lo que les impide reclamar si su club no les paga, pues en realidad est¨¢n en situaci¨®n irregular. ¡°Esto no es la primera vez que nos ocurre¡±, dice Agust¨ªn Mart¨ªn. ¡°Estoy deseando que nos dejen intervenir. La Administraci¨®n deber¨ªa hacer algo para que las deportistas, aunque no sean profesionales, puedan disponer de un estatuto propio que les garantice unos derechos que ya tienen los hombres¡±.
Si las jugadoras fueran jugadores y formaran parte de una liga profesional, dispondr¨ªan de sindicato, de convenio colectivo, de patronal enfrente con la que negociar y de mecanismos legales para cobrar. Las ligas masculinas de f¨²tbol, baloncesto y balonmano, por ejemplo, disponen de mecanismos para forzar a los clubes a pagar sus deudas, como el descenso por impagos, y de mecanismos de control y negociaci¨®n, como comisiones mixtas.
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