Rubiales juega su ¨²ltima carta
El presidente de la federaci¨®n negocia con Hierro y busca nuevo seleccionador, una elecci¨®n que resultar¨¢ decisiva para consolidarle o debilitarle sin remedio tras un Mundial dram¨¢tico
La aventura de Luis Rubiales al frente de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol se definir¨¢ por dos jornadas: el d¨ªa que ech¨® a Lopetegui y el d¨ªa que fiche al pr¨®ximo seleccionador nacional. Entre medias discurre un drama, la desastrosa historia de Espa?a en la Copa del Mundo de 2018, que cimentar¨¢ su liderazgo o lo derribar¨¢ antes de que se haga con el control de la instituci¨®n. Las decisiones que tome en los pr¨®ximos d¨ªas determinar¨¢n su porvenir. Como primera medida, se ha reunido con Fernando Hierro, el director deportivo y seleccionador sobrevenido en Rusia, para establecer las bases de la relaci¨®n que tendr¨¢n o dejar¨¢n de tener a partir de ahora. Tras la participaci¨®n mundialista, Rubiales resolvi¨® que no quiere a Hierro como entrenador y busca un reemplazo.
En su primera jornada decisiva, Rubiales qued¨® como un valiente. Al menos, as¨ª lo juzg¨® buena parte de la masa de jugadores, dirigentes, agentes y funcionarios que componen eso que se da en llamar ¡°mundo del f¨²tbol espa?ol¡±. Pero la destituci¨®n fulminante del seleccionador Julen Lopetegui en la c¨¢lida ma?ana del 13 de junio en Krasnodar no fue m¨¢s que la ¨²nica alternativa que tuvo para no quedar desfigurado como l¨ªder, o, en sus palabras, ¡°como una marioneta¡±. Fue un acto inexorable en la espiral de decisiones que fueron tejiendo la tragedia de Espa?a en Rusia.
Rubiales dice que no tuvo m¨¢s salida que despedir a Lopetegui tras anunciarse su fichaje por el Madrid. En la privacidad del vestuario, hubo divisi¨®n de opiniones, y Ramos e Isco fueron los m¨¢s cercanos a la continuidad del seleccionador. Luego, frente a frente con Rubiales, ninguno le sugiri¨® echar a Lopetegui pero fueron pocos los que le pidieron que no lo hiciera.
Ramos mantuvo con el mandatario una relaci¨®n de tensi¨®n sin precedentes entre capit¨¢n y presidente. Esta anormalidad se prolong¨® durante la concentraci¨®n. La gesti¨®n de Ramos, figura plenipotenciaria en el vestuario, es una inc¨®gnita casi tan trascendental como el nombramiento del nuevo seleccionador. Pero a la hora de se?alar responsables de la eliminaci¨®n la mayor¨ªa de los empleados y jugadores no culpan a Rubiales.
¡°Tal y como han ido las cosas¡±, explica un representante pr¨®ximo a la federaci¨®n, ¡°se comprende la reacci¨®n de Lopetegui al querer formalizar cuanto antes su vinculaci¨®n con el Madrid y hacerla p¨²blica. De otro modo Florentino P¨¦rez no le habr¨ªa podido fichar. ?C¨®mo podr¨ªa presentar el Madrid a Lopetegui despu¨¦s de una derrota como la del domingo contra Rusia?¡±.
Cada vez son m¨¢s las voces desde la plantilla que apuntan a que el descarrilamiento del equipo en el Mundial se desencaden¨® desde la concentraci¨®n en Las Rozas, antes incluso del amistoso en Vilareal contra Suiza. Estos testigos indican que Lopetegui lo percib¨ªa y Hierro tambi¨¦n.
Bucero por dos
Cuando el Madrid le hizo la primera oferta, el viernes 9 de junio, a Lopetegui se le abri¨® el cielo. Puesto a elegir entre convertirse en entrenador del Madrid a todos los efectos o firmar un contrato civil con cl¨¢usula indemnizatoria en caso de que no se materializara, y esperar a hacerlo p¨²blico al acabar la competici¨®n, Lopetegui se apresur¨® a cerrar su acuerdo con el club y darle publicidad en la tarde del 12 de junio. As¨ª lo confirman las fuentes del Madrid, que le dio las dos opciones; y as¨ª lo se?alan en el vestuario. Lopetegui era pesimista ya que, seg¨²n estos testigos, manejaba dos informaciones privilegiadas: sab¨ªa que apostaba por poner a Diego Costa en punta y sab¨ªa que un grupo de futbolistas demasiado significativo no cre¨ªa en esa f¨®rmula.
Rubiales dice que despidi¨® a Lopetegui el 13 para salvar la dignidad de su cargo, porque asegura que nunca le inform¨® de su negociaci¨®n con el Madrid y se neg¨® a mantener el fichaje en secreto hasta que acabara el torneo. A?ade que si quer¨ªa competir con garant¨ªas tampoco le quedaba m¨¢s remedio que liberar a los jugadores de un entrenador que en ese momento incomodaba m¨¢s que un¨ªa. El nombramiento de Hierro, director general, como nuevo seleccionador, result¨® lo natural porque nadie conoc¨ªa mejor el cuerpo t¨¦cnico, la plantilla y los procedimientos de trabajo establecidos.
Lo que no sab¨ªa Rubiales era que Hierro ¡ªque tiene en Carlos Bucero, socio de Jorge Mendes, el mismo representante de Lopetegui¡ª, reproducir¨ªa exactamente el plan de su predecesor. Incluso ir¨ªa m¨¢s lejos en su enfrentamiento con la parte del vestuario que no cre¨ªa en Diego Costa, origen del des¨¢nimo que acab¨® por deprimir a Espa?a.
Los 46 d¨ªas del mandato m¨¢s accidentado de la historia
En 46 d¨ªas de mandato desde que fue elegido presidente de la RFEF, Luis Rubiales, de 41 a?os, ha tenido tiempo de renovar a Lopetegui como seleccionador hasta 2020, de destituirlo en medio de un esc¨¢ndalo, de nombrar a Hierro como sucesor y de plantearse relevar a Hierro despu¨¦s de acudir al Mundial de Rusia con una de las selecciones espa?olas m¨¢s potentes para acabar eliminados en octavos en uno de los partidos m¨¢s penosos de La Roja. Contra Rusia, el anfitri¨®n y el equipo m¨¢s d¨¦bil de todo el torneo. El 70? del mundo hasta hace diez d¨ªas, seg¨²n el ranking FIFA. Un conjunto de subsistencia. Tanto que su seleccionador, Stanislav Cherch¨¦sov, se vio obligado a pedirle a Sergey Ignashevich, de 39 a?os, que postergara su jubilaci¨®n un a?o para poder incluirlo en el equipo titular. El pobre Ignashevich acab¨® adelantando a Espa?a con el tac¨®n en una acci¨®n propia de jugador retirado. Pero ni as¨ª, ni contra un rival que se da?aba a s¨ª mismo, pudo Espa?a superar la crisis de la que debe sacarla Luis Rubiales.
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