En contra del VAR
?Por qu¨¦ corregir el error del ¨¢rbitro y no el de un jugador?
?Es justo el resultado?
Siempre me ha sorprendido esta insistencia de aficionados y periodistas por averiguar tan profunda cuesti¨®n despu¨¦s de un partido de f¨²tbol.
La justicia debe exigirse en los tribunales. El f¨²tbol es un juego. Y en el juego intervienen factores aleatorios: el acierto o el desacierto de cualquiera de los protagonistas, la buena suerte, la mala suerte, el despiste o el bote extra?o del bal¨®n en un bache del campo. Gracias a eso, a su condici¨®n indomesticable, los seguidores de un equipo como el m¨ªo, la Real, podemos so?ar con ganar un d¨ªa en el Bernab¨¦u o en el Camp Nou.
Perseguir la justicia es una noble causa. Pero perseguirla en el f¨²tbol es una candorosa bobada. ?Se imaginan que, al final de un partido, se reuniera un jurado de sabios para dictaminar? El 1-1 es injusto. Lo convertimos en 1-2. Por otra parte, ?por qu¨¦ corregir el error del ¨¢rbitro y no el de un jugador? El fallo de De Gea frente a Portugal o el del portero del Liverpool ante Benzema fueron tan decisivos como un penalti mal pitado. ?Deber¨ªa darles el VAR una segunda oportunidad?
Y si decidimos que el juego s¨ª puede estar en manos de circunstancias azarosas pero el ¨¢rbitro no, entonces el VAR es una f¨®rmula demasiado t¨ªmida. Tendr¨ªamos que sustituir al ser humano-¨¢rbitro por una estructura tecnol¨®gica de alta precisi¨®n que comunicara a los espectadores sus decisiones con voces, bocinas o lucecitas. Esa es mi opini¨®n. Sin embargo, me parece bien el ojo de halc¨®n en la l¨ªnea de meta, por inobjetable.
Balonmano con el pie. La cosa empez¨® con el Bar?a de Guardiola y la selecci¨®n de Luis y Del Bosque. Su control del juego era tan apabullante que sus adversarios se pusieron a cavilar sobre la forma de neutralizar aquel carrusel que les convert¨ªa en espectadores con silla de pista.
Mourinho descubri¨® la soluci¨®n. Una versi¨®n del viejo cerrojo de Benito D¨ªaz. ¡°Hagan ustedes los arabescos que quieran. Como en alg¨²n momento tendr¨¢n que acercarse a la porter¨ªa, les esperamos en el ¨¢rea¡±. Cuando vimos a Eto'o en el Camp Nou, con el Inter, montando guardia en la garita de defensa lateral, como parte de la muralla, entendimos que lo que se nos ven¨ªa encima: el balonmano con el pie.
El nuevo juego. consiste b¨¢sicamente en hacer circular el bal¨®n de derecha a izquierda, y luego de izquierda a derecha delante del ej¨¦rcito amurallado, y repetir tantas veces como haga falta hasta que aparezca un hueco. El contrario, tras el parapeto, aguarda como un tigre su oportunidad para contraatacar. Es un c¨ªrculo vicioso. Frente al tiqui-taca no hay m¨¢s soluci¨®n que el muro. Frente al muro, no hay m¨¢s soluci¨®n que el tiqui-taca. En este arte, la selecci¨®n espa?ola es maestra... cuando tiene el bal¨®n. Cuando lo pierde y hay que regresar a toda velocidad para defender, sufre. Ese juego le gusta menos y, adem¨¢s, le pesan los a?os. Iniesta 34, Ramos 32, Silva 32, Piqu¨¦ 31, Busquets 30. Una edad maravillosa, desde luego, pero a la que apetece menos andar haciendo carreritas.
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