Cristiano, entre el ego y los goles
No se cansa el portugu¨¦s de decir que es ¨²nico e irrepetible mientras sus n¨²meros sostienen que es ¨²nico y qui¨¦n sabe si irrepetible
Antes de nada, una noticia. El caballero que se encarga de manipular los sorteos de la Champions est¨¢ despedido. La UEFA ha tomado tan severa decisi¨®n al no cumplir aquel con la tarea encomendada, esto es, conseguir que el Real Madrid sea emparejado con el rival m¨¢s d¨¦bil, como al parecer viene sucediendo desde tiempos inmemoriales. No ocurri¨® as¨ª en los octavos de final, en los que al equipo blanco le toc¨® en desgracia el PSG, ni lo ha sido en cuartos, donde el vigente campe¨®n se ver¨¢ las caras con la Juve, el ¨²ltimo finalista. Y un error con la calentura o el enfriamiento de las bolas tiene un pase, pues nadie est¨¢ libre de cometerlo, pero dos ya reflejan relajamiento, por no decir negligencia, y mucho m¨¢s cuando en el bombo hab¨ªa posibles rivales no digamos f¨¢ciles pero al menos m¨¢s asequibles. ?La Roma? Eso lo dice usted, apreciado lector.
Pero vayamos con el asunto que nos ocupa. Hace pocas fechas, en la presentaci¨®n de unas nuevas botas, o quiz¨¢ fuera un nuevo calzoncillo, el protagonista del evento declar¨®: ¡°Cuando empec¨¦ a jugar en el Manchester United comprob¨¦ que no hab¨ªa mucha gente con mi talento, mi dedicaci¨®n, mi esfuerzo, mi ¨¦tica futbol¨ªstica... Nadie podr¨¢ compararse conmigo. Nadie m¨¢s ser¨¢ Cristiano Ronaldo¡±, dicho lo cual el muchacho se calz¨® las nuevas botas, se ajust¨® el nuevo calzoncillo bajo su blanco pantal¨®n y salt¨® al c¨¦sped del Bernab¨¦u para marcar cuatro goles. As¨ª se escribe la historia de Cristiano, un futbolista que no se cansa de decir que es ¨²nico e irrepetible, una chuler¨ªa insoportable que aprovechan sus cr¨ªticos para despellejarle, mientras sus n¨²meros sostienen que es ¨²nico y qui¨¦n sabe si irrepetible. Y aqu¨ª podr¨ªamos entrar en un debate casi filos¨®fico sobre qu¨¦ es m¨¢s importante, lo que se dice o lo que se hace. ¡°Soy el mejor de la historia¡±, afirma Cristiano; 443 goles en 429 partidos con el Real Madrid, afirman sus n¨²meros. ?Con qu¨¦ nos quedamos? Porque todo es exuberante, avasallador en Cristiano. Su condici¨®n de bocazas y su condici¨®n de prodigio.
Transcurr¨ªa pl¨¢cido aquel partido del Madrid frente al Deportivo, en el que el equipo de Zidane ganaba 5-1, cuando Cristiano acudi¨® a rematar de cabeza un bal¨®n suelto, con tan mala suerte que recibi¨® la patada de un defensa rival en la cara. Como un cromo se le qued¨® el ojo al portugu¨¦s, que camino al vestuario cogi¨® un m¨®vil para mirarse la herida. Chanzas de todo tipo se hicieron con la escena, sin que fuera la menos palurda la de un peri¨®dico que en su portada jug¨® con el espejito, espejito de la madrastra de Blancanieves, por no hablar de ciertas disquisiciones sobre lo femenino de la escena. Poco se dijo, sin embargo, sobre el hecho de que Cristiano, con 5-1 a favor de su equipo, se jugara la cara, y tanto se la jug¨® que se la rompieron, por marcar un gol intrascendente. Algo competitivo s¨ª que parece el chaval.
Lleva Cristiano 18 goles en las ¨²ltimas 11 jornadas de Liga, que le han colocado, con un total de 22, a tres tantos de Messi. As¨ª que finiquitado el campeonato a favor del Bar?a, por m¨¦ritos propios y dem¨¦ritos de Madrid y Atl¨¦tico, queda por dilucidar, entre otras, la siempre interesante cuesti¨®n de qui¨¦n ser¨¢ el m¨¢ximo goleador del torneo, lo que al aficionado de a pie viene a importarle concretamente un bledo. ?O alguien recuerda qui¨¦n fue pichichi hace dos a?os? Pero lo que toca ahora es elucubrar sobre el futuro de la plantilla del Madrid, pues dependiendo del d¨ªa de la semana que toque es uno u otro el que est¨¢ en la calle, y por ende, el futuro de Cristiano, que cobra poco, dicen, y quiere m¨¢s. Porque son pocos 21 millones de euros limpios al a?o. Y son pocos, al parecer, por una cuesti¨®n de justicia monetaria. El problema est¨¢ en lo que recibe Neymar, que supera con creces los 40 millones all¨¢ en el condecorado PSG (en este asunto del peculio a Messi le dejamos fuera porque el tema va de futbolistas terrenales). Quiere m¨¢s Cristiano, bien pertrechado entre su ego y sus goles. Y en ambos asuntos, no hay otro como ¨¦l.
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