Una Copa Davis sostenible
Los cambios siempre producen recelos y siempre dejan algo en el camino, pero a veces es preciso ser valientes y afrontar cesiones inevitables. Una competici¨®n de tanto prestigio necesita a los mejores
Entre los mejores recuerdos en todos los a?os que he estado al lado de mi sobrino Rafael, siempre guardo las Copas Davis. Pocos momentos hay tan especiales como aquellas dos finales en Sevilla y Barcelona o la semifinal en Madrid. La lucha en equipo, el fervor de tu p¨²blico y el ambiente festivo tienen un atractivo al que solo se renuncia por inconvenientes de gran peso.
Una competici¨®n de tanto prestigio necesita a los mejores tenistas y estos han tenido que sacrificar su participaci¨®n en no pocas ocasiones en los ¨²ltimos a?os. Las consecuencias han sido algunas ediciones m¨¢s deslucidas y, quiz¨¢s, alg¨²n que otro descenso imprevisto.
Cuando he le¨ªdo cr¨ªticas contra los jugadores por tener que renunciar, he pensado siempre que se hac¨ªan desde el desconocimiento. La cesi¨®n de su sitio suele ser contraria a su deseo. Lo apretado que es el calendario profesional, los cinco sets que se juegan en la Copa Davis y los cambios de superficie a los que se han visto sometidos los jugadores por participar en ella les han ocasionado problemas dif¨ªciles de encajar.
A todos los contratiempos mencionados, hay que a?adir el hecho de que ni la ITF ni la ATP han logrado hacer solvente la participaci¨®n. Solo por un espacio corto de tiempo se consigui¨® que las Copas Davis dieran puntos oficiales.
Visto lo visto, pues, me parece que hay motivos suficientes para intentar mejorar las circunstancias. ¡°Cuando no est¨¢ roto, mejor no arreglarlo¡±. Me muevo por esta m¨¢xima, con frecuencia. La Copa Davis, sin embargo, presenta demasiados perjuicios tal y como est¨¢ en la actualidad. A m¨ª me parece no solo necesario, sino de agradecer, que personas tan valoradas dentro del mundo del deporte como Gerard Piqu¨¦ y Novak Djokovic est¨¦n dispuestas a trabajar con la intenci¨®n de hacer nuestro deporte m¨¢s atractivo y sostenible.
Los cambios siempre producen recelos y siempre dejan algo en el camino, pero a veces es preciso ser valientes y afrontar cesiones inevitables. Entre estas est¨¢ la repercusi¨®n econ¨®mica que tiene la Davis para las Federaciones m¨¢s d¨¦biles y para las ciudades donde se celebran las eliminatorias. Aunque lamente mucho este ¨²ltimo hecho, pienso que el nuevo formato asegurar¨¢ la participaci¨®n de los grandes tenistas y afianzar¨¢, por lo tanto, el lustre de esta competici¨®n.
Ojal¨¢ se logre, por otra parte, mantener el esp¨ªritu de uni¨®n y rivalidad sana de la Copa Davis tradicional, pues una de sus caracter¨ªsticas menos desde?ables es el hecho de que en escas¨ªsimas ocasiones se hayan producido episodios violentos o vergonzosos en una competici¨®n entre equipos.
Casi nada.
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